LA GUERRA CONTRA EL PULQUE NO CESA. CAMPOS FOTOVOLTAICOS SOBRE EL SUELO PULQUERO DE EPAZOYUCAN, SINGUILUCAN Y ZEMPOALA, HIDALGO
A inicios de junio se divulgó en redes sociales un hecho alarmante: la construcción de una planta fotovoltaica en los municipios hidalguenses de Epazoyucan, Singuilucan y Zempoala, región toda pulquera. Los vecinos de los municipios afectados han manifestado su inconformidad respecto a este megaproyecto calificado de “sustentable” y “ecológico”, sin embargo, la realidad es otra y los tlachiqueros lo saben. Afectando más de 400 hectáreas, el proyecto a cargo de la empresa Akuwa Solar pretende instalar sus redes eléctricas a través de los campos agrícolas magueyeros en los que, como señala el documento de manifiesto del proyecto ante Semarnat, se distribuiría sobre propiedades “rústicas” y parcelas, sin mayores afectaciones. En este mismo documento, que tiene por fecha de resolución el año 2019, se describen los riesgos ecológicos, así como la construcción de un almacén de residuos peligrosos.
Hace casi un año, los pobladores de estos municipios alzaron la voz contra la construcción de la planta fotovoltaica al ver hectáreas de magueyes talados y fauna afectada, pero la Agencia Estatal de Energía de Hidalgo insistió en que no se estaban realizando trabajos para su instalación. Como siempre, el enemigo es sigiloso. Ante esto, a principios de mes en redes sociales se compartió la petición en Change.org para manifestarse en contra de la planta fotovoltaica, así como la convocatoria para una mesa de diálogo a cargo del Frente Zapatista de Liberación Magueyera el 21 de junio en el municipio de Epazoyucan.
El ecosistema pulquero hidalguense padece la ambición de las grandes empresas y del gobierno estatal por sobre la vida y la naturaleza. Con este proyecto se afectará no sólo el aguamiel, sino también el trabajo de los y las tlachiqueras; habrá una masiva pérdida de biodiversidad al hacer el denominado “desbroce”, que consiste en extraer y retirar magueyes, nopales, cactáceas y variedad de plantas que sustentan la vida de insectos, mamíferos, aves y reptiles. Los vecinos de estos municipios alertan sobre el impacto socioeconómico y también del daño al tejido social de la zona afectada, así como de la vulnerabilidad del pasado prehispánico de la región ante este proyecto. Asimismo, hacen hincapié en mostrar el avance de este tipo de megaproyectos en otras regiones, como Tlaxcala u otros municipios hidalguenses. “Nuestra lucha es por la vida, el agua y el maguey”, señalan y aplaudimos. Viva el pulque.