¿QUÉ SUCEDERÁ CON EL AGUA DEL VALLE DEL MEZQUITAL? ¿OTRA VEZ SE LA QUIEREN LLEVAR? / ¿TE DA JA KO RÄ DEHE HA RÄ ‘BATHA RÄ BOT’ÄHI XA? ¿MA ‘NAKI NE DA THÄTSI?
El triunfo electoral de Claudia Sheinbaum plantea numerosas interrogantes, particularmente en relación con la gestión de agua en la región del Valle del Mezquital en Hidalgo. Durante el periodo de campañas electorales, mientras la atención mediática se centraba en los candidatos y en la veracidad de sus propuestas, simultáneamente, se anunciaba una “crisis hídrica” en el Valle de México, la cual fue categorizada por los medios de comunicación como un problema de carácter catastrófico y científicamente comprobable.
Desde “la mañanera”, el presidente de la República aseguró que su equipo ya estaba coordinando acciones con los gobiernos de la Ciudad de México, el Estado de México e Hidalgo para abordar la crisis hídrica. Mencionó la elaboración de un posible “plan” que contempla la rehabilitación y perforación de nuevos pozos, la reparación de bombas descompuestas y la modernización de la infraestructura de distribución del agua. Se presentaron soluciones a largo plazo que incluían el descubrimiento de un acuífero en el Valle del Mezquital que podría mitigar la escasez de agua en la región.
Ante lo expuesto por el presidente, el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, no dudó en apoyar su propuesta y destacó que, según estudios de la Conagua, el acuífero de la cuenca Actopan-Santiago de Anaya que se encuentra en la zona antes mencionada cuenta con la “suficiente capacidad” para abastecer no solamente a dicho estado, sino también a la Zona Metropolitana. Detalló que su gobierno ya presentó un proyecto denominado Actopan-Pachuca que, según dijo, ya fue entregado a la virtual presidenta electa. Sin embargo, mencionó que todo dependerá de los estudios de factibilidad, y también de la disposición de la inversión en infraestructura. Además, dejó muy claro que no habrá disputa ni confrontación con la capital del país, sino “una suma de esfuerzos”.
Actualmente no se conoce cómo será la implementación de dicho proyecto, ya que sólo se sabe de éste por lo expuesto por el presidente y las promesas de campaña de algunos candidatos. Sin embargo, es importante desatacar que en el plan de nación denominado “Cien pasos para la transformación”, presentado por Claudia Sheinbaum, no se descarta la posibilidad de llevar agua de una cuenca a otra. Al mismo tiempo, durante las campañas electorales fue muy interesante ver cómo todos y cada uno de las y los candidatos a elección popular del mismo color se unieron a este discurso y sus propuestas, con respecto a la situación actual del agua, aunque sólo se limitaron a mencionar que se unirían al plan hídrico presentado por la entonces candidata.
UNA CONTRADICCIÓN Y LA POSIBLE CONTINUACIÓN DE LAS DESIGUALDADES
El acuífero Actopan-Santiago de Anaya, identificado con la clave 1313 en el Sistema de Información Geográfica para el Manejo de Agua Subterránea (SIGMAS) de Conagua, está situado en el sur del estado de Hidalgo y abarca unos mil 065 kilómetros cuadrados. Limita con varios acuíferos y municipios de dicha demarcación y del Estado de México. Se encuentra bajo la jurisdicción de la Dirección Local en Hidalgo y parte del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México. Dicha zona está sujeta a una prohibición parcial de extracción de agua subterránea, con una sección vedada según un decreto del año 1954.
La propuesta de transferir agua del acuífero a otras zonas plantea serias interrogantes sobre su viabilidad ambiental, ética y justa, ya que las comunidades y ecosistemas del Valle del Mezquital, donde se ubica el acuífero, ya enfrentan problemas de sequía, según datos de Conagua. Por lo tanto, su extracción podría agravar dichas condiciones y las necesidades locales, lo que perpetuaría el ciclo de explotación desigual de recursos naturales y agravaría las inequidades socioambientales y los conflictos intercomunitarios. Por lo tanto, esto afectaría y secaría más los territorios de comunidades pertenecientes a esta región con alta presencia de población indígena otomí/hñähñu.
MÁS PROBLEMAS QUE SOLUCIONES…
De existir dicho plan, debe ser evaluado exhaustiva y críticamente, ya que parece ser más de lo mismo, lo que significa acceso al agua sólo para los intereses del capital y el aumento de las relaciones inequitativas y degradación ambiental para mantener las condiciones de producción actuales. Las comunidades hñähñu se han enfrentado a estas interacciones desiguales, algunos ejemplos son la posible instauración de proyectos como el Acueducto III en Querétaro que planea llevarse agua del municipio de Zimapán, y el plan de abastecimiento de agua para el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) que pretendía explotar el acuífero antes mencionado.
Es esencial explorar alternativas más justas y sostenibles para la gestión del agua, reconociéndola como un bien común. Esto incluye la descentralización del control del agua, la promoción de prácticas de conservación y el fortalecimiento de la participación ciudadana, permitiendo que las comunidades indígenas tengan capacidad de decisión sobre sus territorios. También es crucial abordar las causas estructurales de la crisis hídrica, como la desigualdad social y la falta de políticas públicas efectivas. En los territorios hñähñu del Valle del Mezquital la resistencia y refuncionalización de sus territorios, apoyadas en su organización comunitaria, son herramientas clave para enfrentar los desafíos actuales y exigir un cambio importante.
Esperemos que la llegada de Sheinbaum al poder marque un cambio sustancial en las políticas ambientales de nuestro país, y no simplemente se trate de la continuación del modelo actual, que ha despojado a las comunidades y pueblos indígenas de sus bienes naturales.
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Érik Abraham Ávalos Ángeles es investigador de El Colegio de San Luis.