CHERÁN 2020: CASI NUEVE AÑOS
LA AUTONOMÍA ES APENAS EL PUNTO DE PARTIDA
Cherán K’eri, Michoacán, Radio Huayacocotla, 3 de febrero. Cherán es un municipio en la Meseta Purhépecha, la zona indígena más grande de Michoacán. Estuvimos allí como parte de la Red en Defensa del Maíz, para compartir puntos de vista e informaciones sobre semillas y autonomía. La reunión se celebró el Día de la Candelaria, al inicio del año nuevo purhépecha y del ciclo agrícola. Es el día donde se bailan en la zona todas las variantes de la Danza de Viejitos. También coincidió con el final del campeonato de futbol americano en Estados Unidos, “el supertazón”.
Este 15 de abril, Cherán cumplirá nueve años de ser un municipio autónomo. Desde 2011 iniciaron una lucha por la que han logrado que los poderes del estado y de la Federación respeten mecanismos antiguos y modernos que tienen para organizar su vida municipal y comunitaria.
En 2011, en Cherán, como en tantos otros lugares del país, la violencia del crimen organizado llegó a un extremo insoportable. Esta violencia se manifestaba principalmente en la tala del bosque, el robo de madera, las agresiones cada vez peores a mujeres y niños. El 15 de abril de 2011, las mujeres llamaron al pueblo entero a expulsar a los talamontes y a los policías cómplices, destituyeron al presidente municipal, se declararon municipio autónomo y corrieron a los partidos políticos.
La declaración de autonomía trajo alerta y amenazas, militarización y confusión, entre los poderes legales y entre los ilegales. La gente de Cherán se organizó minuciosamente para cuidar a sus familias, encendiendo fogatas de vigilancia en cada una de las esquinas de los cuatro barrios en tiempos que fueron turbulentos y de los que Cherán salió fortalecido.
A la vuelta de estos nueve años, las 213 fogatas de los cuatro barrios, integradas por comuneros, se convirtieron en asambleas de barrio, y sus representantes forman la Asamblea General. Esta Asamblea General decide puntualmente sobre el presupuesto municipal, valora las supuestas bondades o las trampas de los programas de gobierno, cómo relacionarse con el resto de los municipios y con la Nación —y en qué asuntos reivindican su absoluta independencia. La voz de la Asamblea General, que viene de las asambleas de barrio conformadas por las fogatas, es el Concejo Mayor. Este Concejo Mayor se reparte las funciones agrarias, civiles, económicas, culturales, de equidad de género, juventud y administración. Cada tres años cambia toda la estructura del gobierno autónomo, asegurando que todos y todas tengan oportunidad de responsabilizarse de una parte de la vida común.
Lo más urgente que atendieron cuando declararon su autonomía municipal fue parar la destrucción del bosque. Y defender a sus jóvenes, sus muchachas, sus niños y niñas. Esa protección sigue siendo un escudo muy notorio en Cherán. Como también es notoria, desde la carretera, la diferencia entre las tierras comunales de Cherán, tupidas de bosque, y las tierras de otros, ralas, o en el mejor de los casos, sembradas de hileras de aguacate.
En Cherán no se acepta la siembra de aguacate. Eso sorprende a muchos, siendo la tierra tan propicia para ese fruto, botana oficial de eventos masivos como el Supertazón del campeonato de futbol americano, que ocurre cada primer domingo de febrero. Este año, el día de la Candelaria coincidió con el supertazón, y dicen que, para cubrir la demanda de guacamole, en las últimas semanas salió de Michoacán un camión cargado de aguacate hacia Estados Unidos ¡¡cada 8 minutos!! Dicen que el aguacate fue la “estrella del supertazón” y que los beneficios para México son incalculables. Pero en Cherán las comunidades han decidido no sembrar aguacate para recuperar su bosque, sus animales, plantas, maderas y agua.
En Cherán tienen la captación de agua de lluvia más grande de Latinoamérica, proyecto comunitario que resolvió la crónica escasez de agua de los habitantes. Ahora reparten el agua a todas las casas y la filtran, y cuentan que las refresqueras tuvieron que bajar el precio de sus botellas si querían seguir presentes en la comunidad. Tienen un enorme vivero en el que crían las variedades locales de pino para sus bosques y para otros bosques que los requieran. Y entre los bosques, cabañas para los visitantes.
En Cherán no hay partidos políticos. La vía electoral la tienen absolutamente cancelada. Las elección de sus autoridades es directa y se relaciona con los consensos que se van tejiendo desde abajo; no tienen que ver con las opciones que da el IFE.
Mediante la Asamblea General y el Concejo Mayor, deciden directamente qué hacer con las partidas municipales. En otras poblaciones, como Pichátaro, Nahuatzen, Sevina, Comachuen, hay también gente que busca un proceso de autonomía. Para quienes eran niños en 2011 y hoy son jóvenes que ya deciden y participan en todo, la autonomía municipal es algo normal.
En Cherán no se han resuelto todos los problemas. En las asambleas se sigue discutiendo sobre el futuro del bosque, cómo aprovecharlo, o para qué reforestarlo si no lo van a vender; por qué no irse de mojados, si allá se gana en un mes lo que en la comunidad durante un año; o por qué se sigue consumiendo comida chatarra si se hace a fin de cuentas con los cultivos campesinos, o por qué no se logra terminar con la basura de plástico y unicel durante las fiestas y vendimias.
En Cherán viven la contradicción, como el resto de nosotros, pero lo hablan y buscan qué sigue. Mantienen a brazo partido el espacio para poder discutir desde sus fogatas las formas posibles de solucionar los problemas —de la subsistencia y la independencia municipal al papel de una agricultura agroecológica y las semillas nativas—, en un entorno consumista y depredador, rodeados de agroindustrias.
“Cuando produzcamos nuestro propio alimento tendremos libertad y salud”, nos dijo un comunero, criticando por qué se siguen vendiendo frituras de las grandes marcas en las tienditas. “La autonomía municipal es apenas el punto de partida, no es el fin de nuestra resistencia”, dice otra de las autoridades. Se siente mucha tranquilidad en Cherán, a diferencia de otros lugares allí a la vuelta, donde se vive con miedo y tristeza. En Cherán se enorgullecen de ese ambiente de calma, en el que siguen preguntándose qué significa la libertad para ellos y cómo trabajarla.