EL SAN LUIS POTOSÍ “LA CASA” ESTÁ AMENAZADA POR LA CONTAMINACIÓN
Vivimos cambios climáticos que están generando constantes fenómenos metereológicos de fuerza insospechada y grandes cantidades de agua desplazándose. A mayor calor, más agua, pero también mayor pérdida de suelos para la habitación y la producción de alimentos, el oxígeno que respiramos y la generación de lluvias. Muchas son ya las pruebas que nos dicen que este cambio climático es causado por una intensiva extracción de energéticos desde mediados del siglo XIX. Si antes parecía una hipótesis razonable que los humanos somos la conciencia del planeta, ahora es indudable. Una ecología que sólo considere al mundo de la biología no sólo resulta insuficiente sino del todo errada.
Me parece valioso retomar lo dicho por uno de los movimientos políticos del siglo más reconocidos en el mundo: el EZLN de los mayas chiapanecos, quienes están conscientes de que en cualquier momento los habitantes de las plantas superiores de La Casa pueden caerles encima a ellos, los de las habitaciones de abajo, los humildes habitantes de jardines y sótanos. Esto sucederá a pesar de que cada vez son menos los de arriba y muchos más los de abajo. Pero los lujos y las amenidades de los de arriba son demasiados, y muy pesados; gastan mucha energía fósil, lo que también daña La Casa.
Aún más importante, los de arriba, a pesar de tener tanto dinero, no se han preocupado por reforzar los cimientos y sistemas de La Casa. Sus encargados suelen ser unos de usurpadores de la Ley, gente sin escrúpulos que trafica con el daño a los cimientos, materiales y pilotes de La Casa, siempre a cambio de jugosas ganancias para ellos y los de arriba.
En la Zona Metropolitana Soledad de Graciano Sánchez-San Luis Potosí (ZM SGS-SLP), en los últimos diez años, al tratar muchas de sus habitaciones y áreas comunes como un chiquero, en abandono o destrucción. Llevamos pésimas cuentas. Poco claras además, pues generan medios ambientes alterados, contaminados, vulnerados, destruidos, despreciados. Sabemos que los medios ambientes bajo abuso generan violencia en las relaciones sociales.
Al parecer el cáncer nacional de la corrupción y el nepotismo se ha hecho de la administración y el ordenamiento ecológico de la ZM SGS--‐SLP. Asuntos esenciales como la ecología y la economía no son más que otra fuente de dinero mal habido, relaciones pervertidas e intereses oscuros. Los administradores de La Casa no la ven como propia, si acaso como un hotel de paso del que, después de una breve estadía, huyen con lo robado.
No cuidar La Casa enferma coadyuva al alto índice de alergias y cáncer en SGS--‐SLP. Las aguas negras industriales y particulares de la Zona Industrial y un sinnúmero de colonias y barrios, recorre la parte central nororiente de la ZM para desfogar a escasos 25 kilómetros, en La Tinaja. Igualmente, en la zona metroplitana la cantidad de basureros al aire, posiblemente tóxicos y sin control sanitario, son una vergonzosa realidad. Son muchos, y no sólo en Soledad de Graciano Sánchez, también en San Luis. Incluso las autoridades de SGS, de manera irrespetuosa para todo valor humano, han dicho que los basureros no son clandestinos sino reconocidos por las autoridades, es decir generan presupuesto burocrático pero contaminan sin control alguno.
Qué decir de Peñasco, el sobresaturado basurero municipal de SLP, donde no se aplican las técnicas de contención y control sanitario ya comprometidas. No hay todavía sustituto para lo que contamina, como se ha señalado reiteradamente. En ello están coludidos burócratas, empresarios y académicos con la empresa Vigue. De hecho, al nororiente de la ZM, Rinconada, Rancho Nuevo, Peñasco y Milpillas están abandonados a la suerte de la basura y sus sobras. Es una zona saturada de desechos, en la que en este siglo XXI, la primera infancia sobre todo padece enfermedades que pensábamos erradicadas.
La planeación urbana, los estudios de impacto ambiental, el control de contaminantes, la prevención y la contención tóxica, si acaso se realizan mediante lerdas gestiones, simplemente son fuente de tráfico de influencias. Los comités de ordenamiento ecológico y organización urbana están ya corrompidos y no funcionan. Se ha dicho que los fraccionamientos no reconocidos por el Ayuntamiento son demasiados, mientras los reconocidos, que carecen de regulación y estudios urbanos ambientales, son más, algunos ya infiltrados por mafias producto de la industria de la construcción y el desarrollo urbano.
Pregunto al amable lector: ¿Cómo el funcionario, el político, el presidente municipal —comisario ejidal, académico, constructor, administrador, trabajador de salud, líder comunitario— son precisamente quienes abusan o incumplen su deber por la limpieza de La Casa? ¿Cómo puede no importarles que su medio ambiente sea un basurero, un foco de infección en el que come, bebe y respira junto con sus seres queridos?.