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ESO QUE AMONTONA A LA HUMANIDAD EN LAS ESQUINAS

RAMÓN VERA-HERRERA

UNA GALERÍA MIGRANTE DE VÍCTOR MENDIOLA

Ya no es algo nuevo que las poblaciones se mueven, trashuman y transitan, a veces huyendo, a veces aventadas, otras en busca de algo que no conocen aunque su rumor variado se escuche tantas veces en las agolpadas colas de espera del capitalismo.

Aparte de las caravanas que fluyen de África, esos grupos aguerridos que cruzan el mar en balsas y que son azotados contra las costas europeas, o los contingentes que caminan serpenteando hacia el norte del mundo, la población palestina está siendo asesinada y expulsada de Gaza y Cisjordania, y por lo menos 3.2 millones de personas escaparon de los enfrentamientos y los bombardeos por la guerra incesante en Siria.

Toda la migración europea desde el sur empobrecido hacia las pujantes naciones como Alemania, Francia, Suecia, Noruega, Gran Bretaña o Austria, John Berger la narró en Un séptimo hombre en 1975, donde reunió las historias puntuales de miles de mujeres y hombres que viajan hacia intensas y desconocidas condiciones de vida con tal de escapar de las circunstancias de sus lugares de origen.

Sin preconcepciones académicas acartonadas, ese documento se volvió en su momento el retrato más lúcido de lo que significa la movilización de poblaciones.

Ahí Berger pudo abarcar las complejidades del círculo vicioso de la expulsión de la gente por la violencia económica, política, social, temporal a la que es sometida en el proceso de destrucción de sus relaciones, de las posibilidades de su existencia. Ante la expulsión y la imposibilidad de permanecer, en el relato ofrecido por Un séptimo hombre la gente resignifica su entereza, su amor, su imaginación, su lucidez y su generosidad en la experiencia vivida camino a lo desconocido, hacia el misterio, hacia un futuro abierto que tal vez termine siendo peor que las condiciones en casa, pero que le permiten romper por un momento con el anquilosamiento, y así reorganizar las propias fuerzas, los propios ánimos.

En otro gran relato, Las viñas de la ira, John Steinbeck se sumergió en las primeras migraciones de jornaleros hacia los campos de cultivo en California a partir del arrasamiento industrial de las Grandes Planicies estadunidenses de principios de los años treinta. En el libro es evidente el modo en que el capitalismo destruyó las bases materiales para la subsistencia de su propio campesinado por insistir en algo que sigue pesando en los flujos actuales de trabajadores desde Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Venezuela, Haití e incluso Senegal o Nigeria en África. Ese peso es que, para acumular riqueza, las corporaciones socavan las vidas de la gente, sus habilidades, sus posibilidades.

Al flujo imparable que amontona a la humanidad en las esquinas, como ocurre hoy, contribuyen condiciones que configuran una geopolítica mexicana que se conjuga con la voracidad estadunidense y están provocando oleadas de inmigración que ya se salió de los cauces que las autoridades del INM y el Immigration and Customs Enforcement (ICE) creyeron mantener alguna vez.

Rubén Martín lo documenta para Animal Político: hacia octubre de 2023 se habían detenido más de 413 mil migrantes sin documentos y, de ellos, 168 mil 639 eran venezolanos. De la gente indocumentada se deportó a 175 mil. Todo esto tuvo a su cargo el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional. “Ésta es la otra característica del panorama migratorio del país en 2023: el incremento de la presencia de las fuerzas armadas en tareas de contención migratoria”, aunque las caravanas, como el “Éxodo de la pobreza”, que recibió el Año Nuevo en Chiapas, son un signo de que el flujo no se detendrá mientras “las causas que lo provocan en los países de origen, especialmente la pobreza y la violencia, no se detengan”.

Tras años de subir por el Istmo y conmover a las Patronas (como documenta Víctor Mendiola en las fotos de esta Ojarasca), hoy la imagen de la migración en México es la gente haitiana (mucha llegada desde 2016, otra recientemente) que inunda la capital, puebla sus banquetas, sus plazas y sus parques, trabaja en albañilería, carpintería y plomería —y que paradójicamente ha logrado conmover a una población chilanga que no tan fácil se deja hermanar con los fuereños. Esto por la disposición de esos haitianos y haitianas a conversar, tejer historias o entrarle al trabajo pesado, incluso desazolvando drenajes en condiciones difíciles o riesgosas, todo entre risas y baile, y convivencia muy entrañable.

Una de las primeras trazas de lo diferente de este arribo son las familias enteras que llegan: papás, mamás, abuelos, niños, hermanas, tías, hijas, jóvenes.

Los relatos hablan de aceptación, hermandad, integración natural. De cómo los espacios como la Plaza de la Soledad o los campamentos de Tláhuac e Iztapalapa van fundiendo las inercias pero al mismo tiempo van limando asperezas que al principio generaron violentos conflictos vecinales, que en muchos barrios ya han amainado.

Aquí un listado de textos que pueden iluminar la situación actual de la migración en México: https://www.sinembargo.mx/07-01-2024/4450001

https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/Mexicopresentara-este-lunes-su-estrategia-migratoria-canciller-Alicia-Barcena-20240108-0053.html

https://www.contrareplica.mx/nota--Por-que-hay-tantos-migrantes-haitianos-en-Mexico--2023221055

http://obmica.org/index.php/actualidad/275-una-mirada-ala-reciente-presencia-haitiana-en-mexico

https://www.unotv.com/internacional/por-que-hay-muchosmigrantes-haitianos-en-mexico-y-que-pasa-en-haiti/

https://youtu.be/Zn2GSLyuOKc

https://www.colef.mx/noticia/migracion-haitiana-en-mexico

https://www.nmas.com.mx/nacional/por-que-hay-tantos-haitianos-mexico-explicacion-oleada-migrante-2023/

https://expansion.mx/mundo/2023/11/24/haitianos-en-mexico-por-que-hay-muchos


 

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