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EL “ESPAÑOL” DE LOS INDÍGENAS DISCRIMINACIÓN LINGÜÍSTICA EN LA MONTAÑA DE GUERRERO

Iván Oropeza Bruno

• LOS PROCESOS LINGÜÍSTICOS EN EL USO DEL ESPAÑOL COMO SEGUNDA LENGUA POR PARTE DE HABLANTES DE LENGUAS INDÍGENAS

• DEBE PROMOVERSE EL RESPETO A LAS PERSONAS QUE HACEN UN ESFUERZO MAYOR POR COMUNICARSE EN UNA LENGUA DISTINTA A SU IDIOMA MATERNO

 

 

Una de las diversas expresiones de la discriminación que sufren los hablantes de lenguas indígenas es “por hablar mal español”. Se debe comenzar diciendo, y no como justificación, que el español es nuestra segunda lengua. Es por de facto la lengua oficial de nuestro país, aunque en los discursos oficiales y en nuestras leyes se reconocen 68 lenguas más, totalizando 69 lenguas oficiales.

Cada una de estas 68 agrupaciones lingüísticas tiene un particular dialecto del español. No podemos homogeneizar ni estandarizar esta variante del español al señalar que todos los indígenas hablan “igual de feo” el español. Nuestras variantes del español tienen o reflejan parte de la estructura lingüística de nuestras lenguas maternas.

Tlapa de Comonfort, Guerrero, “capital de La Montaña”, es una de las ciudades donde más se discrimina a las personas indígenas. No obstante, la gran mayoría de su población son descendientes directos de los mismos pueblos. Ahí, que no hables una lengua indígena te convierte automáticamente en “mestizo” o “gente de razón” como por arte de magia, aunque tus antecesores hayan sido indígenas y sigas preservando las tradiciones culturales, rasgos físicos, danzas, festividades.

En Tlapa los indígenas no pueden acceder a los derechos que les son otorgados por las leyes mexicanas y los tratados internacionales por no hablar el español o hablarlo mal, hablar “huanco”, “oler mal”, dar “mal aspecto”. Las mujeres tienen sus labores de parto afuera de los hospitales, los hombres no son atendidos hasta que están a punto de morir, las jóvenes no acceden a los servicios de justicia si fueron violadas o ultrajadas, los niños no reciben ni ejercen una instrucción educativa plena ya que las abuelas o mamás no pueden “entender” las instrucciones y tareas que dan las maestras en español, por ejemplo.


Dentro de la lingüística existen dos modelos teóricos para explicar los fenómenos del lenguaje: 1) la prescriptiva, que se centra en los modos correctos de hablar en el sentido “normativo” de una lengua; y 2) la descriptiva, que tiene por objeto describir las formas y usos de las expresiones lingüísticas de los hablantes. Me centraré en el segundo modelo para tratar de explicar el dialecto del español hablado por los grupos indígenas de la región de La Montaña.

1. Los hablantes del náwatl de Guerrero son discriminados por pronunciar la vocal /o/ en vez de la vocal /u/. Es importante saber que dicha lengua tiene cuatro vocales: /i, e, a, o/ y no cinco como supondríamos. Su sistema no tiene la /u/1. La fonética clasifica a las vocales de la siguiente manera:

Por tal motivo, al no tener dentro de su sistema vocálico la vocal /u/ pronuncian la vocal más próxima a dicho sonido, que en este caso es la vocal /o/. Por eso dicen: lona en vez de luna,2 mola en vez de mula, en fin todas las palabras con /u/. En palabras como agua, cacahuate, aguacate, etcétera, no tienen ninguna dificultad porque este sonido <gu> o <hu> fonética y fonológicamente es el sonido [w], como la misma lengua náwatl.

2. Los hablantes del tu’un savi (mixteco) de Guerrero son discriminados por no “saber” pronunciar ciertos sonidos del español, por ejemplo:

Esta lengua, al ser un sistema, tiene la restricción de prenasalizar a los sonidos sordos */mp, nt, nk/, no es posible. Al haber este impedimento la lengua hace uso de las consonantes más próximas, que en este caso son los sonidos sonoros prenasalisados, ya que coindicen en el punto del tracto vocálico en que son emitidos (punto de articulación).

3. La discriminación lingüística para los hablantes del mè’phàà se expresa cuando expresan formas de plural. Los hablantes de mè’phàà omiten el morfema /-s/ cuando contabilizan, no hacen la concordancia de numero con el sustantivo, ejemplos:

El mè’phàà no tiene un morfema para marcar plural; las palabras no cambian si son singulares o plurales, es la misma forma. Pensarán entonces cómo diremos ‘me mordieron dos perros’ o cuál es la diferencia entre contabilizar ‘un perro’ y ‘tres perros’.

La lengua contabiliza con el número y no hace una concordancia con lo que se cuenta, ejemplo:

Como vimos en las tres expresiones la palabra perro no cambia, lo que cambia es el número. Esto es una breve explicación del porque los mè’phàà no pronuncian los sustantivos en plural.


Las tres lenguas habladas en la región de La Montaña
reflejan parte de su estructura lingüística en el español. Este hecho es común con todo el mundo. Los hablantes del español presentan las mismas dificultades cuando intentar hablar otra lengua distinta a la suya, no pronuncian bien las vocales del inglés, tampoco las vocales nasales del francés. Así en cualquier otra lengua. O tienen problemas para conjugar los verbos. Lo mismo pasa con los hablantes del inglés o cualquier lengua extranjera cuando vienen a nuestro país. No pueden pronunciar bien el español, sólo que con ellos existe una muy pequeña diferencia: no los discriminamos, y no tendríamos por qué.

Debe haber respeto a todas las personas (extranjeros e indígenas) que tenemos al español como segunda lengua.

En las nuevas generaciones es menos común este fenómeno lingüístico porque el desplazamiento de las lenguas maternas comienza a más temprana edad. Los niños ya nacen aprendiendo el español.

 

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1 Vocal alta posterior. La lingüística clasifica a las vocales básicamente con dos parámetros: altura y desplazamiento (anterior o posterior).

2 Mi compañero y amigo Martín Tonalmeyotl relata que durante mucho tiempo le costó mucho trabajo poder pronunciar /burro/ con la /u/.

 

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| Iván Oropeza Bruno, Centro de Estudios Ecuménicos, Universidad Intercultural del Estado de Guerrero.

 

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