GUATEMALA, DE A POQUITO
“Perder la esperanza es caminar hacia el suicidio”
Leonardo Boff
Muchos acontecimientos nos invitan a pensar cuál es nuestra función, como sociedad civil, movimientos sociales, poblaciones originarias, pueblos maya, xinka y garífuna, para avanzar en la construcción de un país más justo, más humano, con una verdadera democracia. Cómo evitar la desesperanza. Cómo no dejarnos distraer por estas situaciones, cuando tenemos un proyecto a más largo plazo, que es la refundación del país, Estado y nación. Cómo construir alternativas en medio de todas estas situaciones complejas. El informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos sobre su visita a Guatemala muestra su preocupación por el deterior institucional del país, que repercute en la vida de los pueblos, de mujeres, niños y niñas.
Han de considerarse:
–El anuncio del presidente Arévalo sobre la posibilidad de tener una “ley de aguas” y la creación del Gabinete Específico del Agua, dirigido por la vicepresidente Karin Herrera y sin la participación activa de los pueblos indígenas.
–La publicación de la reforma al reglamento de la Ley de Consejos de Desarrollo, relacionado a la elección o selección de representantes en los Consejos Departamentales de Desarrollo (Codedes), que busca cambiar las relaciones de poder en este espacio que poco a poco fue cayendo en las garras de los corruptos.
–El otorgamiento de licencia de exportación de níquel a la Compañía Procesadora de Níquel de Izabal, S.A.(Pronico), sin importar las denuncias de violaciones a derechos humanos y derechos de los pueblos indígenas.
–La elección de jueces de apelación y de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, en la que se juegan un pulso importante los “corruptos y no corruptos” que integran las comisiones de postulación, aunque los operadores políticos de las mafias no están perdiendo tiempo, por eso no sorprende que la mayoría de tachas no sean aceptadas.
–La discusión que ha generado en todos los espacios políticos la decisión del presidente de colocar en puestos públicos a líderes y lideresas sociales y comunitarias (viceministerio de interculturalidad, el viceministerio de desarrollo sostenible, la junta directiva del Fondo de Tierras-Fontierras, etcétera). Y la situación generada en la Comisión por la Paz y los Derechos Humanos (Copadeh), que causó muchas opiniones y de todo tipo, que termina con la renuncia de su director.
–La realización del Encuentro Nacional de Empresarios por el Desarrollo (Enade) 2024, con el slogan “Cambiemos el Chip”: Certeza jurídica, un Estado digital y transparente para un país más eficiente. Evento donde desfilará la crema innata de la derecha y extrema derecha: líderes políticos, académicos, empresarios, expresidentes vinculados al viejo grupo de Lima, quienes son los operadores políticos del capitalismo neoliberal. Este evento siempre ha generado en nuestro país muchas opiniones, sobre todo porque quienes “han hecho de Guatemala una finca” discuten sobre temas muy sensibles del país, como la tierra, el territorio, los recursos naturales, sin la participación de comunidades y pueblos originarios, o si hay, son los famosos “indios permitidos”.
Estados Unidos ejerce presión sobre nuestro país y sobre este gobierno. Nunca da nada sin recibir algo a cambio. La preocupación del país del Norte, en la coyuntura actual, es cuidar sus “intereses”, nunca será el fortalecimiento de movimientos sociales fuertes, por eso diseñaron la neocooptación de indígenas y campesinos dentro de la institucionalidad del Estado y así tener un gobierno que emita opiniones a favor del Norte, como se hizo con la situación de Israel-Palestina, Venezuela, Honduras, Nicaragua, y nos convertimos, sin tanta cosa, en un “tercer país seguro” de hecho y no de derecho. Si bien es cierto, esto último es una actitud humanitaria, para Estados Unidos no significa eso, sino buscar una forma para que países de su patio trasero sigan siendo sus colonias, para no perder toda la región.
En este sentido, Richard y Vidales, en la introducción del libro Las armas ideológicas de la muerte, de Franz Hinkelarmmert, dicen que, “ya no es el hombre el sujeto que decide, sino las mercancías, el dinero, el capital, los cuales, transformados en sujetos sociales, deciden sobre la vida y la muerte de todos los hombres. Los objetos adquieren vida y subjetividad, que es la vida y la subjetividad de los hombres, proyectada en los objetos. El capital vive como el señor de la historia, en la medida que logra incorporarle la vida del hombre”.
Se puede igual afirmar, aunque algunos piensen que somos muy duros, que en estos nuevos gobiernos progresistas (Lula 2.0, Boric, Petro, Maduro, Ortega, Arce, Castro) se ve a qué grado son incapaces de “proponer una nueva política y, lo que hacen, es reeditar, para su propia desgracia, el mismo Estado que tanto desprecian pero que, sin embargo, les es imposible siquiera imaginar otro. Son incapaces de transformar algo porque se es incapaz de siquiera imaginarse al margen de ese algo” (Rafael Bautista). Aquí se cimenta la política gringa de “cambiar el caset al indio” o al empobrecido, o como dicen al “subalterno”, según ha sido la lógica desde hace muchos años. Para que haya “señor” tiene que haber indio (si no hay obedientes, no tiene sentido ejercer el poder). Rafael Bautista añade: “‘Démosles algún puestecito para que no tengamos más movimientos de aquí en adelante’, dicen los capitalistas, cuando los empobrecidos intentan sublevarse y lo ahogan”. Ésta es la continuidad de la desestructuración de la fuerza social y política indígena, implementada como política de la guerra fría en Guatemala y su continuación en la época neoliberal.
La esperanza está en la “construcción y fortalecimiento de la política comunitaria como forma para superar la política moderna” (Bautista) y el capitalismo lo sabe, porque eso nos distrae, mientras se fortalece el “pacto criminal”. Se debería iniciar el camino para construir la alternativa que los derrote totalmente, lo cual se logrará cuando “desmontemos el pensamiento que nos ha colonizado”.
11 de septiembre de 2024
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Kajkoj Máximo Ba Tiul, maya poqomchi, antropólogo, filósofo, teólogo, investigador.