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PARA QUE NO VENGA SU AUTOPISTA

IGNACIO VILLANUEVA

Parafraseando al poeta Benedetti
en “¿Por qué cantamos?”-
decimos, repetimos, confirmamos, gritamos:
“¡no!” al proyecto carretero, a la ́pista Toluca-Naucalpan.
Porque no queremos morir de un tajo
ni que nos manden a todos al carajo.
Porque no queremos perder nuestra riqueza
y vivir tan sólo de tristeza.
Porque no queremos partir nuestras pasiones
ni dejar nuestra veta de ilusiones.
Porque no queremos soltar nuestros rincones
y dejar que otros sean los ganones.
Porque no queremos/ no deseamos
que nos quiten lo que es nuestro
ni dejar de rezar un padrenuestro.
Porque el respeto al derecho ajeno
es el respeto a las tradiciones, saberes,
memoria, usos y costumbres, así́ como al “patsiguëshu”,
al “queäshi” y al “buenos días”,
a la convivencia entre familiares,
vecinos y comunidad en general,
al ir al molino a moler el nixtamal
pa ́ poder comer tortías calientitas,
al ir a buscar hongos (honguiar)
y/o atravesar nomás nuestros montes.
O bien: porque el ruido escalofriante/
atroz/ ensordecedor/ duro/ avasallante/ aterrador/ injusto/
incómodo/ cruel/ crudo
de inversionistas, tellas et al., aliados, gobiernos, simpatizantes,
seguidores,
con sus inges, topógrafos, guías,
personal de confianza y seguridad, camionetas blancas,
tecnologías, etcéteras,
no nos dejan siquiera platicar
ni concentrar ni vivir tranquilo;
amén de que los pesados movimientos, zangoloteos
de sus unidades de transporte, equipos, máquinas, herramientas,
hacen temblar nuestras tierras, suelos.
pisos, casas, locales y construcciones
o dañan/ perjudican las tuberías de agua
o arruinan/ destruyen/ invaden/ rasgan/ ensucian nuestras milpas,
veredas, caminos, paisajes, fríos, piedras, bosque, provocando a la
vez que los animales se desplacen
a otros lugares por el escándalo y el alboroto, y al respecto, una
pregunta preguntona,
¿a cuántos animales, plantas, seres vivos, parajes, lugares sagrados,
“descansos”, ya les quitaron o amolaron la vida?
¡Qué necesidad de ello! ¡Qué necedad! No puede ser, pero
siempre hay milagros.
Y porque los que fueron, ahora son,
y mañana, pasado mañana, siempre, seguiremos siendo pueblos
originarios,
y los legítimos herederos de estas tierras
que nuestros ancestros nos dejaron,
y a quienes ¡sí! mucho les debemos y queremos.
Señores y señoras del progreso y el dinero: aquí, no son
bienvenidos ni están invitados. ¡Déjenos vivir en paz!

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Ignacio Villanueva, desde Xochicuautla, corazón de la montaña, el corazón que sueña y vive, febrero de 2019

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