EN EL ISTMO. LOS DESFIGUROS DEL VOLUNTARISMO / 265
El pasado 28 de abril el presidente Andrés Manuel López Obrador protagonizó una escena que diversas organizaciones indígenas de Oaxaca consideraron provocadora e indignante, cuando en un acto público en Juchitán, diseñado para la entrega de apoyos del gobierno, organizó una consulta a mano alzada sobre el proyecto del Corredor Transístmico, proyecto que conectará al Golfo de México con el Océano Pacífico.
“Como aquí estamos en una asamblea y hay de todas las corrientes de pensamiento y de todos los partidos… ¿sí o no? Hay diversidad, ¿verdad? Bueno, ¿por qué no hacemos aquí una consulta?, ¿por qué no la hacemos? A ver, que levanten la mano los que están en contra de que se lleve a cabo el proyecto de desarrollo del Istmo. A ver, que levanten la mano los que estén a favor del proyecto del Istmo”, dijo el presidente ante su público. Acto seguido la masa reunida en el evento del gobierno levantó la mano.
Casi un mes antes, el 30 y 31 de marzo, se llevó a cabo en cinco municipios del Istmo de Tehuantepec y en dos de Veracruz, una consulta organizada por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), que se proyectó sin difusión ni información previa, al vapor, en asambleas con poca participación en las que, al menos el primer día, la corresponsal de La Jornada, Diana Manzo, reportó “un ambiente desolado” en cuatro sedes de la asamblea regional consultiva. Y no era para menos, pues la convocatoria para la consulta salió el 20 de marzo, se publicó hasta el 26 en el Diario Oficial, y sólo tres días antes de la celebración se difundió a través de algunas estaciones de radio.
La participación fue mínima. En Santiago Laollaga, uno de los municipios consultados, de acuerdo a información del INPI, participaron 404 personas de 16 comunidades zapotecas, con escasa participación de mujeres. Y la mayoría del partido Morena. El Financiero informó que de 1.6 millones de personas que se consideran indígenas en Oaxaca, sólo se tomó la opinión de 3 mil 397 habitantes durante la consulta.
La consulta fue impugnada antes, durante y después de su ejecución por organizaciones y comunidades indígenas que serán afectadas por el ambicioso proyecto, razón por la que López Obrador se vio forzado a intentar legitimarla en un cuestionado ejercicio de votación a mano alzada, que después también tuvo que explicar: “nos hacen acusaciones infundadas y mucha gente que no tiene información suficiente se va, como se dice coloquialmente, con la finta. Entonces, por eso es importante aclarar estos asuntos de esta manera, de esta forma”.
“Para los que siempre nos ven con malos ojos y que quisieran que no hiciéramos nada y que nos fuera mal, se van a quedar con las ganas porque no somos iguales. A mí me pueden llamar ‘Peje’, pero no soy lagarto”, dijo el presidente de México.
“¿Acaso eso es una consulta? ¿Ése es el respaldo suficiente para continuar pretendiendo imponerle a los pueblos del Istmo su nefasto megaproyecto?”, se preguntaron en un comunicado la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y Territorio, el Comité Nacional para la Defensa y Conservación de los Chimalapas y la organización Maderas del Pueblo del Sureste, quienes denunciaron que las siete asambleas regionales para “dizque” consultar el Programa de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec “no se apegaron al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pues no se llevaron a cabo de manera previa, libre, informada, culturalmente adecuada y de buena fe, como lo establece el convenio suscrito por México”.
En otra denuncia, cincuenta organizaciones, asambleas y comunidades de Oaxaca advirtieron que “desde hace muchos años las comunidades istmeñas hemos enfrentado el despojo, las imposiciones y la violencia, y al llegar el nuevo gobierno muchos de nuestros paisanos tuvieron la esperanza de que la situación iba a cambiar, sin embargo, con el anuncio del megaproyecto del Corredor Transístmico y de la realización de una consulta simulada, es claro que el nuevo gobierno federal ha dejado de lado su discurso ‘primero los pobres’ para, con engaños, seguir sirviendo a los intereses de los empresarios”.
Las principales organizaciones indígenas del estado insistieron en que “la modernización de puertos y del ferrocarril no beneficia a las comunidades” y en que “los pueblos del Istmo no están de acuerdo en que la escasa agua se use para alimentar a las empresas mineras, el fracking y las maquiladoras”. También se manifestaron contra la militarización y la Guardia Nacional que “seguramente incrementará la violencia que ya sufrimos”.
“¿A qué le teme cuando su gobierno se niega a brindar información precisa y amplia a los pueblos y comunidades afectadas directamente por este proyecto?”, le preguntaron al presidente López Obrador. Y se respondieron: “por significar despojo de tierras y aguas, daños ambientales, mayor inseguridad y un peligro para la soberanía nacional”.
Sin ambigüedades, los pueblos del Istmo expresaron su “rotundo rechazo a este proyecto que es ni más ni menos la continuación de los proyectos de muerte impulsados por los gobiernos neoliberales”.
El primero de mayo, el presidente dio a conocer el Plan Nacional de Desarrollo (PND 2019-2024), en el que, ignorando todas las expresiones indígenas de rechazo, se asegura que el Programa de Desarrollo para el Istmo de Tehuantepec, del que forma parte el proyecto del Corredor Transístmico, fue avalado por los pueblos binnizá o zapoteco, ayuuk o mixe, zoque, ikoots o huave, chontal, chinanteco, mazateco, mixteco, popoluca, náhuatl y afromexicano de acuerdo con los artículos constitucionales 1 y 133, el artículo 6 del Convenio de la Organización Internacional del Trabajo y los artículos 19 y 32 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho de los Pueblos Indígenas.
“Nosotros no mentimos, lo cierto es que la mayoría de la gente del Istmo está a favor, los que están en contra son nuestros adversarios que ni siquiera viven en el Istmo, son los que quieren que no avancemos, que no hagamos cosas, están apostando a que nos vaya mal”, dijo López Obrador en una de sus conferencias matutinas.
“Vemos con preocupación que a pesar de que la consulta ha sido deslegitimada por los mismos pueblos, se pretenda seguir con la implementación de proyectos que pretenden ‘desarrollo’ desde las perspectivas del capital… Es preciso que el gobierno haga las preguntas adecuadas y respete la voluntad que los pueblos han expresado. Seguir negando la presencia de los pueblos y su derecho a decidir sobre su territorio es continuar invisibilizándolos como sujetos de derecho”, advirtieron la Red de Defensores y Defensoras Comunitarias de los Pueblos de Oaxaca (Redecom) y Servicios para una Educación Alternativa (Educa).