LA NUEVA BATALLA DE TEPOZTLÁN
EL OBJETIVO ES FRENAR LA VENTA IRREGULAR DE TERRENOS Y LA CONSTRUCCIÓN DE PROYECTOS INMOBILIARIOS EN ZONAS NATURALES PROTEGIDAS Y ÁREAS DE RECARGA DE MANTOS ACUÍFEROS
Tepoztlán, Morelos
Las calles del centro y alrededores de Tepoztlán, Morelos, lucen intransitables. Largas filas de vehículos con turistas buscan la salida de la cabecera municipal que en la última década no sólo ha cambiado su fachada, sino también la vida comunitaria y campesina. Hoteles, spas, cuatrimotos, antros, restaurantes, proyectos inmobiliarios y toda clase de atractivos para un turismo masivo han invadido el territorio provocando afectaciones ecológicas, agrarias y sociales. La venta de tierras comunales se disparó desde que se anunció la ampliación de la autopista La Pera-Cuautla en 2012, a pesar de las protestas de un pueblo organizado. Pero la población tepozteca tiene ciclos combativos. Y en agosto desconocieron a las autoridades comunales acusadas de repartir constancias ilícitas a las inmobiliarias, dentro de áreas naturales protegidas. Es el inicio de otra batalla.
Roberto Robles Quiroz, secretario de Guardabosques AC e integrante del Consejo y del Comité de Vigilancia del barrio de Santo Domingo, refiere que hace una década, cuando el dúo Felipe Calderón-Graco Ramírez (presidente de la República y gobernador de Morelos en ese tiempo, respectivamente) anunciaron la ampliación de la carretera, el movimiento opositor previno sobre la especulación de la tierra y la llegada del turismo masivo con toda la destrucción ambiental que provocaría al parque nacional.
Durante más de cinco años, la ampliación de la autopista se detuvo debido a la movilización social y a la lucha jurídica. En su momento pararon la maquinaria pesada. Pusieron el cuerpo al tiempo que pelearon en los tribunales, donde ganaron un primer amparo a la empresa Tradeco, y lograron parar la obra durante tres años, pero después regresó la maquinaria. La construcción se reactivó con la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador y con él, asegura Robles Quiroz, “la construcción avanzó más que con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto juntos”, pues rompió su promesa de no echar a andar el Proyecto Integral Morelos (PIM), que contempla la termoeléctrica de Huexca, un gasoducto y un acueducto, además de obras complementarias como la ampliación de la carretera.
Tepoztlán es mayoritariamente una tierra comunal, en la que se encuentran los poblados de Santa Catarina, San Andrés de la Cal, San Juan Tlacotenco, Santo Domingo Ocotitlán, Amatlán de Quetzalcóatl, Ixcatepec, Huilotepec y Santiago Tepetlapa, divididos por la ampliación. En 1937 la región fue decretada por Lázaro Cárdenas como Parque Nacional El Tepozteco; en 1988 fue declarado Corredor Biológico AjuscoChichinahuatzin y en el año 2000 esta riqueza quedó protegida por el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial. Pero nada de esto importó a gobiernos y empresarios.
“Amigo visitante”, advierten ahora los comuneros en una campaña en redes sociales, “te informamos que Tepoztlán es Área Natural Protegida y debido al turismo masivo e invasivo en bosques y sus cerros, que las prestadoras de servicios turísticos han propiciado, nuestros ecosistemas se encuentran en riesgo, pues la actividad humana (turismo) en estas zonas está impactando gravemente a nuestra flora y fauna…”. Ahora, indican, modificarán las actividades que las anteriores autoridades comunales promovieron, erradicarán el uso de cuatrimotos y no permitirán el llamado “turismo de aventura”, como rapel, espeleología, paseos en cuatrimoto por los bosques, senderimos, cañonismo y campismo.
“No contrates ningún servicio de estos y evita ser sancionado, pues toda esta práctica ha propiciado que hoy nuestros cerros estén llenos de basura y que nuestros ecosistemas se encuentren en riesgo”, señalan en la campaña que pretende la recuperación de sus recursos naturales.
Hoy la ampliación de la autopista, que va del kilómetro 0 al 25+700, está prácticamente concluida. Para hacerla, advierte Roberto Robles, “el gobierno dividió a la comunidad e impuso un comisariado de bienes comunales. El entonces gobernador Graco Ramírez fue el operador de Felipe Calderón”. Pero fue tal la resistencia que tuvieron que llevar policía estatal y granaderos a la asamblea en la que se forzó el nombramiento de Clemente Cuevas como comisariado por un periodo de tres años. Su trabajo lo continuaría su primo Agustín Rojas Cuevas y actualmente su hermano Lucio Cuevas. Un negocio familiar que ha permitido la entrega del territorio comunal.
Estos tres comisariados, explica Robles, facilitaron la entrada de otros proyectos turísticos de gran escala, que se promueven como “un lujo que conecta tus sentidos con la naturaleza y la energía que lo rodea”. Para esos proyectos como éste, sostiene el integrante del comité de vigilancia del barrio de Santo Domingo, se dieron constancias en áreas naturales protegidas, convirtiendo al poblado en una gran cantina a la que llegan turistas nacionales y extranjeros a beber en sus calles y antros todos los fines de semana, luego de realizar excursiones en los bosques sin respetar la naturaleza.
La recuperación de la asamblea
“¡Fuera comuneros corruptos!”, corearon cientos de personas, comuneros y ejidatarios de los distintos barrios, colonias y parajes de Tepoztlán, el pasado 18 de agosto. Cuenta el periodista Jaime Quintana que “con carteles, mantas y gritos, los pobladores marcharon para exigir un alto a la destrucción de los bienes comunes y la salida de las dos representaciones comunales que se han corrompido vendiendo el territorio como si fuera una vil mercancía”.
Al grito de “¡Tepoztlán no se vende, se ama y se defiende!”, clausuraron las oficinas de los dos comités de bienes comunales, a cargo de Lucio Cuevas y de Gobel Demesa. El objetivo: detener de una vez por todas la venta irregular de terrenos y la construcción de proyectos inmobiliarios en zonas naturales protegidas y en áreas de recarga de mantos acuíferos, como en la cañada de Chicuazemac. En la asamblea, la indignación creció cuando denunciaron la construcción de caminos y calles en las inmediaciones de la cañada de San Jerónimo.
La población tepozteca, heredera de la lucha zapatista de principios del siglo pasado, ha defendido su territorio desde 1960, fecha en la que se construyó la primera autopista. Han logrado detener, entre otros proyectos, un tren escénico, un teleférico, un periférico, y es recordada la lucha que iniciaron el 24 de agosto de 1995 contra la venta ilegal de 280 hectáreas para la construcción de un Club de Golf. Hoy están de regreso y dejan claro que “ya no se puede construir en todo su territorio”. La recomendación es la siguiente para posibles nuevos compradores: “no pierdas dinero, ni seas parte de un actuar fraudulento, ellos te dirán que mentimos, pero cuando un pueblo alza la voz es por una causa justa”.