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BUSCANDO CAMINOS. LOS PROBLEMAS DE LA DEMOCRACIA

RAÚL ALLAIN

Hace unos días, caminando por la ciudad de Lima, observé un graffiti que me sorprendió: “Democracia: tú eliges quién te roba. La frase, emitida por un anónimo autor, revela el sentir de desconfianza y escepticismo que tienen los ciudadanos de a pie respecto a este sistema de gobierno vigente en el Perú y muchos países del mundo.

Lógicamente, ¿cómo confiar en una democracia que ha catapultado la corrupción institucional en el Estado y en los sucesivos gobiernos de turno? ¿Cómo creer que el “sistema democrático” es el mejor si en la práctica seguimos al borde del abismo? ¿Falla el sistema o fallan las personas? Los resultados están a la vista: todos los últimos expresidentes han sido denunciados y procesados por diversos delitos de corrupción, malversación de fondos, cohecho, organización criminal, etcétera.

Con enfoque académico y sociológico, quiero dar una mirada a la democracia, sus definiciones e implicancias, para tener una mirada objetiva sobre cómo podemos mejorarla.

Etimológicamente la palabra “democracia” procede del griego δημοκρατíα, la cual consta de los vocablos δήμος (dέmos, que puede traducirse como «pueblo») y κράτος (krátos, que puede traducirse como «poder», o «gobierno»). En ese sentido, democracia es aproximadamente “el poder o el gobierno en manos del pueblo”. Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra democracia tiene dos acepciones: “Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno” y “Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado”.

En tiempos actuales, democracia equivale a un sistema de elección de autoridades mediante el voto universal y secreto, pero algunos autores señalan que estos procedimientos sólo son una parte de la llamada “democracia electoral”, que suelen basarse en el principio de que el poder surge a partir del voto de los electores, o en otras palabras, “el poder nace en las urnas”. Pero esto sólo es una faceta de la democracia.

En términos más estrictos, “Democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales”.

Un antecedente histórico importante de la democracia tiene lugar en Grecia, donde los filósofos socráticos ya consideraban a la democracia como una de las principales formas de gobierno.

“La democracia se define también a partir de la clásica clasificación de las formas de gobierno realizada por Platón, primero, y Aristóteles, después, en tres tipos básicos: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno «de los mejores» para Platón, «de los menos», para Aristóteles), democracia (gobierno «de la multitud» para Platón y «de los más», para Aristóteles)”.

Lo cierto es que se considera a la ciudad de Atenas como la cuna de la democracia: “Algunos pensadores consideran a la democracia ateniense como el primer ejemplo de un sistema democrático”.

Pero esta tesis tiene sus detractores, porque se sabe que solamente una pequeña minoría del diez por ciento de la población de Atenas tenía derecho a participar de la llamada democracia ateniense, quedando excluidos los campesinos, esclavos y las mujeres. Asimismo, se argumenta que en algunas culturas y tribus antiguas han existido sistemas democráticos.

Lo cierto es que el término democracia ha ido evolucionando con el tiempo, sobre todo “desde finales del siglo XVIII, con la sucesiva introducción de sistemas democráticos en muchas naciones y sobre todo a partir del reconocimiento del sufragio universal y del voto femenino en el siglo XX. Hoy en día, las democracias existentes son bastante distintas al sistema de gobierno ateniense del que heredan su nombre”.

REPRESENTATIVA Y PARTICIPATIVA

Si nos atenemos a la forma en que se practica, existen las siguientes clases: democracia indirecta o representativa, democrática participativa y democracia directa.
a. Democracia indirecta o representativa: cuando las decisiones de gobierno son adoptadas por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes. Esto se da mediante el conocido sistema de elección o votación universal, realizada periódicamente y supervisada por un ente independiente, generalmente un jurado electoral. Este es el sistema que actualmente se practica en nuestro país: el pueblo peruano se limita a elegir a sus representantes para que éstos deliberen y tomen las decisiones con el poder que el pueblo les otorga por medio del voto.
b. Democracia participativa: cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.

Algunos autores también distinguen una tercera categoría intermedia, la “democracia semidirecta”, que suele estar junto a la democracia indirecta. En la democracia semidirecta el pueblo se expresa mediante cuatro mecanismos:

Referéndum. El pueblo elige «por sí o por no» sobre una propuesta.

Plebiscito. El pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma (constitución, ley, tratado).

Iniciativa popular. Por este mecanismo un grupo de ciudadanos puede proponer la sanción o derogación de una ley.

Destitución popular o revocatoria de mandato. Mediante este procedimiento los ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizado su periodo.
c. Democracia directa: cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida. Para algunos autores, esta “democracia en estado puro”, tal como la concibieron sus fundadores atenienses, se practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en asamblea. No existen representantes del pueblo, sino, en todo caso, delegados que se hacen portavoces del pueblo, que únicamente emiten el mandato asambleario. Se trata del tipo de democracia preferido no sólo por los demócratas de la Antigua Grecia, sino también por muchos pensadores modernos (Rousseau, por ejemplo) y por una buena parte del Socialismo y del Anarquismo. Un ejemplo de democracia directa más conocido es el de la Atenas clásica.
d. Democracia líquida: es una clase de democracia directa en la que cada ciudadano tiene la posibilidad de votar por Internet cada decisión del parlamento y realizar propuestas, pero puede ceder su voto a un representante para aquellas decisiones en las que prefiere no participar.

Cabe señalar que estas formas de democracia no son excluyentes entre sí y, en la práctica, suelen integrarse como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos, aunque siempre suele haber un mayor peso de una de las tres formas en un sistema político concreto.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que no debe confundirse “Democracia” con “República”, pues hacen referencia a principios distintos de gobierno: la república es el gobierno de la ley, mientras que democracia significa el gobierno del pueblo.

DEMOCRACIA Y PARTIDOS POLÍTICOS

Definitivamente, en la concepción y práctica moderna, la democracia está vinculada a los llamados partidos políticos.
Para el tratadista argentino Guillermo O’Donnell, la Democracia es una dualidad entre el conjunto de condiciones para elegir y ser electo, y la manera de organizar a la sociedad con el objeto de asegurar y expandir los derechos de los individuos.

Virgilio Isaac Hurtado Cruz, director de la ESEG del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), considera que “los partidos buscan ser una expresión de los intereses de la comunidad y compiten para conseguir, a través de las elecciones, cargos públicos. No existe democracia sin partidos políticos, la función electoral del partido es complementada por su papel de representación”.

Hurtado, citando la Ley de Partidos Políticos, sostiene que: “Los partidos políticos expresan el pluralismo democrático” y se fundamentan en el hecho de que “Los ciudadanos que integran el cuerpo de electores suelen ubicarse dentro de los diversos sectores del quehacer social, generando la existencia de grupos que por sus propias particularidades son diferentes entre sí”, así como “la pluralidad de los grupos que existen en la sociedad se ven expresadas en las formas de participación política, siendo una de ellas la creación y afiliación a organizaciones políticas como los partidos”.

En síntesis: los partidos políticos son instituciones fundamentales para la participación política de la ciudadanía y base del sistema democrático porque canalizan la voluntad popular que se manifiesta en las urnas.

Esto en teoría, pues los partidos políticos (regidos por normas y procedimientos que en el papel son casi perfectos) en la práctica están conformados por seres humanos de carne y hueso que tienen sus defectos y virtudes, y muchas veces —según se demuestra a la luz de hechos reales— incurren en delitos que muchas veces no son ni siquiera sancionados por el Poder Judicial y que son denunciados por la prensa independiente.

Según las normas vigentes: “La actuación de los partidos debe darse dentro del marco constitucional, legal y democrático. Los partidos deben actuar con lealtad a la constitución y a la democracia”, pero esto muchas veces no es así, de allí la importancia del periodismo de investigación.

A partir de lo expuesto, podemos concluir que la democracia, si bien es un sistema considerado apropiado porque involucra la participación de los ciudadanos, tiene imperfecciones nacidas de la actuación individual de los que ostentan el poder, quienes muchas veces incurren en delitos.

La democracia entra en crisis cuando hay corrupción de funcionarios. Sólo así se explica que en el Perú, por citar dos casos, haya varios expresidentes regionales y alcaldes procesados penalmente y en prisión.

En el caso de la corrupción de ciertas autoridades o funcionarios estatales cabe señalar que muchos de ellos realizan “negociaciones debajo de la mesa” para obtener beneficios ilegales por favorecer a empresarios privadas en licitaciones públicas. Esto motiva que la población se haya decepcionado del sistema democrático, trayendo como consecuencia conflictos sociales y la posibilidad de que haya un golpe de Estado.

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RAÚL ALLAIN. Consultor Internacional en Derechos Humanos para la Asociación de Víctimas de Acoso Organizado y Tortura Electrónica (VIACTEC).

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