XTÁMBAA. SER, SER OTRO, SER TERRITORIO — ojarasca Ojarasca
Usted está aquí: Inicio / Artículo / XTÁMBAA. SER, SER OTRO, SER TERRITORIO

XTÁMBAA. SER, SER OTRO, SER TERRITORIO

Hubert MatiÚwàa

En el filosofar mè’phàà, la palabra xtá/piel es raíz de la palabra xtámbaa, tiene sus propias características de acuerdo al uso del idioma, de donde se derivan las siguientes dimensiones:

1. La función de la piel es cubrir y cuidar aquello de lo que forma parte. Como la relación carne y piel, la raíz de la palabra xtá/piel está relacionada con las palabras xtátsó/cobija, xtáyaa/tallo de árbol, xtìín/ropa, xtíya/panal/ropa de agua, xtá ga’un/matriz/cuero que alimenta, xtámbaa/piel de tierra. Todas estas palabras refieren al cuidado: la ropa nos protege de la intemperie, la cobija nos protege del frio, el tallo del árbol lo protege de la intemperie, el panal protege la miel, la matriz protege al feto y lo alimenta.

 

2. La palabra xtá/piel también denota la característica de la personalidad, el ser de acuerdo al actuar:

a) Phú xtátsíska tàtá tsúkuè/Es una piel floja ese señor/Es muy flojo ese señor.
b) Nìganàa xtátsískoo nènè xàbò rènèe/Los Na savi le sacaron la piel floja/Lo golpearon los Na savi.
c) Phú xtámbìyá’ a’dià ye’/¿Es una piel llorona tu hijo? /¿Es muy llorón tu hijo?.
d) Xtá màñà’/Piel roja/Encino rojo.
e) Xtá mùgò’/Piel de algodón/Borrego.
f) Xtá ra’tsá/Piel pelada/Antigua danza de los mè’phàà que se hacía en honor al señor desollador.
g) Xtá xigu’/Piel quebradiza/Chicharrón.

 

3. La raíz de la palabra xtá/piel está en los verbos estar y vivir.

Ejemplo de palabras y oraciones:

Xtáa/Él está (diciendo quién es)

Xtáá/Estoy

Xtaa/Estás

Xtáà/Él está (ya sabe quién es)

Xtaà/Lo cargas

A xtáa xàbò nìkii Bèto xóó ye’/¿Vive todavía el señor Beto?

Naa xtaa xuge’ rá –A’phàà xtaa ló’/¿Dónde vives ahora? –Vivo en Tlapa.

Xtaa rá Juan –Xtáa dxóo/¿Estás Juan? –Estoy hermano.

A xtáà tàtá ye’ –Xtáa nana a nunjgaa gu’wa/¿Está tu papá? –Estoy señora, pase a la casa.

Xtaà xóó àda rá –Ann nàna/¿Cargas todavía al niño? –Sí señora.

 

En la cultura mè’phàà, se nace con un hermano animal (kwi’ñii), con él se complementa el cuidado de la vida. El hermano animal es revelado por sueños reiterativos o señas inexplicables que sufre el cuerpo del niño al dormir. Estas señales son interpretadas por los xi’ña, hermeneutas de los sueños y de las enfermedades del cuerpo-territorio. Los xi’ña sacan las preguntas y respuestas a través de la técnica de adivinación denominada “la medida del hueso”. Por ejemplo preguntan: “¿Con quién se está en el mundo, con quién se está agarrado en la tierra? ¿Será un tigre?”

–No es un tigre. “¿Será un coyote?”
–Sí es un coyote. “¿Dónde vive, en qué lugar se vive como otro? ¿En el cerro de la luciérnaga?”
–Sí, allí vive.

Cuando la identidad del hermano animal es revelada, el xi’ña consulta a través de la misma técnica el día indicado para hacer la ceremonia de xtámbaa, que se hace para encomendar al niño a la tierra, a los bosques y a los ríos para que lo cuiden, y a través de esta ritualidad el niño se transforma en los otros.

La palabra xtámbaa está conformada por las palabras xtá/piel y mbaa/tierra, por tanto su significado es: piel de tierra. Xtámbaa es la ceremonia para convertirnos en la piel de la tierra y recordarnos que el sentido de nuestro estar en el mundo es hacernos responsables del lugar donde vivimos.

En la ceremonia xtámbaa confluyen tres dimensiones filosóficas; ser, ser otro, ser territorio:

a) Ser: Estar en el mundo en la misma condición que todos los seres.
b) Ser otro: Tener un hermano animal quien es uno mismo.
c) Ser territorio: Asumir que no estamos solos y que nosotros somos responsables de los “otros” en el lugar donde construimos nuestra territorialidad.

 

Con esto entendemos que la ceremonia xtámbaa/piel de tierra, comprende dimensiones éticas para el cuidado de la identidad y la vida en el lugar donde nacemos; en otras palabras, el territorio.

Hay varios relatos de la memoria oral que describen esta condición. Se cuenta que en cierta ocasión “un niño jugaba con una serpiente, su papá, al darse cuenta, mata a la serpiente por temor a que muerda al niño, pero al momento de matarla el niño también muere”. Esto se explica porque la serpiente era el hermano animal del niño y ella vino a jugar con él, su “ser otro”.

Cuentan los abuelos que antes para darnos el nombre se basaban en la ceremonia de xtámbaa de acuerdo a nuestro hermano animal (kwi’ñii). Si se vive en la orilla del río (territorio) y el hermano animal es la serpiente (ser otro), podemos deducir que el nombre bien podría ser serpiente de río (ser, ser otro, ser territorio).

 

Los mè’phàà tenemos dos maneras de darle nombre a una persona:

1. Nombre común: La que deriva del hermano animal basado en la ceremonia de xtámbaa: Ser, Ser otro, Ser territorio, esta manera de nombrar, ha sido sustituido por la manera colonizada por nombres en castellano, como Juan, Pedro, Miguel.

2. Nombre ontológico: Se construye a partir del trabajo. “El ser mè’phàà está constituido desde lo colectivo, se construye el ser en la búsqueda del nombre, ese ser es siempre ante los otros, quienes definen el nombre con base en la praxis comunitaria del sujeto que busca su nombre, por eso, se debe construir el nombre a través de trabajos comunitarios, asumir responsabilidades, tener la capacidad de hacerse cargo de los otros para el bien de la comunidad y su funcionamiento” (Ver: http://ojarasca.jornada.com.mx/2018/01/12/tu-nombre-en-el-tiempo-5973.html).

En la actualidad reivindicar estos nombres es difícil, hay colonialismo en los nombres, hasta recientemente se empezaron a aceptar nombres en idiomas indígenas en los registros civiles. Sin embargo, con este principio de saber podemos reconstruir la manera como los mè’phàà daban nombre a sus hijos.

Los abuelos sostienen que ayudar a vivir a nuestro hermano animal es fundamento de nuestro tiempo y el hacer de nuestra responsabilidad mè’phàà. Cuentan que habrá un tiempo llamado mufuín en donde nos encontraremos todos los seres del mundo, ahí todos podremos comunicarnos en una sola palabra y en ese tiempo la palabra de los xàbò/gente será juzgada por las demás palabras. Si la palabra de los xàbò no cuidó de las otras palabras, se le reclamará, se le pedirán cuentas sobre su actuar en este tiempo, por eso hay que vivir con respeto, saber dar y recibir lo justo.

En la línea de comparar las filosofías, lo indígena se ha dado valor en relación a lo occidental. De esta metodología parten muchos investigadores que abordan el tema actualmente. Categorías como “Ser”, definido como totalidad, son algunas de las que se intentan adecuar al pensamiento de los pueblos originarios.

 

——————————

| Hubert Matiúwàa es originario del municipio de Malinaltepec, Guerrero. Ha publicado dos libros de poesía. Uno de ellos se llama precisamente Xtámbaa/Piel de tierra. Otro más, Tsína rí náyaxaa/Cicatriz que se mira. Ambos en edición de Pluralia. Esta es una entrega más de su columna en Ojarasca sobre el pensamiento en lengua mé’phàà.

comentarios de blog provistos por Disqus