Son tiempos de crispación, polarización y maniqueísmos. Hablemos de un país, un área geográfica, un continente. El mundo entero. De precariedad económica y moral. De temores fatalistas y fatalidades cumplidas, deterioro ambiental y de la salud pública. De violencia criminal en unas partes, franca guerra en otras. Florecen los racismos, los prejuicios, las innegociables diferencias religiosas y nacionalistas.