CUIDAR LA FORMA DE NACER — ojarasca Ojarasca
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CUIDAR LA FORMA DE NACER

PARTERAS POR LA VIDA, EL TERRITORIO, LA AUTONOMÍA

Aunque data de enero, este pronunciamiento  es de vital importancia para acercarnos al pensamiento de las cuidadoras de la vida y que le hagamos caso a su cuidado que, dicen ellas, “es un acto político y una tarea colectiva contra  el despojo”. Las abuelas parteras del continente nos interpelan.

Nosotras, parteras tradicionales y parteras en la  tradición, procedentes de 17 estados de México  y de Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala  y Perú, convocadas por el deseo de tejer caminos  hacia el fortalecimiento de la partería ancestral,  nos reunimos en Oaxaca del 25 al 27 de enero del 2018.

Nos reconocemos como parteras guardianas de la  vida, la madre tierra, la memoria ancestral, las tradiciones  de nuestros pueblos. Procedemos de culturas indígenas  y no indígenas, estamos en selvas, montañas,  costas y ciudades a lo largo y ancho del planeta. Honramos  a nuestras ancestras y ancestros, maestros y guías,  transmitiendo nuestros conocimientos de generación  en generación.

Con nuestro conocimiento, amor, paciencia,  perseverancia, intuición y humildad, cuidamos  y acompañamos el momento del nacimiento  reconociéndolo como un momento profundo y  espiritual; confiamos en la sabiduría del cuerpo  de las mujeres y sus bebés así como en la  fuerza de la madre tierra y por este motivo nos  valemos de sus elementos para sostener el  equilibrio y servir a la vida y sus ciclos.

Alertamos sobre los riesgos de desaparición  de este saber milenario, ya que identificamos  el despojo de los saberes tradicionales.  Estamos ante un escenario en que se apuesta  por la desaparición de la partería a través de  múltiples formas de persecución y amenaza,  así como la instauración de una cultura del miedo  que promueve la idea de que el parto es un  evento peligroso y en donde se han impuesto  mecanismos de regulación sobre las formas de  nacer, violando de manera sistemática derechos  colectivos y culturales de los pueblos.

Nos encontramos ante discursos institucionales  y programas que ejercen control y violencia  sobre los cuerpos de las mujeres, negando  su derecho a decidir cómo, dónde y con quién  parir; incluso se les condiciona su acceso a  programas sociales, orillándolas a la atención  institucional, bajo la amenaza de perder tales  apoyos. También se viola el derecho fundamental  de niños y niñas a la identidad cuando se  impide la expedición de certificados de nacimiento  en los partos atendidos por parteras.  Nos es negado como parteras el derecho a  ejercer nuestras prácticas y preservar nuestros  saberes. Vivimos cotidianamente situaciones  de discriminación, invisibilización y exclusión.  Se pretende descalificar la legitimidad de las  formas y procesos mediante los cuales transmitimos  nuestros saberes a las siguientes generaciones  de parteras.

Son claras las graves consecuencias de décadas  de políticas públicas que perpetúan dinámicas  de subordinación, control y cooptación de  la partería tradicional. Se han impuesto prácticas  medicalizadas que devaloran nuestros saberes y  minimizan el papel de las parteras y su lugar en la comunidad.  Se ha promovido alrededor de la partería tradicional  y en la tradición, la idea de que es una práctica insegura.  Esto ha orillado a muchas parteras a adaptarse a las exigencias  de las instituciones, a vivir en la sombra o incluso  a dejar de ser lo que son. Se niega de este modo que la  partería es segura, legítima, valiosa y que la necesidad de  su práctica es más vigente que nunca. En este encuentro  de corazones, hilando juntas:

Nos manifestamos de manera contundente por la  preservación, fortalecimiento y ejercicio de la partería  tradicional y en la tradición, así como su visibilización,  valoración, respeto y protección.

Elegimos retomar el lugar protagónico que nos corresponde  dejando en el pasado los papeles subordinados  en que las instituciones de gobierno pretendieron  relegarnos. Las parteras somos actoras autónomas,  nuestros saberes son legítimos y verdaderos. Sabemos cuáles son nuestros ámbitos de acción y reconocemos  los límites de nuestra práctica.

Promovemos el mejoramiento de nuestras condiciones  de vida y el cuidado integral de nuestro ser para  estar más plenamente al servicio. Nos comprometemos  a continuar transmitiendo estos saberes de generación  en generación, de abuelas a nietas, de maestras a  aprendices, quienes han recibido el llamado de ponerse  al servicio de la vida, e invitamos a otras abuelas y jóvenes  a sumarse a esta iniciativa. Seguiremos nutriendo  los espacios de diálogo, aprendizaje mutuo, crecimiento  y reconocimiento entre las abuelas y las nuevas generaciones  de parteras.

Recuperamos el lugar fundamental de la partera en  los tejidos comunitarios como un acto político y una tarea  colectiva en la lucha contra el despojo. La apuesta  es por la vida, el territorio, la autonomía. Cuidar la forma  de nacer implica defender el vínculo sagrado que nos  hace una con la tierra.

Llamamos a las mujeres, familias y comunidades a  sumarse a la defensa de la partería, a exigir de manera  categórica su derecho de elegir las maneras de  parir y nacer.

Convocamos a las organizaciones sociales, a la academia,  a las instituciones, organismos de derechos humanos,  pueblos y comunidades, a difundir sus  hallazgos, construir argumentos y denunciar  los riesgos que afronta la partería tradicional.  También los llamamos a hacer parte de una  amplia alianza, acompañando nuestra lucha y  caminar en la preservación de los saberes tradicionales.

Reconocemos que la partería tradicional y  en la tradición, al proteger la continuidad de  la vida y las comunidades, debe ser planteada  desde la defensa integral de los derechos humanos;  entre estos los Derechos Económicos,  Sociales, Culturales y Ambientales; Derechos  de las Mujeres, Derechos de los Niños y Niñas; y  Derechos de los Pueblos Indígenas. Llamamos  a las instancias garantes de derechos humanos  a pronunciarse sobre las múltiples violaciones  hacia el saber y práctica de la partería tradicional,  en relación con los marcos constitucionales  e internacionales que pretenden protegerla  y realicen recomendaciones a las instituciones  correspondientes.

Defendemos el derecho fundamental a la  identidad de los niños y las niñas, por ello exigimos  a las autoridades sanitarias garantizar  que cada bebé que llega a este mundo reciba  el certificado de nacimiento de forma expedita,  independientemente de su lugar de nacimiento  y de quién brinde la atención.

Apelando a la profunda espiritualidad que nos  legaron nuestros ancestras y ancestros, nos comprometemos  y nos lanzamos con entusiasmo, alegría,  dignidad y fuerza a conformar el Consejo de  Abuelas Parteras Guardianas del Saber Ancestral  ([email protected]).

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Consejo de Abuelas Parteras Guardianas del Saber Ancestral de México. Consejo de Abuelas Parteras Guardianas del Saber Ancestral de las Américas. Nueve Lunas SC, Oaxaca. Kinal Antzetik Distrito Federal AC. CAMI “Nellys Palomo Sánchez”, San Luis Acatlán, Guerrero. Manos Unidas, Guerrero. Movimiento Nacional de Comadronas Nim Alaxik Mayab´, Sabiduría Ancestral Maya, Guatemala. Cais do Parto, Brasil. Escuela de Saberes, Cultura y Tradiciones Ancestrales (ESCTA), Brasil. Escuela de Saberes, Cultura y Tradiciones Ancestrales (ESCTA), Colombia. Awaike, Argentina Pronunciamiento del FORO “PARTERÍA, CULTURA, ANCESTRALIDAD Y DERECHOS”, enero 2018, Ciudad de Oaxaca, México.

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