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LAS AVES DE XOCHIMILCO

TAMARA BLÁZQUEZ HAIK

SIN NATURALEZA ESTA CIUDAD NO TIENE FUTURO

El Área Natural Protegida (ANP) Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco se localiza en la porción centro y norte de la alcaldía Xochimilco, al sur-oriente de la Ciudad de México. Es conocida como una zona de recreación, famosa por sus paseos en trajinera y como un buen lugar para el paseo dominical en familia o con amigos. Lo que muy pocos saben es que Xochimilco es una zona lacustre remanente de los grandes lagos que alguna vez cubrieron la Cuenca de México y que a través de los años se ha visto amenazado por la creciente urbanización, desecación de canales, contaminación y otros problemas ambientales que poco a poco presionan para desaparecer esta área natural protegida, sitio RAMSAR1 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. También es un importante refugio para la biodiversidad urbana, en especial para las aves migratorias.

Actualmente, una de las mayores amenazas al ANP es la construcción de un puente vehicular sobre un ancho camellón que ayudaba con la regulación del clima, como regulador hídrico y como paso de fauna para el cruce de las especies, incluidas las aves, del norte al sur del área y viceversa. En el ANP Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco se tienen registradas alrededor de 193 especies distintas de aves, tanto residentes como migratorias2, haciendo de esta ANP un importante espacio para la conservación de la avifauna capitalina. La zona lacustre recibe cada año cientos de especies migratorias, que huyen del crudo invierno del norte de Estados Unidos y Canadá para refugiarse en nuestra ciudad durante esta época.

En estos meses, la zona de humedales se vuelve todo un espectáculo con especies como la garza morena, el águila pescadora, pelícanos blancos americanos, entre otras. Los pelícanos blancos son quizá la especie migratoria invernal más carismática que podemos observar descansando por los canales y grandes cuerpos de agua, ya sea en el parque ecológico o por toda la zona chinampera, siendo la especie más atractiva para los observadores de aves entusiastas que se adentran en el humedal con el único propósito de verlos y fotografiarlos.

Pero no sólo son los pelícanos, están también las garzas morena y tricolor, las gallaretas y gallinetas, los zambullidores, chorlitos, monjitas americanas y demás aves playeras alimentándose en las zonas de fango, siempre elegantes con sus largas patas y picos, y claro, los tradicionales patos. Sin olvidarnos también de las aves rapaces como el águila pescadora, el aguililla alas anchas, el gavilán de Cooper, la aguililla cola roja y hasta los zopilotes que no sólo se alimentan de peces, sino de otras aves y animales, ayudando a mantener en balance a este único ecosistema.

Todas estas especies coexisten en Xochimilco, unidas por los mismos elementos: el agua y el humedal. Sin embargo, el humedal ha comenzado a secarse y las aves poco a poco se van yendo en busca de mejores refugios. Cuentan los pobladores que hace apenas unos quince años se lograban ver grupos de más de cien pelícanos adornando los canales, ahora los grupos que llegan son más pequeños debido precisamente a que cada vez hay menos agua.

Obras como el puente vehicular exacerban la desecación de los canales y la zona chinampera y crean un efecto barrera que impide a las especies desplazarse libremente entre la parte norte y sur del ANP, afectando así sus posibilidades de encontrar alimento, nuevos cuerpos de agua limpia y fresca, además de reducir sus oportunidades de encontrar pareja poniendo en riesgo el proceso de reproducción de varias especies.

Aunque sabemos que las aves pueden volar, la altura de un puente donde antes había un pedazo de humedal, el cual las aves tenían memorizado como un espacio de cruce seguro, aunado al ruido de las obras y posteriormente de los autos que lo transitarán, así como la contaminación generada por esto, las ahuyenta y desincentiva a intentar volar sobre la estructura por miedo al peligro.

Recordemos también que por años Xochimilco ha estado a la merced de la especulación inmobiliaria, siempre presente mientras busca espacios para construir grandes edificios o centros comerciales. Las infraestructuras vehiculares ayudan a que sea más fácil para la industria inmobiliaria despojar a los pobladores de sus tierras e invadir las áreas naturales, sin ayudar en realidad a solucionar los problemas de movilidad por los cuales supuestamente son creados. Así que el problema de falta de agua, contaminación y basura seguirá creciendo en conjunto con estas obras mientras las aves siguen siendo también desplazadas de su hábitat.

Si la urbanización y fragmentación de Xochimilco continúa, no habrá piedad para la parte de la zona lacustre que aún sobrevive tanto en esta área como en Tláhuac, la cual también sería devastada a largo plazo. Es momento de que paremos un segundo y observemos el daño que le estamos ocasionando a la Ciudad de México, que atraviesa la peor sequía en 30 años por las malas políticas de urbanización y malas planeaciones que han deforestado sin control los ecosistemas en la cuenca, afectando así las reservas hídricas y a toda la biodiversidad.

La zona lacustre y de humedales, tanto en Xochimilco como en Tláhuac, es nuestra mejor aliada contra el cambio climático en la Ciudad de México y la estamos destruyendo. Quienes habitamos aquí muy pronto nos veremos obligados a migrar como las aves que tantos de nosotros amamos, sólo que esta vez no estaremos huyendo de un crudo invierno, sino de un caluroso y seco infierno. Sin naturaleza esta ciudad no tiene futuro.

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1. https://www.ramsar.org/es/sitios-paises/los-humedales-deimportancia-internacional

2. https://www.paot.org.mx/centro/gaceta/2006/enero06/11enero06.pdf


 

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