TRIQUI, TRIQUI, TREN — ojarasca Ojarasca
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TRIQUI, TRIQUI, TREN

XUN BETAN

Oy la jkuch batel ixim, chenek’, marimpa, oy la jkuch batel jeuk te yajnil mol ajvalile, jun k’ak’ale la jmak batel chitomaltik, ta Pinca k’alto ta Teklum, ni xambaj batel baluneb ma’uk teme lajuneb ora, toj vokol la ka’i skoj ta bee cham ku’un jkot k’a’ chitome, li’ mol ajvalile la yak’ jtoj… ja’ jech schol ta alel te jmuk’ta tot k’alal amtej ta pincae (algunas veces cargué maíz, frijol, marimba, más de una vez me tocó llevar cargando la esposa del patrón, pero en una ocasión me tocó llevar unos cerdos, de la finca hasta el pueblo, caminando entre nueve a diez horas, llevar cerdos es muy complicado porque se mueren, y así sucedió, se me murió uno, después el patrón me exigió pagarlo…”).

Esto me recordaba mi abuelo de cuando él trabajó en la finca. Esta historia narrada con el dolor de su corazón y con lágrimas en los ojos fue y es la misma historia de muchas personas de los pueblos indios, donde el sistema colonial aún persiste.

La historia moderna de Chiapas creo que ha sido diferente a la de otros estados del país llamado México, primero porque aún existe una marcada clase oligarca de las familias del poder que han mantenido el control y el dominio de las instituciones políticas, como lo hicieron cuando anexaron Chiapas a México y que supieron cuidar de sus intereses para tal acción. La otra historia fue el despojo de las tierras antes y durante el Porfiriato, donde la población maya y zoque de la región sirvió de mano de obra barata a las compañías cafetaleras y madereras. Algunos abuelos recuerdan las formas coloniales (racistas) que les tocó vivir en los distintos lugares que ocuparon los ladinos, como bien se recuerda en San Cristóbal de Las Casas, con sus famosas atajadoras, que despojaban a la gente de sus pertenencias. O cuando los ladinos les escupían a la cara a los indígenas que escuchaban hablar en sus idiomas. O de prohibirles caminar en las banquetas, o sentarse en ella mojándolas, y hasta el racismo que expresan actualmente por cualquier acto “ilegal” realizado por la población indígena de la región. Con esto, la supuesta cuarta transformación, si existiera, no llegaría tan pronto, porque tendría que cruzar en caminos espinosos. Así, la clase política chiapaneca juega a cuidar sus privilegios. Funcionan como el camaleón, dependiendo del color que llega al poder se transforman. Así fue cuando perdió el PRI, varios se mudaron al color amarillo del PRD. Después de la derrota del PRD, se mudaron al color verde, del Partido Verde Ecologista. Este último estuvo marcado por un desgobierno, y como los anteriores, también lleno de conflictos de intereses y corrupción, iniciando con la millonaria publicidad del “Güero Velasco” en distintos medios de comunicación. De la frivolidad publicitaria del “Güero”, al manejo de recursos públicos, no se ha realizado auditoría alguna. Eso porque muchos se cobijaron en el nuevo partido del poder, ocupando así cargos federales, estatales y municipales, sin mencionar los pequeños puestos burocráticos. Por lo anterior, la “4T” tendrá que abrirse paso en un camino lleno de intereses de las familias chiapanecas, de los conflictos comunitarios que tomaron fuerza durante las administraciones pasadas donde se optó por fortalecer desde el gobierno a los grupos paramilitares y de choque para frenar las luchas comunitarias y estudiantiles, como las de la Normal Rural Mactumactza, y las bases de apoyo del EZLN, así como la detención ilegal de comuneros de Venustiano Carranza, la extorsión y tráfico de migrantes y el apoyo a los intereses mineros.

Las carreteras de Chiapas reflejan el estilo de gobernar de los políticos, llenas de baches, destruidas, parchadas, llenas de topes y olvidadas, pero las carreteras son y serán promesas para las campañas políticas. Aunque sabemos que es una necesidad para muchos pueblos y comunidades, que sirven para trasladar y transportar productos, además para un buen tránsito y acceso a las distintas regiones económicas y geográficas del estado, hasta la fecha existen comunidades que no tienen carreteras, y otras llevan años solicitando y son ignoradas. Otro aspecto a agregar sobre las pocas carreteras existentes y de su deterioro es el tránsito de vehículos de carga pesada, como los dobles remolques que es sabido los graves riesgos que presentan. Otro problema grave sobre la construcción de carreteras es la falta de andadores para que transiten las personas de las comunidades sin riesgo alguno, y con eso evitaríamos los topes. A las malas condiciones carreteras se ha sumado la delincuencia, y eso ha causado el bajo flujo de transporte colectivo y privado como ocurre en el tramo carretero de San Cristóbal a Palenque. Y para viajar hacia la península de Yucatán es aún más complicado. Recordemos lo que sucedió con el joven Maximiliano Gordillo en mayo de 2016, cuando fue detenido y desaparecido en la caseta del INM sobre la carretera hacia Balankán, Tabasco. Como este suceso seguramente hay otros tantos que se quedaron sin ser denunciados, más aún tratándose de migrantes. La inseguridad de la zona, las malas condiciones de las carreteras, el mal servicio de los transportes de pasaje hacia la península de Yucatán y Quintana Roo y los elevados costos, hacen indispensable otro mecanismo seguro y eficaz de transporte. Es triste ver la gran cantidad de personas que arriesgan sus vidas como cada sábado y miércoles tomando esos autobuses viejos y en mal estado para ahorrarse unos pesos para ir a buscar trabajo, y muchas veces rechazamos ciertos proyectos como el ya polémico “Tren Maya”, sin ver lo complicado que es para los miles de personas que se trasladan para trabajar o buscar trabajo en Cancún, Playas o Puertos del Caribe. Más bien se debería buscar propuestas o alternativas de transporte hacia esa zona sin poner en riesgo a la población local y cómo llevar proyectos de este tipo sin la mayor afectación al entorno natural, animal y humano. Finalmente, es importante que exista la libertad de expresión así como de tránsito, y qué bueno que en este régimen se pueda cuestionar y criticar las formas en que se lleven a cabo los proyectos, una cosa que fue difícil en las pasadas administraciones, pero es importante cuidarnos para no hacerle el trabajo a los pequeños grupos que se autodenominan “oposición” al gobierno actual. Los panistas y priístas están al asecho, creando o utilizando cualquier escándalo para “quebrar” al país y justificar su odio y racismo. Se callaron los años en el que al país lo tenían prisionero. La hipocresía partidista es lamentable para un país rico en recursos y empobrecido por su sistema político. No hay que bajar la guardia, más aún las personas que venimos de los distintos pueblos originarios ya que tenemos mucho que dar y seguir luchando, porque la venta de espejitos no parará. La mentira seguirá mientras no construyamos nuestros propios criterios, el miedo seguirá creando barreras para desvincularnos y muchas veces tendremos que descolonizarnos hasta de lo decolonial.

Y no, no todos los caminos conducen a Roma, algunos nos ayudan a pensar y replantear ciertas realidades, de nuestra comodidad y la sobrevivencia de otros. Recordar que be, o camino, simboliza más que un recorrido, puede ser el destino, es el guía que nos lleva a dimensionar nuestra existencia y caminar, es la energía de la acción, la energía que adquiere experiencia para abrir y construir caminos. Así, no simplemente es llegar, sino construir y crear. Y para seguir pensando en el tren, recordemos esta ronda popular: Acitrón de un fandango, zango, zango, sabaré, sabaré que va pasando, con su triqui, triqui, tran. Por la calle voy pasando, por la vía pasa el tren, acitrón de un fandango, zango, zango, sabaré… Con su triqui, triqui, tren!

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