DEFENSA DE LA MADRE TIERRA. “HASTA MORIR SI ES PRECISO”: EZLN / 273
Los encuentros de diciembre de 2019 en algunos caracoles zapatistas en las montañas de Chiapas dejaron constancia de la resistencia indígena más articulada que hay actualmente en México contra el remozado capitalismo gubernamental, y demostraron la constancia de sus análisis y propuestas para defender territorios, tradiciones legítimas y alternativas de gobierno autónomas, indígenas y dignas. Los miembros del Congreso Nacional Indígena (CNI), en particular el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), son blanco de ataques y andanadas mediáticas de inspiración oficialista. Al gobierno lopezobradorista, por lo general tan orondo en su proyecto de Nación, le cala que se le presente como una nueva versión del capitalismo autoritario presuntamente superado.
El 20 de diciembre, el Congreso Nacional Indígena (CNI) reveló haberse reunido “para ver y entender la guerra neoliberal que de arriba viene cubierta de mentiras simulando gobernar, cuando ponen el país en manos del gran capital, al que le estorba la conciencia colectiva de los pueblos y echa a andar su maquinaria de despojo”. Identificó las manifestaciones más dañinas de esta ofensiva solapada. La primera y más lacerante es “la violencia sanguinaria y terrorista en contra de los pueblos que defienden la tierra”, agravada con los asesinatos de varios miembros del CNI. Otro flanco de ataque son las “consultas mentirosas”, con las que “el mal gobierno federal simula consultar a los pueblos, suplanta nuestra voluntad colectiva ignorando y ofendiendo nuestras formas de organización y toma de decisiones, como es el vulgar engaño a lo que llamó ‘Consulta’, cuyo objetivo no es otro que imponer por la fuerza el mal llamado Tren Maya”, o bien para imponer con violencia el Proyecto Integral Morelos, y otros megaproyectos “que reconfiguran nuestro país para dejarlo a disposición del capital multinacional”.
También operan, según el CNI, la polarización y el enfrentamiento entre los pueblos, “al fomentar los conflictos internos que tiñen de violencia a las comunidades, entre quienes defienden la vida y quienes decidieron ponerle precio, aún a costa de vender las futuras generaciones para el beneficio millonario de unos cuantos corruptos, a los que sirven los grupos armados de la delincuencia organizada”. Todo ello redunda en la “expansión de la guerra”.
Mientras los pueblos “sufrimos con más violencia que nunca la guerra del capital, el mal gobierno junto con sus grupos armados militares, policiales, paramilitares, guardias blancas y grupos de choque, extienden en nombre del dinero la destrucción sobre todo el territorio nacional”. Pueblos, naciones y tribus anunciaron: “Seguiremos cuidando y defendiendo las semillas de resistencia y rebeldía en medio de la muerte, construyendo un camino que perdure en medio de la oscuridad”.
Once días despues, al conmemorar el 26 aniversario de su alzamiento armado en 1994, el EZLN dio un expresivo mensaje en voz del subcomandante Moisés. Aquel primero de enero, los pueblos amanecieron con el fuego en sus manos. “El mandón que entonces enfrentamos era el mismo que hoy nos desprecia. Tenía otro nombre y otra cara, pero era y es el mismo de ahora”.
“Perseguidos por la fuerza y la mentira del mandón, igual que ahora, nos hemos mantenido firmes en construir algo nuevo. Hemos tenido fallas y errores”, admiten, “pero nunca nos hemos rendido”. Los zapatistas dicen haber buscado “todos los caminos posibles para que fueran la palabra, el diálogo y el acuerdo, los caminos para construir la paz con justicia y dignidad. Pero antes, como ahora, el mandón hizo oído sordo y se escondió detrás de la mentira”, siendo “el desprecio el arma que acompaña a sus militares, policías, guardias nacionales, paramilitares y programas contrainsurgentes. Y todos los años todos los mandones se consuelan y engañan de que ya nos acabaron”. Y cada año se felicitan “diciendo que ya acabaron con las rebeliones indígenas. Que ya estamos derrotados”. Pero cada año “nos mostramos y gritamos: ¡Aquí estamos! Y cada vez somos más”.
El EZLN proclamó en el albor de 2020 tener un proyecto de vida: “En nuestras comunidades florecen escuelas y clínicas de salud. Y se trabaja la tierra en colectivo. Y en colectivo nos apoyamos. Somos pues comunidad. Comunidad de comunidades. Las mujeres zapatistas tienen su propia voz, su propio camino. Y su destino no es el de la muerte violenta, la desaparición, la humillación. La niñez y la juventud zapatista tienen salud, educación y diferentes opciones de aprendizaje y diversión. Mantenemos y defendemos nuestra lengua, nuestra cultura, nuestro modo. Y seguimos firmes en el cumplimiento de nuestro deber como pueblos guardianes de la madre tierra”.
No obstante, “así como ha avanzado y crecido nuestra vida”, también “ha crecido la máquina de muerte y destrucción que se llama sistema capitalista. Y el hambre de la bestia no tiene llenadero”. Los zapatistas señalaron que “uno de esos nombres detrás de los que se esconde la muerte es ‘megaproyecto’”, que destruye territorios, “el aire, el agua, la tierra, las personas”. Con el megaproyecto “la bestia se zampa de un bocado pueblos enteros, montañas y valles, ríos y lagunas”.
“Dice la bestia que es por el progreso”, que “gracias a esos megaproyectos, los pueblos van a tener paga y muchas ventajas de la modernidad”. Recordaron a Samir Flores Soberanes, quien “se preguntaba y preguntaba que para quién es ese progreso… Y se respondió que ese camino lleva a la destrucción de la naturaleza y a la muerte de las comunidades originarias”. Samir expresó su desacuerdo, se organizó y fue muerto por “el mal gobierno porque su trabajo de capataz” consiste en “cuidar que la bestia, el mandón, tenga su ganancia”.
Moisés se refirió al “Encuentro internacional de mujeres que luchan”, celebrado también en diciembre, donde se mostró el “infierno para las mujeres y la niñez” que es México. “Nos cuentan de asesinatos, desapariciones, violaciones, desprecios y violencia diabólica. Y todo ese horror pasa en el progreso y lo que llaman civilización moderna”. La declaración rebelde puso especial atención en el “les guste o no les guste” del presidente para sus planes en buena parte del territorio maya mexicano. “Los pueblos zapatistas lo tomamos como que está retando, como que está diciendo que él tiene la fuerza y el dinero y a ver quién se opone a su mandato”. Los zapatistas “tomamos la parte que nos toca de ese reto”. Interpretan que el Estado pregunta: “¿Están dispuestos los pueblos zapatistas a perder todo lo que han avanzado con su autonomía?”. Con ello, “el capataz y sus guardias nos ponen frente a la opción de ‘vivos o muertos, pero se tiene que obedecer´. O sea que nos pregunta si estamos dispuestos a morir como alternativa de sociedad, como organización, como pueblos originarios de raíz maya, como guardianes y guardianas de la madre tierra, como individuos e individuas zapatistas”.
En esencia, el EZLN sostuvo que defenderá a la Madre Tierra “hasta morir si es preciso”. Su respuesta es: “Sí, estamos dispuestos a desaparecer como propuesta de un nuevo mundo. Sí, estamos dispuestos a ser destruidos como organización. Sí, estamos dispuestos a ser aniquilados como pueblos originarios de raíz maya. Sí, estamos dispuestos a morir como guardianes y guardianas de la tierra. Sí, estamos dispuestos a ser golpeados, encarcelados, desaparecidos, asesinados como individuos e individuas zapatistas”. Y a su vez plantean: “¿Están dispuestos los malos gobiernos a tratar de destruirnos al costo que sea, a golpearnos, encarcelarnos, desaparecernos y asesinarnos?”. Sólo falta la respuesta.