ADIÓS A LOS PUERCOS. LAS TRES VICTORIAS DE MAYO EN HOMÚN, YUCATÁN
Es un triunfo más para el pueblo de Homún, comenta José May, integrante de la organización Kanan Ts’ono’ot (Guardianes de los Cenotes), después de que la comunidad maya yucateca recibió el Galardón Corazón de León por su lucha constante por el derecho a la vida frente a empresas que buscan imponer una megagranja porcícola en esta localidad, lo que amenaza el agua y la cultura de la región.
En las últimas dos semanas de mayo, la comunidad maya salió victoriosa en tres momentos: el primero, cuando el día 19 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó una suspensión a la megagranja de la empresa Producción Alimentaria Porcícola (PAPO) en Homún. La suspensión se otorgó a partir de que seis niños y niñas del pueblo presentaron un amparo para salvaguardar el agua de la zona.
Dos días después del fallo, la Secretaría de Salud de Yucatán clausuró los paradores turísticos de los más visibles defensores del agua de la comunidad maya de Homún, lo que la comunidad, junto con defensores de derechos humanos del Equipo Indignación que los acompañó durante todo el proceso, calificaron como una “represalia” por la victoria jurídica contra la empresa PAPO “contra quienes llevaron por la vía pacífica la defensa de sus cenotes”.
Vino entonces la respuesta de la comunidad, que anunció que todos los cenoteros y paradores turísticos del área paralizarían sus actividades por tres días como muestra de solidaridad y protesta por las acciones punitivas de las Secretarías de Salud y de Seguridad Pública de Yucatán. Y vino el segundo triunfo, pues ante la presión del paro de los cenoteros, que habría causado pérdidas económicas, el gobierno “dio marcha atrás” y retiró los sellos de clausura que había puesto en los paradores de Homún. “Hoy se continua el camino de este pueblo con mayor fuerza y dignidad. Todos los paradores abren y celebran la fuerza de las palabras y la organización que les une”, declararon los cenoteros el 25 de mayo.
Y dos días después de la victoria, el pueblo maya celebró su tercer triunfo cuando la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) anunció la clausura de cuatro granjas porcícolas en la Península de Yucatán, después de que integrantes de 21 comunidades presentaran una denuncia por las afectaciones ambientales y violaciones a sus derechos humanos.
A partir de la denuncia presentada desde noviembre de 2020 por 52 ciudadanos y ciudadanas de comunidades mayas, la Profepa anunció que cuatro granjas porcícolas en los municipios de Maxcanú, Kinchil, Opichén y Mérida se clausurarán por no contar con las autorizaciones en materia de impacto ambiental y por afectaciones a la biodiversidad, entre otros motivos.
Las clausuras “son el primer paso para frenar las afectaciones ambientales ocasionadas por la industria porcícola”, afirmaron en un comunicado integrantes del pueblo maya y las organizaciones Indignación, Artículo 19, Greenpeace y Misioneros. No olvidaron que, según un informe elaborado por Greenpeace, solamente 22 de las 257 granjas porcícolas de la Península de Yucatán cuentan con Manifestación de Impacto Ambiental, además de que 122 de las granjas están en regiones de atención a la biodiversidad.
Homún contra los puercos. El pueblo de Homún, junto con otras comunidades, forma parte de la zona de recarga natural del agua del Área Natural Protegida denominada Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de los Cenotes, la reserva hidrológica de aguas subterráneas más importante a nivel nacional, pues alberga cuatro acuíferos y su recarga media es el 32 por ciento de la de todo el país.
Desde el 2016 el pueblo está en resistencia ante las grandes empresas “que buscan enriquecerse a costa de la vida de las personas”, como denunció la Federación de Estudiantes Universitarios de la Universidad de Guadalajara (FEU-UG). El pueblo lleva cinco años resistiendo ante la instalación de una megagranja de 49 mil cerdos “que amenaza su territorio, su ecosistema y su modo de vida”. La consulta convocada en octubre de 2017 por el comité Kanan Ts’ono’ot, conforme a su derecho a la libre determinación, demostró el rechazo del pueblo ante la construcción de la megagranja: 732 de 789 personas votaron por no seguir con el proyecto que afectaba su calidad de vida. Como parte de su lucha contra la granja porcícola, los integrantes de Kanan Ts’ono’ot fueron a escuelas y conversaron con las y los niños sobre el conflicto. Cuenta José May, en entrevista telefónica con Ojarasca, que ellos dijeron que no querían que se contaminaran los cenotes y su participación ayudó a concientizar a la comunidad, que desde entonces defiende su derecho al agua.
Después de la visita a las escuelas, seis niñas y niños de Homún, junto con sus tutores, interpusieron un recurso legal para exigir que se respetara su derecho a un medio ambiente sano. En octubre de 2018 la Juez Miriam de Jesús Cámara Patrón otorgó el amparo a la infancia, y desde entonces la fábrica de PAPO dejó de operar. La cereza del pastel de estas semanas fue el reconocimiento Corazón de León al pueblo de Homún por su defensa del derecho a la libre determinación, al agua y al medio ambiente. Ante la noticia, José May compartió que él y sus compañeros “están celebrando por la lucha y difundiendo la noticia”.
El integrante de Kanan Ts’ono’ot comentó que todavía se encuentran en lucha por el agua y para que no se contaminen sus cenotes. Espera que la decisión de la SCJN, con la que “se están respetando nuestras costumbres”, sirva para otras comunidades y confirma que, como se ha visto en las últimas semanas, cuando la Corte dictamina un fallo a favor de la comunidad, vienen las represalias. Pero ante ellas, “el pueblo se une y reacciona. Nosotros vamos a continuar en la lucha pase lo que pase, aun con represalias, con amenazas, con lo que sea”, afirma el defensor.
La comunidad, agrega May, está a la espera de que se otorgue la clausura definitiva de la granja, y con la noticia del premio, dice, “sabemos que no estamos solos, mucha gente nos apoya”.