LA RAÍZ ANDANTE / 245 — ojarasca Ojarasca
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LA RAÍZ ANDANTE / 245

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Las raíces hoy caminan y llegan lejos, sin dejar de ser raíces ni en verdad dejar el lugar de donde se alejan. No es que quieran irse, sino que las arrancan a la mala para que se mueran o le hagan como quieran. Pero no mueren ni olvidan su ser raíces, sólo que lo son de otra manera. Es así que los pueblos del origen no han desaparecido por mucho que los arranquen, los expulsen, los exploten, los ahuyenten al son de si no te vas te mueres.

Cuando un ayuuk, un totonaku o un ñathö se halla inevitablemente trasplantado a las ciudades (Oaxaca, Puebla, Toluca, la capital del país o mucho más lejos, o un wixárika en Guadalajara) ¿qué tanto dejan de ser lo que eran allá en su tierra de origen, un origen compartido con ancestros centenarios y hasta milenarios? Sobre todo si no quieren olvidarlo. No quieren olvidarse de sí mismos aunque todo atente contra ese designio: el racismo que nunca falta y nadie admite que exista en la sociedad mayoritaria; el sistema educativo y el consumismo deseducativo; la injusticia laboral profunda; el abuso; el desprecio al indio y muchas veces el autodesprecio. Una y otra vez, discriminación. ¿Qué decir del nahua en Nueva York, el triqui en San Diego o el zapoteco en Los Ángeles?

La condición migratoria atraviesa el país en todas direcciones, no sólo de sur a norte. Somos un país desgarrado, más de diez millones de los nuestros viven en otro país y ni sabemos cuántos más han abandonado sus lugares de origen. Lo cual, tratándose de miembros e hijos de los pueblos originarios, puede significar que sus raíces caminaron con ellos. Ya ven cuánto trabajador y jornalero de las Mixtecas o las Huastecas jala y batalla en el otro lado para ayudar a que sus pueblos no desfallezcan. Hemos de verlo como un trabajo comunitario, de compromiso familiar y con todo el pueblo. Allá lejos, bajo la ley de otro idioma, mantienen su raíz, caminó con ellos y no los abandona.

¿No significan acaso las remesas de nuestros paisanos pobres la mayor transferencia de riqueza en México? Mientras los ricos y los políticos roban y sacan descaradamente, los jornaleros, las maquileras, las niñeras, los albañiles, los barrenderos y los cargadores mandan dinero, alimentan a sus pueblos con un esfuerzo que nadie mira, todos desprecian y allá en el norte se persigue.

La aberración de una economía deforme e injusta, impuesta y protegida con fanatismo servil por gobernantes, académicos, informadores y empresarios, es la causa de que necesiten caminar lejos la raíces de nuestros pueblos, que se las ingenian para conservar la raíz no importa dónde.

 

 

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