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INVOCACIÓN A FLORES MAGÓN

GLORIA MUÑOZ RAMÍREZ

POR LOS PRESOS POLÍTICOS EN LA SIERRA MAZATECA

Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca

Durante el centenario de la muerte en prisión de Ricardo Flores Magón, el anarquista precursor de la Revolución mexicana, lo invocaron en Eloxochitlán, su tierra natal en la Sierra Mazateca, para que “los acompañe” en la lucha por la liberación de los siete presos políticos de esta comunidad que fueron encarcelados hace ocho años.

“!Basta de fingir que no vemos! Porque el rebelde Flores Magón nunca fingió que no entendía las cosas. Para él siempre fue clara la diferencia entre la opresión y la libertad, y la represión de cualquier tipo. Que a cien años de su muerte, Ricardo nos visite en su luz, en el entendimiento, para que seamos personas capaces de discernir y diferenciar entre la opresión y la libertad”, dice Argelia Betanzos, hija de Jaime Betanzos, uno de los mazatecos encarcelados mediante, señaló, irregulares procesos judiciales. “Los siete compañeros ya deberían estar afuera de la cárcel”, insiste Argelia, “pero por un sistema corrupto y por un pueblo callado siguen encerrados”.

En una carta enviada a las jornadas por su libertad, desde las cárceles de Villa de Etla, Taniveth y Cuicatlán, Oaxaca, Jaime Betanzos, Fernando Gavito, Alfredo Bolaños, Omar Hugo Morales, Herminio Monfil, Isaías Gallardo y Francisco Durán apelaron al reconocimiento de presos políticos que el gobierno federal les otorgó en diciembre del 2018. En ese momento, recordaron, se reconoció que son indígenas con derechos vulnerados y que se les fabricaron delitos.

“Hemos sido obligados a demostrar nuestra inocencia a pesar de que existen 20 autos de libertad y dos sentencias ganadas… Nuestro proceso penal ha sido tortuoso”, señalaron en la carta leída por Argelia Betanzos Zepeda, una de las voces más visibles del movimiento por su liberación.

La denominada Faena Internacionalista por la Libertad, celebrada los días 19, 20 y 21 de noviembre pasados, culminó con el anuncio del inicio de una huelga de hambre de los siete presos hasta lograr que sus familiares fueran recibidos por el gobernador electo de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, para impulsar una mesa de trabajo encaminada a su liberación.

El 22 de noviembre se trasladaron las familias de los presos a la ciudad de Oaxaca para cumplir la encomienda. Se presentaron en la Casa de Gestión del gobernador entrante. Tocaron la puerta y nadie les abrió. Entonces cerraron la avenida para que se dieran cuenta de que ahí estaban, y posteriormente fueron recibidas. Lograron la realización de una primera reunión con el futuro secretario de Gobierno, Jesús Romero, a quien le explicaron las irregularidades de cada juicio, la falta de sentencias, los procesos amañados. El nuevo funcionario dio por iniciada la mesa y se comprometió a que en la primera quincena de diciembre se reanudaría el diálogo para la revisión de los casos. A partir de este anuncio, los ocho mazatecos encarcelados decidieron volver a probar bocado, no sin antes hacer un llamado a fortalecer la unidad entre las organizaciones hasta lograr su libertad.

Al mismo tiempo, en Eloxochitlán de Flores Magón, un grupo de mujeres del pueblo instalaron unas Guardias por la Libertad, en las que todos los días se mantienen atentas hasta recibir el anuncio de que podrán ir a recoger a sus familiares libres.

 

EL REGRESO DE FLORES MAGÓN

La figura del anarquista Ricardo Flores Magón ha sido bandera de quienes luchan por la libertad de los mazatecos nacidos en el mismo lugar. Carmela Monfil Nieto, hija del preso Herminio Monfil Avendaño, acusado de tentativa de homicidio, reconoce que “no conocía nada de Flores Magón, no leía libros ni nada”, pero, afirma, “en estos años que ocurrió el encarcelamiento de mi papá, me di cuenta de quién fue Ricardo y qué pensaba en este pueblo de Eloxochitlán. Él nació aquí, y aunque se lo llevaron niño, luchó por los más pobres, defendió la tierra y lo que es bueno para nosotros. No permitía que personas grandes nos pisotearan y nos hicieran como ellos quisieran”.

En medio de la conmemoración del centenario, Carmela cuenta que “Ricardo Flores Magón dijo ‘tierra y libertad’. Lo que quería era que fuéramos libres, y al escuchar la palabra ‘libre’ me conmuevo mucho. Algún día mi papá estará libre y aquí con nosotras, también gritando por los demás presos injustamente encarcelados, porque son muchos en todo el país”.

Carmela tiene 26 años, 18 tenía cuando su padre fue encarcelado. “Acababa de terminar el bachillerato y él quería que siguiera estudiando. Él estaba emocionado porque soy la única hija que terminó el Bachillerato Integral Comunitario. Estaba contento y yo también porque pensaba que iba a lograr ser alguien en la vida, pero no pasó eso. No estudié y mejor ayudé a mi papá a luchar para obtener su libertad”. Su padre tiene 67 años de edad y pasa su tiempo en prisión tejiendo bolsas, pero ahora ya no ha podido porque, dice su hija, “ya no nos alcanza para los materiales”.

La movilización del centenario es encabezada por un simbólico féretro de cartón con un Flores Magón dentro. Lo cargan en hombros los familiares de los presos y con él recorren el pueblo hasta llegar frente al palacio municipal, donde le rinden un homenaje. “Decidimos tomar este espacio público para hacer descansar a Ricardo en el ombligo de Eloxochitlán”, dicen en el micrófono. “Hicimos el acuerdo de que a cien años traeríamos a Ricardo en símbolo para hacerlo descansar aquí, en su tierra natal, porque nunca se le ha hecho justicia de ese deseo que expresó de volver a su tierra, a las montañas, a la pureza, a la belleza que lo vio nacer”, dice Argelia Betanzos, quien explica que “la muerte significa siembra, y su muerte hace cien años sin duda alguna sembró para nosotras este impulso, esta rabia, esta rebeldía, para oponernos a las falsedades. Esta rabia para no conformarnos con una vida acomodada y una paz falsa, sino una rabia que aprenda a discernir lo que es la verdadera libertad y a distinguir lo que es la verdadera paz, la rectitud, a oponernos a que nuestras manos sean atadas y nuestras bocas sean calladas”.

A lo mejor, dice Carmela, “Flores Magón juntó a todos los que están aquí. Aunque no lo vemos, su espíritu está con nosotros”. “Descansa”, dice una voz frente al simbólico féretro, “porque tus hijas vamos a seguir luchando. Gracias Ricardo”.

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