LA EXTINCIÓN DE LAS ABEJAS EN MÉXICO. DIEZ AÑOS DE INACCIÓN, RESPUESTAS FLOJAS Y PROTOCOLOS CONGELADOS / 339
En Chihuahua, Colima, Sinaloa, Nayarit, Campeche, Yucatán, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Península maya, de norte a sur, de costa a costa, en las tierras donde el sol se funde con la tierra y los cielos se tiñen de un azul profundo, las comunidades que han convivido en armonía con la naturaleza durante siglos resuenan un zumbido apagado: un lamento que atraviesa los valles desciende desde las sierras y se pierde por las llanuras… los apicultores alzan la voz. Sus colmenas ya no cantan: guardan el silencio de la muerte.
A finales de enero de 2025, más de 44 asociaciones de apicultores y 49 agrupaciones campesinas firmaron una carta abierta a la presidenta Claudia Sheinbaum y al soberano pueblo de México, denunciando que “vivimos una continua y alarmante mortandad de abejas en todo el territorio nacional… con millones de pesos de pérdidas debido al uso de plaguicidas altamente tóxicos. Estos productos… aplicados mediante maquinaria, mochilas, drones y aviones, están causando daños irreparables a nuestras colmenas y a la biodiversidad”.
Entre sus tradiciones más arraigadas se encuentra la apicultura, un arte ancestral que no sólo provee de cera para alumbrar y miel, sino que también simboliza la conexión espiritual con la tierra y los dioses.
En los últimos años, un enemigo invisible ha comenzado a diezmar sus colmenas: los plaguicidas. En comunidades, la muerte masiva de abejas ha dejado a los apicultores sin su sustento y a las comunidades sin su identidad cultural. Las benditas abejas, antes símbolo de fertilidad y vida, ahora caen muertas por el uso indiscriminado de químicos agrícolas.
Luz María Saldaña Loza, presidenta del Consejo Directivo de la Organización Nacional de Apicultores y coordinadora del Comité Nacional de Fomento, Desarrollo y Sanidad Apícola, ha alzado la voz en defensa de estos polinizadores. Junto a científicos como el doctor Octavio Gaspar del CIATEJ, han documentado la presencia de plaguicidas como el fipronil, los neonicotinoides, cipermetrina y malatión en las abejas muertas, confirmando la relación entre el uso de plaguicidas y la mortandad masiva.
La situación refleja una tendencia alarmante, la falta de regulación efectiva y la ausencia de sanciones a las empresas responsables de su uso indiscriminado que han permitido que esta problemática persista sin control.
La apicultura en México no sólo es una actividad económica; es una tradición cultural que conecta a las comunidades con su historia y su entorno. La desaparición de las abejas representa una pérdida irreparable para las futuras generaciones.
EL PAÍS QUE DEJÓ DE ZUMBAR, HAY QUE CONTAR A NUESTROS HIJOS QUE:
• En Chiapas, Chihuahua, Colima, Estado de México, Jalisco, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Nayarit, Querétaro, Campeche. Veracruz y Yucatán, los apicultores documentan pérdidas de 60% a 100% de sus colmenas devastadas por plaguicidas.
• En Tecomán, Colima, en 2022, murieron 968 colmenas (cerca de 40 mil abejas hay en colmenas en producción), por aplicaciones de fipronil en cocoteros. Situación que se repite año con año.
• En la península de Yucatán, se han reportado pérdidas de más de 8 mil 649 colmenas, afectando la biodiversidad local, y causando víctimas por el uso desmedido de plaguicidas en monocultivos, fumigaciones aéreas y deforestación.
• En zonas como Suc‑Tuc, Hopelchén e Ich‑Ek, comunidades enteras han perdido más de 248 colmenas dañadas sólo en un mes, con muestras que superan los niveles permitidos de fipronil, imidacloprid y otros tóxicos
• En marzo de 2023, en Campeche se perdieron tres mil 300 colmenas debido a fipronil: un evento que encendió alarmas ecológicas.
• En Tekax, en junio de 2025, ocurren más eventos de mortandad masiva de abejas, haciendo sonar la alarma nuevamente. • Investigaciones forenses de CIATEJ, Ecosur y del Comité Nacional de Fomento Desarrollo y Sanidad Apícola identificaron como principal causante al fipronil en colmenas masacradas, sin respuesta institucional.
Un caso particularmente alarmante se presenta en las regiones agrícolas donde se han establecido comunidades menonitas, como en los estados de Chihuahua, Campeche y Durango. En estas zonas, el avance de la frontera agrícola impulsada por prácticas intensivas y el uso masivo de plaguicidas ha provocado severos impactos ecológicos. La expansión de monocultivos con fumigaciones aéreas y sin regulación efectiva ha sido señalada como una de las principales causas de la mortandad masiva de abejas, así como de la deforestación y pérdida de biodiversidad. Comunidades mayas en Campeche, por ejemplo, han denunciado públicamente los daños ocasionados por estas prácticas, exigiendo medidas legales y ambientales que detengan la devastación de sus colmenas y su territorio. La omisión gubernamental frente a este conflicto agrava aún más una situación de injusticia ambiental que vulnera derechos colectivos y amenaza los ecosistemas que sostienen la vida.
Contrario a la costumbre de registrar finados, no hay registros oficiales de cuándo inició la mortandad de abejas en México, ni estadísticas oficiales de a cuánto ascienden las perdidas; lo que es cierto es que ya son diez años que se ha denunciado —con evidencia de laboratorio— que los plaguicidas son los responsables. Ante la falta de atención y reparación de daños hay pocos casos documentados. En 2015 se prendió la alerta en la Comarca Lagunera, pero se culpabilizó a los apicultores de mal manejo de sus colmenas, le siguió Chihuahua, Colima, Querétaro, San Luis Potosí, Jalisco, Veracruz. Se consulta y los apicultores confirman que está pasando en todo el país. Lo preocupante no sólo es que hasta el momento no se ha hecho nada para detener esta tragedia, sino que se aumenta. Nuevas moléculas se introducen a la agricultura (como el ciantraniliprol o benevia), aún más tóxicas, y no hay ningún laboratorio en México preparado para analizarlo.
EL GOLPE INVISIBLE: CÓMO MUEREN LAS ABEJAS
• No es sólo un efecto colateral: los plaguicidas llegan por aire, tierra y agua. Maquinaria, drones, fumigaciones aéreas… su uso indiscriminado hace que las abejas nazcan intoxicadas: mueren las larvas; mueren los zánganos; muere la colmena.
• Fipronil e imidacloprid (neonicotinoides) alteran su sistema nervioso: provocan muerte, desorientación, pérdida de capacidad reproductiva en zánganos y contaminación de la colmena completa.
• Fungicidas destruyen la microbiota vital para fermentar el polen y alimentar a las larvas.
• Herbicidas arrasan con flora y néctar, debilitando los nutrientes necesarios para sobrevivir. • Las fumigaciones aéreas provocan “masacres grupales en un radio de hasta 8 km”, dejando panales desiertos y jardines vacíos.
CONSECUENCIAS: MÁS ALLÁ DE LA MIEL
• Económica: Con cerca de 57 mil toneladas anuales de miel y dos millones de colmenas, las pérdidas pueden significar miles de millones de pesos, poniendo en jaque a miles de familias.
• Soberanía alimentaria: El 70% de los cultivos dependen de la polinización. Sin abejas, se pone en riesgo la producción nacional.
• Salud pública: La intoxicación no es sólo para ellas; los residuos de los agrotóxicos también llegan a otros polinizadores, al agua, al suelo y a los alimentos humanos.
• Cultural y ambiental: En todas las comunidades originarias las tradiciones apícolas se erosionan. Meliponas dejan de ser moneda de intercambio, alimentos sagrados y aliados espirituales.
• Biodiversidad: Desparecen los colores y perfumes esparcidos por la diversidad de flores, con ello la fauna y los manantiales, todo se ha convertido en un campo extenso de monocultivos transgénicos.
NARRATIVA: EL SUSURRO DEL PAÍS
Imagina a Beatriz en Sinaloa: un día su colmena está viva; al día siguiente, todo es silencio. El zumbido desaparece, el panal vacío. No ha habido regeneración. No hubo aviso. Y la devastación no se limita a su patio: en Nayarit, las advertencias se multiplican; en Veracruz, el protocolo propuesto por investigadores y productores es ciudadano, es construido con evidencia y experiencia de campo. Sin embargo, para los funcionarios sigue siendo sólo palabra. No hay protocolo oficial. ¿Será entonces palabra vacía mientras las colmenas siguen muriendo? Se requiere que los funcionarios retomen una estrategia de acompañamiento institucional, se lo apropien, lo apliquen y trabajen coordinadamente.
Sergio en Campeche recoge alas, antenas y cuerpos: “Es un cementerio”, dice, recordando La Jornada. Su boca amarga la miel que ya no puede vender, su mano tiembla frente al panal seco. Su comunidad observa el cielo, buscando al apicultor que anuncie agua… pero sólo llegan los drones, fumigando el olvido.
Eliseo Chan, de Tekax: “Desde abril comenzaron a agonizar las colmenas… alfombras de abejas muertas”. Benjamín y Esther, de Campeche: “Es como ir al cementerio porque no hay abejas… lo perdimos todo”.
Everardo Chablé, apicultor maya en Hopelchén: “La muerte masiva de abejas es indicador de que también nosotros estamos siendo afectados por la deforestación, el uso de plaguicidas… y la contaminación”. Familias de Ich-Ek, comunidad maya, perdieron más de 248 colmenas tras fumigaciones cercanas con chile habanero: es la pérdida de un patrimonio de más de 40 años.
En Quintana Roo, el joven Jonathan, heredero de una tradición apícola, observa cómo sus 200 colmenas se dispersan entre monocultivos, mientras el paisaje pierde la riqueza florística aprendida de su abuelo.
En la península, madres mayas han perdido más del 60% de su producción de miel tras los huracanes, incendios y el paso de plaguicidas las colmenas no renacen, las familias pierden su sustento.
RESPUESTAS FLOJAS, PROTOCOLOS CONGELADOS
A pesar de múltiples reuniones intersecretariales, el gobierno ha respondido con “no es de nuestra competencia” o “agenda saturada”. No se retoma el protocolo propuesto y la norma para fumigaciones aéreas, quedando relegados tras cambios de funcionarios quienes se quejan de presupuesto limitado.
En Colima se aprobó pena a 8 años para quienes destruyan colmenas con veneno, pero los apicultores aún no han sido indemnizados.
El futuro pende del zumbido. La muerte de las abejas es la muerte de la esperanza: desnutrición, pérdida económica, ruptura cultural y colapso medioambiental. Es un llamado urgente a responder en acción, no sólo en palabras.
Científicos, apicultores y comunidades coinciden: la apicultura en México no es sólo actividad productiva. Es tradición cultural que camina con la historia, el entorno y la espiritualidad. Su desaparición representaría una pérdida irreparable para futuras generaciones.
En una reunión improvisada en medio de una colapsada milpa de Querétaro, Luz María se dirige al doctor Gaspar, diciéndole: “Doctor, ¿cómo convenceremos a quienes dicen que esto no tiene urgencia?”.
Y el doctor contesta diciendo que las muestras contienen hasta 16.9 ng de fipronil por abeja, contaminantes combinados… “No son hipótesis: son pruebas contundentes. Si no actuamos ahora, será demasiado tarde”.
Luz María dice entonces que “cada colmena representa la memoria de una comunidad. No podemos permitir que desaparezcan: es una emergencia nacional. Y que se respete esa emergencia, no sólo en palabras, sino en hechos”.
El silencio se rompe sólo por el viento, y luego, por el zumbido lejano de una abeja que regresa exhausta.
EL RECLAMO: EMERGENCIA NACIONAL YA
Organizaciones apícolas y campesinas han presentado un plan completo:
• Declarar emergencia nacional por mortandad masiva de abejas.
• Prohibición inmediata de plaguicidas como fipronil, glifosato, clorpirifós, todos los neonicotinoides (tiametoxam, imidacloprid, clotianidina), cipermetrina, malatión, ciantraniliprol
• Implementación de acuerdos de asamblea, brigadas comunitarias, monitoreo y protocolos de emergencia nacional.
• Fondos para transición agroecológica y recuperación de colmenas.
• Reconocimiento legal de la apicultura indígena como patrimonio biocultural.
• Establecimiento de zonas libres de Plaguicidas Altamente Peligrosos, con cartografía e inspección activa. Hasta ahora, el gobierno federal ha respondido con evasivas: “la agenda está saturada” o “no es de nuestra competencia”. Protocolos propuestos y normas iniciadas quedaron en el limbo, suspendidos tras cambios de funcionarios.
UN PAÍS QUE APUESTA A SU RECUPERACIÓN
México se juega mucho: Un futuro donde los campos produzcan, no para monocultivos industriales, sino para la vida. Una soberanía alimentaria que no dependa del blanco asfalto de la agroquímica. Una memoria cultural que se mantenga viva, como el zumbido de las meliponas en rituales mayas.
El llamado es entonces a actuar:
• Firma y difunde peticiones públicas para declarar la emergencia nacional.
• Exige transparencia: que en “la mañanera” no se hable de abejas sin acción efectiva.
• Apoya proyectos locales: compra miel limpia a los apicultores, apoya iniciativas comunitarias.
• Participa en brigadas ciudadanas de monitoreo y reforestación.
• Infórmate y comparte esta causa: si ellas mueren, nosotras y nosotros también.
EPÍLOGO: UNA NUEVA SINFONÍA DE ZUMBIDOS
“Cuando mueren las abejas, muere un susurro de vida.
Cuando calla la colmena, se quiebra el hilo que teje al campo”.
“No hay muerte que no pueda renacer,
si la tierra entona un canto de regreso”.
“Sin zumbido no hay semilla.
Sin abeja no hay milagro.
Sin colmena, no hay canto”.
“Cuando una colmena revive, revive un susurro de la tierra.
Cuando el zumbido regresa, renace la esperanza de un país
que sabe que, si ellas mueren, el planeta también”.
La gravedad del colapso de colmenas y la mortandad masiva de abejas en diversas regiones del país ha detonado una respuesta articulada desde las comunidades apícolas. Ante la falta de atención institucional efectiva, más de 300 organizaciones, productoras y defensores de la apicultura suscribieron una carta abierta dirigida a la Presidenta de México, en la que exigen una intervención urgente del Estado para detener el avance del modelo agroindustrial tóxico y proteger a los polinizadores, esenciales para la soberanía alimentaria. El documento denuncia omisiones sistemáticas, solicita la aplicación de medidas de precaución y exige justicia ambiental frente a los daños provocados por el uso intensivo de plaguicidas.
No sólo denuncia la tragedia, sino que celebra la esperanza: con acciones, protocolos y corazón, el zumbido puede volver.
Éste es el momento de alzar el paraguas que cubra a 2 millones de colmenas. De exigir acción, urgencia y respeto. De declarar emergencia. De proteger a quienes, con su trabajo, mantienen el zumbido que nos da la vida. El renacimiento comienza contigo. El país no puede esperar.
Referencias
1. Atlas de Abejas, Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER). Recurso oficial que proporciona información sobre la apicultura en México, incluyendo datos sobre la mortalidad de abejas y las especies presentes en el país: https://atlas-abejas. agricultura.gob.mx
2. Fernando Bejarano González (coord.), Los plaguicidas altamente peligrosos en México, Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM), 2017, 351 pp.
3. F. Bejarano González y A. E. Rojas García, The situation of chlorpyrifos in Mexico: a case study in environmental samples and aquatic organisms, 2022. Detalla riesgos ambientales y de polinizadores por clorpirifós.
4. Greenpeace México. Organización que ha documentado casos de muerte masiva de abejas en diversas regiones de México, atribuidos al uso de plaguicidas: https://greenpeace.org
5. Informe: “Los Plaguicidas Altamente Peligrosos en México” (2017). Documento que compara los plaguicidas autorizados en México con la lista de plaguicidas altamente peligrosos elaborada por la Red Internacional de Plaguicidas (PAN).
6. Informe de la UNAM sobre la extinción de especies de abejas en México. Estudio que alerta sobre el riesgo de extinción de casi dos mil especies de abejas en México, debido a la agricultura intensiva, el cambio climático y los plaguicidas: https://unamglobal.unam.mx
7. Gobierno de México-Semarnat. Protocolo oficial para la atención y acción ante la intoxicación de abejas, que guía la documentación y respuesta ante estos eventos: https://www. gob.mx/semarnat/polinizadores/articulos/protocolo-deatencion- y-accion-a-la-intoxicacion-de-abejas
8. El Poder del Consumidor. Organización que ha documentado eventos de mortandad de colmenas en diversas regiones de México, resaltando la falta de regulación efectiva en el uso de plaguicidas: https://medioambiente.nexos. com.mx
9. RAPAM. ¡Fuera los plaguicidas altamente peligrosos de nuestro campo y de nuestra mesa!, Alianza Socioambiental, 2024.
10. Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas para América Latina (RAPAM). Organización que documenta el uso de plaguicidas altamente peligrosos en México y su impacto en la salud y el medio ambiente.
11. UNAM Global. Publicaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México que abordan el impacto de los productos fitosanitarios en las abejas y la apicultura en México: https://unamglobal.unam.mx
12. V. M. Alcantar-Rosales, M. E. Heras-Ramírez, C. Valdovinos- Flores, L. M. Saldaña-Loza, J. L. Reyes-Carrillo, J. A. Dorantes- Ugalde, O. Gaspar-Ramírez, “Current situation of pesticide use in Mexico and its relationship with colony collapse disorder, an emerging problem”. Abstract, XIV International Congress of Toxicology, Mérida, Yucatán, México, 6-8 de octubre de 2016.
13. J. L. Reyes-Carrillo, J. J. Berlanga-de La Peña, “Pérdida catastrófica de colmenas en la Comarca Lagunera en el invierno 2015-2016”. Memoria XXIII Congreso Internacional de Actualización Apícola. Asociación Nacional de Médicos Veterinarios Especialistas en Abejas, Mérida, Yucatán, México, del 8 al 10 de junio, pp. 121-127.
14. Carta Abierta a la Presidenta y al Soberano Pueblo de México: https://abejastrabajando.com/?view=article&id=64:cartaabierta- a-la-presidenta-y-al-soberano-pueblo-demexico& catid=14
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Lydia Meade Ocaranza, ex funcionaria de Semarnat, hoy investigadora independiente al servicio de los apicultores.
Luz María Saldaña, apicultora y presidenta del Consejo Directivo de la Organzación Nacional de Apicultores (ONA).
Casimiro Hernández, apicultor y asesor técnico de la ONA.