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GUERRERO: AUTORES EN LENGUAS ORIGINARIAS

Martín Tonalmeyotl

El acervo literario del estado de Guerrero ha estado presente desde épocas pasadas hasta la actualidad. Me refiero por supuesto a lo escrito en lengua española. Sin embargo, la otra voz, la de los pueblos arrinconados entre las montañas por su manera diferente de ver al mundo, por su forma de vestir, organizar, convivir con las avispas, las mariposas, los vientos sureños, la petición de lluvia, los levantamientos de sombra, la de los tequios, mapaches, coyotes, cascabeles, mazorcas y demás, esa voz ha estado invisibilizada, camina coja y apenas se levanta. Quiere ser semilla para volver a poblar el respeto sobre la tierra de los ñuu savi, mè’phàà, ñomndaa y nauas. Aquí es donde pertenece la palabra de otro color, un rostro herido, una tierra donde habitan nuestras hermanas y sobrinos que hablan como nosotros. Que se sueñan colibríes y águilas rebeldes. Jardín donde está enterrado nuestro ombligo que es pensamiento y vida. Donde la abuela nos jala la oreja y nos regala sus consejos de tierra, donde el enojo se pudre bajo la lluvia y a veces se enciende y levanta un pueblo entero. Donde el murmullo del río acompaña al canto de los grillos, las ranas y los tecolotes.


Esta otra pupila no ha estado presente en la literatura guerrerense.
Es necesario sumar una voz más para poner al arcoiris el color faltante, manchar los cantos impuestos de un solo idioma, escuchar, gritar, manifestarse y crear desde otros sueños, otras letras. Es en esta otra tierra donde deambulamos los otros escritores, aquellos que luchamos para que la literatura no sea exclusiva de una parte de la sociedad; buscamos que sea incluyente, donde quepan todas las voces, donde la vida cotidiana se relate desde muchas miradas, desde la oralidad de nuestros ancestros. Estamos cansados de seguir siendo objetos de la discriminación, los sin voz, los sin rostro. Por poner un ejemplo, encontramos que en la gran mayoría de las antologías de poesía mexicana joven no aparece ningún escritor en lengua originaria, como si nosotros no escribiéramos poesía o peor aún, como si nunca pasáramos por la juventud, tan sólo por tener una voz diferente. Las letras guerrerenses han caminado por este sendero de la no inclusión, hasta el no acceso a la educación básica. Ha dificultado el proceso de escritura en estas lenguas. Y una vez llegada la escuela a las comunidades, la gente no se interesó por ir a aprender a leer y escribir, porque antes que tomar clases, la prioridad en estos pueblos ha sido siempre el buscar qué comer. Este aspecto ha obstaculizado el caminar de las letras en lenguas originarias. Para llegar a este paso se tuvo que construir antes una identidad propia, para comenzar a construir pensamiento desde una lengua distinta al español. Estos primeros escritores no conocidos y no dedicados a la literatura fueron los maestros bilingües, pues la literatura en estos pueblos se ha practicado toda la vida y se ha transmitido de generación en generación a partir de la oralidad.

 

Los que escriben en las lenguas originarias de Guerrero son escasos. Tal vez los primeros fueron maestros bilingües de las cuatro lenguas.

La poeta nahua Yolanda Matías García, gestora y promotora de su lengua y su cultura que perdió la vista hace varios años, pertenece a esta generación de los profesores. Si bien su poesía no ha transcendido al medio español, se reconoce su aportación a la lengua náhuatl, además de que es la primera poeta mujer en el plano nacional en este idioma. Su escritura en náhuatl es una de las mejores escritas, junto con la del veracruzano Juan Hernández Ramírez. Originaria de Atliaca, Tixtla de Guerrero, ha ejercido como profesora de primaria bilingüe náhuatl-español. Cuenta con una licenciatura y una maestría en educación. Condujo por varios años el programa “El náhuatl en la cultura” en XEUAG, Radio Universidad Autónoma de Guerrero. Xochitlajtol ika moyojlo/Palabra florida para tu corazón es un disco donde se puede apreciar la entonación de la lengua náhuatl, o Mexicano de Guerrero en la voz de la maestra, y el libro Tonalxochimej/Flores del Sol (2014). Sus poemas le cantan a la vida, al amor, a la naturaleza y a todo el quehacer humano. Pertenece a la asociación de Escritores en Lenguas Indígenas (ELIAC).

 

Gustavo Zapoteco Sideño (1969), originario de Topiltepec, Zitlala, radica en Tlaltizapán, Morelos. Ha participado en eventos literarios en México y el extranjero. Sus escritos se han publicado en varias revistas. Algunas de sus obras publicadas son Cuicatl in yolotl/Cantos del corazón (2002), Cuicatl pan tlalliouatlmej/Cantos en el cañaveral (2004), Xóchitl ihuan cuicatl in Morelos/Flor y canto en Morelos (2007), Xochitecuan/Tigre florido (2012) y Chalchihuicozcatl/Collar de jade (Artes Liberales de la Universidad de Varsovia, 2014). Si bien no hay una uniformidad en cuanto a su manera de escribir la lengua porque combina variantes y grafías, ha sido el escritor guerrerense que más ha escrito en este idioma. Tal vez su obra más destacada sea Xochitekuan/Tigre florido.

 

Florentino Solano (1982), escritor ñuu savi de Metlatónoc, en la región de la Montaña Alta, en el municipio considerado alguna vez como el más pobre del mundo. Escribe poesía y narrativa en la lengua de la lluvia. Es un poeta muy completo, quizá el primero en Guerrero en dedicarse a la literatura. Sus letras reflexionan sobre los quehaceres cotidianos desde la vivencia como migrante y el dolor colectivo de los extranjeros en su misma tierra. Cuestiona la existencia de Dios: “Jehová es mi pastor/ nada me faltará/ en lugares de delicados pastos/ me hará descansar…”/ Mientras tanto hay que chingarle/ Porque aquí ni son delicados/ Ni pastos/ Ni descanso. Ha publicado Todos los sueños el sueño (2003), La Luz y otras noches (2012) y Cerrarás los ojos para no ver (2013). Radica en San Quintín, Baja California, donde combina el gusto por la literatura, la música, la jornada agrícola y la familia. Publica en revistas electrónicas como Otro páramo, Sinfín, Periódico de poesía y Ojarasca.

 

Simón Cojito Villanueva (1956), profesor jubilado originario del lugar de las estrellas, Zitlala, Guerrero. Ejerció la docencia en primarias bilingües nahuas-español durante 33 años. Su labor como profesor, como lector de materiales didácticos y de la literatura, lo llevó a escribir el Xochitlajtojle, poesía en lengua náhuatl. Sus versos narran acerca de los quehaceres de su pueblo natal y el contexto violento vivido en los pueblos nahuas. Sus poemas tanto en su lengua nativa como en el español han sido muy bien recibido por sus lectores y ha publicado en revistas como Sinfín, Ojarasca y otras. Zitlala es un lugar donde las bandas de viento, las danzas, la petición de lluvia acompañada de la pelea de tigres, están dejando huella en la historia del estado. Se dedica al rescate y recopilación de palabras para editar un Diccionario de la Región de la Montaña Baja de Guerrero. Prepara la publicación de un poemario bilingüe náhuatl-español.

 

Hubert Matiúwàa o Hubert Malina (1986), poeta mè’phàà o tlapaneco. Sus letras indagan el quehacer filosófico de su tiempo y la metáfora usada dentro de sus versos únicos, sutiles y libertarios. Como lo describe la poeta zapoteca Irma Pineda, Hubert ha optado por escribir sobre la ausencia, la pérdida de las tradiciones, el dolor, el secuestro, la trata de personas, la pobreza extrema de la Montaña, la militarización, la migración. Su quehacer ha sido bien recibido. Su propuesta estética rompe la barrera entre la poesía en lengua española e indígena, diferencia que no debería existir si se apuesta por la estética de la palabra. Es licenciado en Filosofía y maestro en Estudios Latinoamericanos. En el 2016 publicó Xtámbaa/ Piel de tierra. Su segundo libro, Cicatriz que te mira/Tsína rí nàyaxaa’, se encuentra en prensa. Además de poesía escribe ensayos filosóficos acerca de su cultura y trabaja el campo en su comunidad de origen, Zilacayota, municipio de Acatepec. Es uno de los poetas jóvenes que promete en grande.

 

Araceli Tecolapa Alejo (1992), nahua originaria de Zitlala, es licenciada en Ciencias de la Comunicación y Mercadotecnia, ha publicado algunos poemas de forma bilingüe náhuatl-español en la revista Sinfín. Su poesía es fuerte y comienza a caminar por sí sola.

 

Melquiades Gregorio Porfirio o Kálé Tè Sávì (1985), narrador y lingüista ñuu savi. Originario de Ñuù Yòsó’ Tiká’a/San Felipe de Jesús, Ayutla de los Libres, ubicada en la región Costa Chica. Estudió Literatura Hispanoamérica y cursa lingüística en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Es traductor. Sus cuentos han sido publicados en Ojarasca. Su narrativa cuenta de la vida cotidiana de los ñuu savi. Junto con el tseltal de Chiapas Marceal Méndez, es uno de los mejores narradores bilingües, y quizá inaugura una forma de narrar desde las lenguas originarias.


De las cuatro lenguas originarias de Guerrero, falta por explorar la poética y oralidad de la literatura escrita en ñomndaa o amuzgo. Hasta estas fechas se sabe poco acerca de los escritores de esta cultura.

La poesía escrita en alguna lengua propia en Guerrero es algo nuevo. Entre los escritores nahuas, me sumo también para compartir mi alegría y un dolor de muchos. Es necesario narrar lo que acontece a nuestro alrededor desde una voz y un nombre propio, no importa si por razones de reivindicación u otra. Mi nombre literario es Martín Tonalmeyotl (Martín Jacinto Meza, 1983), originario de Atzacoaloya, municipio de Chilapa de Álvarez. Estudié Literatura Hispanoamericana y maestría en Lingüística Indoamericana. Trabajo el campo, doy clases de náhuatl, escribo cuento y poesía, traduzco cada que se puede. Mis escritos los he compartido en Tierra Adentro, Sinfín, Rojo Siena, Revista Electrónica Luz desde el inframundo, Revista Circe, Revista Colibrí, Poesía Mapuche, La Guarida/Literatura de España y América Latina, Periódico de poesía, Círculo de Poesía, La Jornada del Campo y Ojarasca. Coordino la serie en lenguas indígenas Xochitlájtoli, La palabra florida, en Círculo de Poesía. Revista Electrónica de Literatura. Integrante de Los 43 Poetas por Ayotzinapa (2015), Montarlabestia (2016) y Postlom: Cuentos de los pueblos indígenas de México (2016). El cuento Tekuisira fue traducido al inglés y alemán, además de poemas al italiano. Mi primer libro es Tlalkatsajtsilistle/Ritual de los olvidados (2016).

En el panorama de las letras guerrerenses hace falta más convivencia entre los escritores, independientemente del idioma desde donde se escriba o se piense. Nuestra colaboración en las letras no es para la “poesía indígena”, sino para el fortalecimiento de la literatura mexicana y universal.

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