DSÓJMOO. HÉROE CULTURAL CHINANTECO — ojarasca Ojarasca
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DSÓJMOO. HÉROE CULTURAL CHINANTECO

ARMANDO HERNÁNDEZ

Los chinantecos, o dsajmíi en la variante de Lalana, es un pueblo originario que habita al noreste del estado de Oaxaca. Su territorio es conocido como “la Chinantla”, comprende una gran extensión de la región del Papaloapan y una franja de la Cañada y Sierra Norte. La Chinantla, sin embargo, no incluía la extensión que actualmente se le atribuye, pues los chinantecos que habitan en las cuencas de los ríos Lalana, “Montenegro” o Manso (Cajonos en la parte alta), así como sus afluentes, se han conocido en las fuentes históricas como “guatinicamanes” más que chinantecos (Burgoa, 1989). Hasta hoy en día, los chinantecos en los municipios de Lalana, Jocotepec, Petlapa y alrededores tienen marcadas diferencias del resto de la Chinantla en cuanto a lengua, prácticas agrícolas y cosmovisión, de la cual forma parte un héroe cultural conocido como Dsójmoo o simplemente Jmoo.

Otra figura que se ha popularizado es lo que Mariano Espinosa (1961) menciona como Quiana, un supuesto gobernante chinanteco que vivió cerca del año 1110. Pese a que su versión carece de sustento histórico, arqueológico, etnográfico y lingüístico, el nombre de este personaje se ha reproducido sin mayor crítica en los textos académicos que se apegan a lo que se conoce como “el canon prehispánico” (Pitarch, 2008), un modelo que busca incorporar elementos precolombinos con la finalidad de tener mayor legitimidad.

El Jmoo, por el contrario, vive hasta ahora en la tradición oral de los chinantecos de Lalana.
Su nombre literalmente significa “hombre faisán” u “hombre gallo” (dsóo significa hombre y jmóo faisán o gallo). Sin embargo, la etimología de la segunda palabra ha sido discutida; algunas personas especulan que se asocia a las palabras parecidas de jmo (raíz), jmó (siembra) e incluso jmóó (petate), que difieren mínimamente en su tono y cantidad vocálica. Este juego de palabras se debe a que el chinanteco es una lengua tonal, es decir, la melodía que carga cada sílaba sirve, al igual que las vocales o consonantes, para distinguir palabras. Entre los hablantes bilingües solo se traduce como “rey chinanteco”, pero el concepto de “rey” es totalmente occidental.

Las historias en torno al Jmoo se tejen en su mayoría de victorias militares, sucesos anecdóticos y una serie de leyes apegadas a la identidad. El personaje coincide con la figura de hombre-dios descrito por Alfredo López Austin como un héroe cultural, quien toma como ejemplo al “rey Condoy” entre los mixes (2016). Los mismos ancianos de Lalana destacan que cada pueblo en esta región tiene su propio Jmoo, incluso los municipios con pequeñas variaciones culturales y lingüísticas como Jocotepec y Petlapa.

El principal papel que desempeñó el Jmoo fue como protector del territorio y la cultura chinanteca. La medida que tomó para ello, fue prohibir rotundamente relacionarse con los dsa jia(otras gentes) quienes, dijo, causarían despojo territorial y acabarían con las tradiciones, pues la introducción de nuevas practicas económicas e ideológicas despertaría la codicia y acarrearían problemas internos. Por otra parte, promovió los elementos identitarios que actualmente caracterizan a los chinantecos, incluyendo la gastronomía y la indumentaria. Al paso del tiempo, Jmoo atestiguó que su pueblo empezaba a cambiar las prácticas culturales establecidas. Fue entonces que decidió marcharse después de su ultima batalla, no sin antes anunciar de una serie de adversidades que enfrentaría su pueblo, como la pérdida de semillas nativas que conforman el agroecosistema milpa y sus parientes silvestres como quelites y hongos que coexisten conjuntamente. El resultado es el cambio en hábitos alimenticios, que acarrea enfermedades nuevas.

La defensa del territorio que el Jmoo enfatizó conlleva el cuidado de recursos como agua y biodiversidad, pero en las últimas décadas ha predominado la ganadería extensiva ante actividades tradicionales como agricultura, pesca y cacería. Una dinámica que ha favorecido al calentamiento global.

Ante estas situaciones, las palabras del Jmoo siguen vigentes para reflexionar sobre los problemas sociales y am bientales que su pueblo enfrenta. Aunque el Jmoo pueda parecer radical, predijo la destrucción de muchas prácticas culturales de los chinantecos, como son las relacionadas con los jii (tiempos). Una cuenta calendárica de origen prehispánico que se basa en la observación de la naturaleza y que engloba epistemologías locales aún guardadas por un puñado de milperos. Del mismo modo, los relatos del hombre-dios chinanteco perviven en las voces de ancianos y “curanderos”.

Los especialistas rituales afirman que el Jmoo aún existe y vive en la cueva de un cerro próximo a la cabecera municipal de San Juan Lalana. Cuentan que aún es posible pedir su regreso ayunando durante 40 días y durmiendo sobre árboles de ceiba con espinas, a manera de autosacrificio. Paralelamente a esto, el pueblo debe volver a sus orígenes y prácticas esenciales de acuerdo a la identidad que el mismo Jmoo forjó. Es un legado que sigue vigente en una zona interétnica y de contacto.

La ubicación geográfica de la Chinantla ha favorecido el flujo de personas y comercio con el Istmo de Tehuantepec y el Golfo de México. Es una zona de confluencia entre las tierras bajas y tierras altas. Estas condiciones naturales han hecho que sea blanco constante de invasiones. Históricamente la expansión mexica tuvo un limitado dominio y posteriormente los españoles lograron su control parcial. La gran selva chinanteca y la complejidad de la lengua frenaron considerablemente el proceso de evangelización.

En la actualidad, los municipios colindantes con Veracruz son puntos de intersección con ideologías externas. En este sentido, la región puede ser vista como “la primera trinchera cultural” que deben atravesar los dsa jiaantes

de confrontar directamente a los vecinos zapotecos y mixes. En el caso de Lalana, la memoria colectiva indica que el Jmoo es quien está al mando de la resistencia cultural chinanteca, lo que se refleja en la vitalidad de la lengua, medicina y conocimientos de la milpa. Mientras se conserven, dicen los ancianos, quedan esperanzas de su posible regreso.

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Referencias
Relatos recogidos directamente de ancianos y especialistas rituales chinantecos.


Burgoa, Fray Francisco. (1989). Geográfica descripción de la par te septentrional el Polo ártico de la América y nueva iglesia de las indias occidentales. México: Editorial Porrúa.


Espinosa, M. (1961). Los papeles de la Chinantla, Apuntes históricos de las tribus chinantecas, mazatecas y popolucas en papeles de la Chinantla III. México: ENAH.


López Austin, A. (2016). Hombre-Dios, religión y política en el mundo náhuatl. México: UNAM.


Pitarch, P. (2008). “El imaginario prehispánico”, Revista Nexos, (372), en línea.

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