LA HISTORIA DEL MAÍZ
“Está por concluir este ciclo agrícola, ya en muchos lugares hay elotes, en otros las milpas están floreciendo, y no hay problema, porque el cielo anuncia algunos días más de lluvia, esas que esperarán a que las últimas milpas del año se puedan rescatar. Así es, Xun, el campo sabe comprender, la naturaleza nos enseña los cambios necesarios para vivir y cosechar, pero depende de nosotros conocer esos cambios para asegurar nuestra cosecha. Pero hay cosas en la vida que no funcionan así, como bien refleja la situación del país, que de mal a veces pienso que vamos en peor. Sólo observa: está por terminar un ciclo agrícola más y Peña Nieto sigue ahí. Es más, ha cubierto sus alrededores con malas hierbas, que poco a poco van destruyendo cuanto cultivo y flores hemos sembrado y defendido por años”. Palabras más, palabras menos que mi abuelo Xav vino a contarme mientras viajaba.
A mi abuelo siempre le preocupó la situación en la que vivimos. Creo que tuvo mucho que ver su historia de vida, ya que muchas veces nos contaba de la vida que sus padres y parientes tuvieron que pasar mientras vivían en las fincas. Después, cuando lograron conseguir un pedazo de tierra para trabajar, un proyecto hidroeléctrico vino a expulsarlos y arrebatarles sus tierras. Posteriormente se fueron a la cabecera municipal, para trabajar en las tierras comunales que, en partes, fueron invadidas por los rancheros, muchos de ellos los politiquillos de hoy, por ello tuvieron que emprender una lucha contra ellos. El saldo: varios campesinos muertos y desaparecidos. Luego vieron muy de cerca los procesos de privatización de las tierras ejidales vecinas, que poco a poco quisieron entrar también a las tierras comunales. Todo eso gracias a la reforma del artículo 27 de la Ley Agraria, que vino a condenar a nuestro pueblo creando más conflictos.
Claro, las cosas cambian después de una reforma, como lo ocurrido con la nueva reforma agraria que ya en varios ejidos dejó sin tierras a los campesinos y también nos queda claro que las empresas privadas son las ganadoras. Ellas se apropiaron de muchas tierras, de esas donde se encuentran los minerales, para explotarlas sin medir sus consecuencias ambientales, lo mismo con los mantos acuiferos para las refresqueras. Extensas zonas de selva se destinaron para los monocultivos y la tala inmoderada de árboles y es donde también existen otros minerales y yacimientos de petróleo. Así, la reforma y los que la promueven son los causantes de los despojos de tierras a los campesinos. Ahora ¿cómo piensan que con una reforma educativa, que realmente es laboral, pueda mejorar la situación social y generar los cambios necesarios para el diálogo y respeto a la diversidad cultural y social de un país, cuando lo único que les interesa es el dinero?
Así, los campesinos seguimos padeciendo como una condena esta reforma que trae consigo los despojos de nuestros territorios a causa de los grandes megaproyectos. Es lo que vemos ahora en Xochicuautla, Atenco, la “Riviera Maya”, Juchitán, entre otros lugares estratégicos para las empresas. Eso mismo pretenden con la reforma laboral dentro del ramo educativo, que no beneficiará para nada a la sociedad más pobre, sino que desde sus inicios pretende acabar con los contratos y las prestaciones que como servidores públicos les pertenecen. No olvidemos que un gran número de profesores son indígenas y que el único puesto al que aspiramos en este país con un salario base y con prestaciones es siendo profesores. Es un engaño pensar que esta reforma propone una mejora a la calidad educativa e irrisorio es que exista un instituto encargado de la evaluación educativa y no sea éste quien la exige, sino un secretario de Educación amigo de un presidente corrupto y sin conocimiento alguno sobre el tema.
A mi abuelo le faltó decirme que está por terminar un ciclo agrícola más y Aurelio Nuño sigue ahí imponiendo una reforma que ha costado la vida de varias personas; que el INEE sigue ahí como un adorno que le sirve al Estado represor. Que está por cerrarse un ciclo agrícola más y siguen impunes Ayotzinapa, Atenco, Apatzingán, Acteal, Tanhuato, Viejo Velasco y muchos casos más, donde el Estado no actuó y dejó por un lado su responsabilidad; también lo que ocurre con los grandes desastres naturales provocados por las empresas, como el río Yaqui, la destrucción de la Selva Lacandona por los proyectos ganaderos y los monocultivos de palma africana, la destrucción de áreas protegidas en la Rivera Maya, y otras tantas provocadas por las empresas mineras.
Algunas noches escuchaba a mi abuelo Xav sollozar. Ingenuamente le preguntaba qué hacía, él me respondía: “Estoy rezando por los muertos y desaparecidos de nuestra comunidad, gracias a ellos hemos logrado mantener nuestro territorio y por eso tenemos alimentos”. Pienso que si mi abuelo estuviera físicamente, por las noches nos llamaría a orar por los 43 estudiantes de Ayotzinapa, por los migrantes que día a día desaparecen en manos de la delincuencia o de los de la migración, por los derechos de su hermano, y que hubiera pertenecido al movimiento LGBTTI. Seguiría orando y protegiendo la sabiduría de la milpa, de su lengua y de sus rituales, que para él fueron el centro de todo conocimiento.
Así, cuando llegué al pueblo, sólo quedó el eco de la voz de mi abuelo que seguía retumbando en mis oídos. Entré a la casa de mis papás y, después de un rato, con mi madre fuimos al panteón a dejarle flores y velas a mi abuelo, para conmemorar su quinto aniversario de partida. En la mano también llevaba una hoja donde escribí un poema que él nunca hubiera podido leer porque no aprendió a leer papel: eso decía. Aunque él sí sabía leer muy bien el tiempo, por eso siempre tenía maíz y frijol para comer. Esas palabras que brotaron de mi corazón el día en que mi abuelo se fue, bien pueden ser para otros tantos abuelos en el mundo que también han sabido luchar y proteger sus sueños y su sonrisa:
ESPÍRITU DEL ABUELO
Te dormiste abuelo
pero la magia de tu sonrisa
la llevo en el corazón.
Estás dormido abuelo
pero despierto en el mágico
mundo de los dioses.
Se llenan de gozo mis ojos
por tu nueva vida
donde vuelas lleno de amor.
Con tu profundo sueño venciste
la tiranía y el despotismo
de los gobiernos.
Tu gran corazón
defendió la Madre Tierra
contra la privatización
del cacique explotador.
El suelo que amaste
en su pecho te guarda
reposando tu cuerpo
para el nacimiento de tu alma.
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Ach’ulel
muk’ta totil
Navay muk’ta totil
Te slekilal atse’eje
Te nak’al xkom ta ko’onton.
Vayemot muk’ta totil
Ach’ulele julajem ta sna
yajvalel ch’ul osilaltik.
Noj ta lekilal te jsate
Skoj ach’ub akuxlejal
Bu ta k’anel bail xvil ach’ulel.
Ta amuk’ta vayuch la ajip yalel
Te xchopolal xchi’uk yit’ixanel
te chopol yu’elale.
Te amuk’ta vo’ontone
La skolta Ch’ul Me’tik Balumile
Ta stojol chonel
Ta stojol chopol yu’elaletik.
Te ch’ul lum lek ak’anoje
Ta yo’onton la xpixot
Te jun yo’on xvay atakupale
Bu smali x’ayan ach’ulel.
| Xun Betan, escritor y activista tsotsil del municipio Venustiano Carranza, Chiapas. Colaborador de Ojarasca.