OHTLI: RETAZOS CÁLIDOS DE UNA OBRA VIVA — ojarasca Ojarasca
Usted está aquí: Inicio / Veredas / OHTLI: RETAZOS CÁLIDOS DE UNA OBRA VIVA

OHTLI: RETAZOS CÁLIDOS DE UNA OBRA VIVA

Antes del recreo: en un nido. Después del recreo: en el bote de basura. Una de las diversas frases que hicieron sentir y reflexionar a toda la comunidad de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla (UIEP). El 19 de septiembre, la compañía La Paradoja del Gato viajó desde la Ciudad de México hasta el pueblo viejo Huehuetla para presentar su obra de teatro Ohtli, en una de las últimas presentaciones de su gira, pero la primera en presentarse al aire libre y no en un espacio cerrado. Durante el desarrollo de la obra se hace una viva referencia al título. En Ohtli se muestra cómo a lo largo de nuestro camino hemos olvidado quiénes somos, cómo pasamos por alto nuestras lenguas originarias o, peor aún, las reprimimos y minimizamos.

Ohtli es una obra para enraizar la identidad. El sonido de las 68 lenguas originarias existentes en México (es un eco que retumba en nuestros oídos) y los planes a nivel nacional de la educación escolar son la entrada de la primera escena. Un gorrión cae del nido y tres niños jugando lo encuentran y muere de asfixia. Primero en un nido, después en un bote de basura. Llegan al salón de clases y la maestra les dicta que hay una sola forma de vida y el agua no entra en ésta. Uno de los tres niños es nahua, y de acuerdo a su cosmovisión le da sentido de valor a la energía, más allá de lo material o tangible. El niño se desenvuelve en un ambiente normalizador por la cultura occidental que lo invisibiliza. La representación muestra cómo la internalización del estigma ha masacrado nuestra identidad, haciéndonos olvidar nuestra lengua, nuestro territorio, nuestra cultura y nuestra gente. Comienza con gritos, con esa fuerte energía en la voz, y termina con lágrimas, triturando las palabras del momento. Y nos transmite que cuando muere un pájaro encontramos una buena historia para que duerman los gusanos.

El mensaje de la puesta en escena es claro, es definitivo: darse cuenta de los errores que el sistema educativo comete al tratar de intervenir en el fomento de la lengua materna u originaria. ¿Qué hay de nuestras acciones en el tema? ¿Acaso no hemos también promovido la exclusión de una lengua originaria? Surgen estas preguntas a raíz de esta representación teatral que pone en la mesa la situación que se vive a diario en distintos espacios educativos.

Todo esto me hace recordar que, mientras prestaba un servicio docente frente a un grupo de estudiantes de primaria en una comunidad originaria, me enfrenté a un ambiente similar al simulado en la obra. Entre lágrimas intencionalmente reprimidas, pensé: “Seguramente, en algún momento, sin minimizar o cambiar las ideas de algún estudiante, ignoré sus comentarios, expresé mi desaprobación sobre su percepción de las cosas o las cuestioné (por ignorar la composición de su contexto). A pesar del cariño que sentía por ellos, posiblemente marqué de esta forma alguno de sus días generando confusión o desconfianza en sí mismos”. Valoro el hecho de haber podido vivir por más de tres años en las comunidades de la sierra, porque así aprendí a evitar calificar comportamientos y respetar ideas distintas. Valoro también esta increíble escenificación, porque me permitió pensar en mi propio comportamiento.

El derecho a la identidad que me fue negado y el que se me excluyera de participar en diversos espacios donde la interculturalidad no era una línea a seguir, son cuestiones que Ohtli me hizo recordar. La exclusión día a día, la continua agresión y el cuestionarse la “justicia” denotan a la cotidianidad indígena en el momento de enfrentarse con el resto del mundo.

En la metáfora del gorrión gris se encuentra la que ha sido mi realidad. Desde mi nacimiento fui condenada a permanecer en el nivel inferior de una jerarquía social que viene propagándose y enriqueciéndose cada vez más. Y más ahora, por medio del neoliberalismo. Seguimos careciendo de valores que nos incluyan a todos en una sociedad que se supone mejor que la de hace 500 años. Cuando nos concebimos como una sociedad justa, sin discriminación, ¿lo somos realmente o sólo parecemos? ¿Será que la palabra “prosperidad” en nuestra sociedad está aún muy lejos de ser alcanzada?

_____

Compañía La Paradoja del Gato. Dramaturgia y dirección: Jennifer Moreno. Acompañamiento creativo e investigación de movimiento: Viko Hernández. Asesoría en lengua y cultura náhuatl: Santos de la Cruz. Diseño sonoro y música original: Carlos Gómez Matus. Creadores escénicos: Adriana Reséndiz, Enrique Avilés, César Rene Pérez, Jennifer Moreno. Producción: La paradoja del gato y Kaizendanza Primera Camada. Colectivo de Escritura Creativa: Diana Contreras, Irene Mora, Luis Gándara, Sergio Diego.

comentarios de blog provistos por Disqus