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¿QUÉ HACER CON EL INALI?

Colegio Mixe (Colmix)

El 8 de agosto venció el plazo para presentar candidaturas a la dirección del Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas de México (INALI). El Instituto es un organismo descentralizado de la Administración Pública Federal, de servicio público y social, con personalidad jurídica y patrimonio propio, sectorizado en sus inicios en la Secretaría de Educación Pública y actualmente la Secretaría de Cultura.

En los casi 12 años de existencia, el INALI ha sido encabezado por dos lingüistas: Fernando Nava López (2004-2010) y por el profesor y lingüista maya-tseltal Javier López Sánchez (2010-2016). En estas semanas, el consejo nacional del INALI recibió las postulaciones de personas interesadas en ocupar la dirección, de entre ellas el consejo propondrá una terna de la cual el presidente de la República elegirá al próximo director o directora de la Institución.

Tras doce años de trabajo del INALI, ¿qué se espera de la nueva persona que encabece sus trabajos? Algunos conocedores del tema, como Mardonio Carballo, poeta y escritor nahua, Marcos Sandoval, promotor cultural triqui, y la lingüista mixe Yásnaya Aguilar, han expuesto consideraciones que no debemos obviar ni dejar de lado.

El primer punto que señalan es que el INALI es resultado de una demanda del movimiento indígena en México, por lo tanto es importante pensar esta institución como un espacio dentro del Estado que debe responder a los intereses de los pueblos y comunidades hablantes de lenguas indígenas, un espacio desde el que se puede incidir para que las prácticas del Estado sean multilingües, dado que el contexto lo es.

Consideran importante que además de que la convocatoria para la dirección fue pública y abierta, la misma institución garantice que llegue a la mayor cantidad de personas, instituciones y organizaciones sociales y comunitarias que trabajan con lenguas indígenas. Se debe hacer una elección lo más transparente posible, lo cual refrescaría el proceso de elección de servidores públicos en estos tiempos de opacidad.

Otro requisito es que la nueva directora o nuevo director del INALI se sustente en su trabajo social, pues por las mismas razones que originaron la creación del Instituto, debe existir una base social o un vínculo con esa base que pueda ser contraparte en la gestión; de esa forma se podría privilegiar el interés colectivo y no ser rehén de la burocracia de la administración pública ni obedecer a intereses políticos y partidistas.

Aunque la convocatoria pone como requisito deseable hablar una lengua indígena, Mardonio Carballo considera que esto no es indispensable, pues existen personas que tienen trayectoria de trabajo con pueblos y comunidades; sin embargo, para que este requisito pueda evaluarse adecuadamente, todas las candidaturas deberán demostrar su vínculo y trabajo con las lenguas indígenas.

Por su parte, Marcos Sandoval señala que más que un perfil sólo académico, la dirección debe recaer en alguien que haya trabajado en las comunidades, no sólo de acompañamiento sino viviendo de cerca la realidad de las lenguas en el país. El trabajo del INALI deberá plantearse más allá de la investigación y encaminarse a la puesta en práctica de políticas públicas que realmente impacten en la revitalización de las lenguas vivas. En su opinión, un INALI bien orientado debería ayudar a resolver problemas concretos como la desvaloración de las lenguas en las comunidades. En este sentido, más que un lingüista de formación profesional, la persona encargada debe tener amplios y digeridos conocimientos sobre las lenguas y los pueblos, sobre todo de lingüística aplicada. Es fundamental para la construcción de políticas lingüísticas realizar investigaciones múltiples y multidisciplinarias sobre las lenguas y el contexto en el que viven los pueblos hablantes de estas lenguas.

En cuanto al nuevo periodo de gestión, éste deberá ser transparente con los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas, o aquellas no indígenas que trabajan en comunidades con las lenguas originales. Uno de los grandes retos es conseguir que el INALI no esté sectorizado en instituciones que ven las lenguas indígenas como algo acotado a un asunto cultural, como sería el caso de la Secretaría de Cultura, para así tener mayores posibilidades de trabajar con todas las dimensiones de las lenguas indígenas y su importancia en las comunidades. Muchas de las personas que hacen políticas públicas tienen una percepción acotada de lo que es cultura.

El consejo del INALI es una instancia fundamental para lograr transparencia. Para ello deberán promoverse mecanismos y modificar estatutos que permitan una mayor participación de la sociedad civil y los pueblos indígenas y que ésta pueda hacerse efectiva. Un punto central consistirá en abrir la participación para la construcción de políticas lingüísticas no sólo nacionales, sino estatales, regionales y locales, haciendo parte de esta construcción a todos los actores involucrados. Para esto es necesario hacer un llamado a discutir qué políticas lingüísticas se requieren, cómo se desarrollan, quién las desarrolla, quién las implementa, quién las evalúa, quién les da seguimiento y muchas otras preguntas que como habitantes ya sea de la ciudad o del campo nos hagan reflexionar que las lenguas que hablamos y usamos son resultado de planes políticos. En síntesis, la discusión tiene que estar a la altura de la diversidad de pueblos y lenguas que hay en el territorio. Más que gestora y administradora de recursos, la dirección del INALI deberá garantizar con esos recursos construir las políticas lingüísticas de la mano de los pueblos hablantes de estas lenguas.

Finalmente, retomando algunos planteamientos de Yásnaya Aguilar, la existencia de un instituto exclusivo para lenguas indígenas debería ser temporal, aspirando siempre a construir un Estado multilingüe y por tanto una sociedad que no discrimine ni sea discriminada por la lengua que habla. “Si la idea es que todas las lenguas poseen el mismo valor, entonces sería mejor crear una institución que agrupara a todas las familias lingüísticas y las pusiera al mismo nivel, después de todo las lenguas indígenas pertenecen a familias tan distintas entre sí como el español del chino; sería mejor una institución que trabajara por construir un país multilingüe y en ese sentido, todos los mexicanos estamos involucrados, sobre todo la mayoría monolingüe que habla españolF (Blog Ep x, http://archivo.estepais.com/site/2012/exclusivo-para
-indigenas/)

Nos toca a todos lograr que en un futuro no muy lejano los que habitamos el territorio mexicano disfrutemos de la diversidad que nos rodea. El INALI es un espacio ganado muy importante que no debemos desaprovechar para conseguir una sociedad que conviva con y disfrute de la diversidad.

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