ROGELIO CUÉLLAR IMÁGENES DE UN CONGRESO HISTÓRICO — ojarasca Ojarasca
Usted está aquí: Inicio / Artículo / ROGELIO CUÉLLAR IMÁGENES DE UN CONGRESO HISTÓRICO

ROGELIO CUÉLLAR IMÁGENES DE UN CONGRESO HISTÓRICO

Chiapas 74: Regreso al futuro

Conocido por sus retratos de artistas e intelectuales y por su sostenida exploración del desnudo humano, Rogelio Cuéllar también insiste en presentarse como un “fotógrafo de la calle”. Esta última vertiente le viene de origen, cuando se inició como foto reportero hacia 1967, así que el movimiento estudiantil del 68 lo encuentra extendiendo apenas las alas. Tiene 18 años. Después estudia en el Centro Universitario de Capacitación Cinematográfica de la UNAM y en tal carácter la diócesis de San Cristóbal de las Casas lo invita al Congreso Indígena en 1974 para documentarlo. Realiza entonces el documental Ixim winik/El hombre de la tierra del maíz.

Tomó también una gran cantidad de placas que, 42 años después, siguen casi inéditas. Un puñado de ellas aparece en este número de Ojarasca. Aquel Congreso, excepcional desde el momento en que ocurrió, sería considerado el primer eslabón de la liberación indígena en Chiapas y el país, la cual dio un campanazo definitivo en 1994 con el levantamiento zapatista y toda la movilización pacífica que desató en el sureste y luego en todo el país. Su huella está presente en numerosas resistencias y esfuerzos autonómicos y comunitarios en distintas partes del país.

Las imágenes ofrecen un registro extraordinario de una experiencia definitiva. Aparecen los protagonistas. El obispo Samuel Ruiz García, quien con el tiempo sería llamado jTatik por los católicos mayas del sureste mexicano, fue el promotor del Congreso, y mantuvo su compromiso con los pueblos originarios hasta el final de sus días. Sobre todo, la lente de Cuéllar retrata a los delegados tojolabales, choles, tseltales y tsotsiles, precursores de la transformación social y política de sus pueblos. Entonces comenzaba su despertar. La insumisión digna se empezó a abrir camino. Aún faltaban muchos crímenes contra ellos, cometidos por caciques oficialistas, gobernadores genocidas como el general Absalón Castellanos (autor de la masacre de Wolonchan cinco años después del Congreso), guardias blancas, soldados y policías. Pero el problema había encontrado el camino de la palabra. Estas fotos registran ese momento inaugural donde los pueblos comenzaron a hablar por sí mismos.

Rogelio Cuéllar ya entonces se encontraba en uso de su talento fotográfico, desarrollado primordialmente en blanco y negro, fiel al proceso tradicional de fotografiar, revelar e imprimir. Además de numerosas exposiciones y publicaciones periodísticas, ha publicado libros notables como Huellas de una presencia, La imagen absoluta del mundo y recientemente El rostro de las letras (La Cabra Ediciones y Conaculta, México, 2015).


Ojarasca

comentarios de blog provistos por Disqus