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MEZCALA: TIERRA, MEMORIA Y PUEBLO

ROCÍO MARTÍNEZ MORENO

HISTORIA Las historias de un pueblo pueden ser infinitas. Mezcala guarda y trasmite aquellos hechos del pasado que le permiten situarse en un contexto nuevo, donde se es regido por el individualismo y la propiedad privada. Así, la comunidad indígena de Mezcala confronta día a día esta realidad económica, política y social, con su propia existencia, ya que, a diferencia de la gran mayoría de pueblos o ejidos de nuestro país, Mezcala sigue conservando sus tierras comunales, espacio donde jurídicamente no existe la propiedad privada. Ésta es la razón por la que los grandes proyectos capitalistas chocan con el pueblo de Mezcala. Sin embargo, no es la primera ocasión en que el pueblo de Mezcala se ve amenazado por sus tierras, pues prácticamente la defensa de la tierra es un hacer histórico social de esta comunidad.

La investigación recogió y analizó algunos momentos donde se emprendieron movilizaciones por el mantenimiento de sus tierras. Hechos que resguarda celosamente la comunidad. Éstas fueron las historias que me interesaron, aquéllas que me permitieran comprender el por qué Mezcala en el siglo XXI conserva un territorio comunal y una historia que brinda arraigo a sus pobladores.

La capacidad de adaptación de la comunidad, entre un contexto y otro, es impresionante. Por ejemplo, en el análisis que se realizó del título primordial de Mezcala, constatamos que las personas que trabajaron en la construcción de este documento, por un lado, compactaron el conocimiento no sólo de sus contemporáneos, sino que también hicieron referencia a lo anterior a ellos, a un pasado, a una historia que daba origen a la comunidad y que por eso era legítima su posesión, ya que era ancestral y por derecho les pertenecían esas tierras. Por otro lado, el manejo y comprensión de las nuevas formas de relacionarse con el gobierno español fueron imprescindibles. Ejemplo de ello es la propia elaboración del título, ya que en lugar de confrontar violentamente al nuevo gobierno, se adaptaron y utilizaron sus propios mecanismos, para así legitimarse. No obstante, el movimiento insurgente en la isla de Mezcala configuró otras estrategias, pues también era otro el contexto en el que se movía. Los insurgentes abanderaron, planearon, sostuvieron y negociaron una lucha armada en contra del ejército español. Mezcala respondió ante esta coyuntura nacional, de inconformidad política y social, con alianzas pertinentes con otros pueblos, hacendados y particulares, para lograr mantener una lucha armada. Al saber que las amenazas iban más allá de sus límites territoriales, buscó la manera de articularse con todos aquellos que luchaban por las mismas causas. Por esta razón, no se puede subestimar la capacidad de negociación y planeación que lograron alcanzar los insurgentes, o como mencionan en la comunidad: los héroes de Mezcala.

A finales del siglo XIX encontramos la figura del comisario político, autoridad que a pesar de representar al Estado, atendía y denunciaba irregularidades que afectaran al territorio de su pueblo. En este contexto, Mezcala responde de una manera distinta a la forma en que procedió el movimiento insurgente, donde la articulación con otros poblados era vital para la sobrevivencia de su lucha. En este nuevo escenario, actuó solo. Incluso tuvo que pelear algunos de sus límites territoriales o simplemente por el robo de leña de sus montes con las comunidades vecinas. La vigilancia, la conservación de sus tierras estaba latente. Su lucha era contra hacendados, particulares, comunidades vecinas y hasta con miembros de la misma comunidad de Mezcala. No obstante, a principios del siglo XX se vuelven a presentar levantamientos armados e incluso en el contexto nacional de la Revolución Mexicana aparece el grupo carrancista de gentes de Mezcala y San Pedro Itxicán (vuelven a configurarse las viejas alianzas entre ambas comunidades), que no sólo se movilizaron en sus comunidades, sino que estuvieron en algunos estados de la república mexicana, destacablemente en Sonora.

Así, con estos antecedentes (y todas las acciones que no lograron ser recuperadas, transmitidas) entran en el hacer histórico social de la comunidad de Mezcala los comuneros. La lucha de los comuneros ha tenido que construir nuevas formas de resistencia para lograr el mantenimiento de sus tierras. Ahora, han sabido utilizar los medios de comunicación. Emplea su historia para demostrar la legítima posesión ancestral que tiene en esas tierras. Ahora de nuevo, están tejiendo alianzas con todos aquellos que comparten su lucha, como el Congreso Nacional Indígena.  Realiza actividades que fortalecen la identidad de su comunidad. Estudian y discuten su historia misma. Construyen proyectos que beneficien la conservación del territorio. Conservan y legitiman la existencia de un gobierno interno, tradicional, para garantizar la posesión de la tierra, etcétera. De nuevo, se encuentran en una lucha por la conservación de su tierra. Ahora, contra las invasiones y todo un modelo capitalista que encuentra atractivas las tierras vírgenes para el desarrollo de fraccionamientos residenciales que busca la privatización de sus tierras.

Todos los acontecimientos analizados pertenecen a periodos históricos diferentes, por lo que sus particulares formas de responder ante las amenazas que los asechaban, las determinaba el contexto y la figura contra quien luchaban. Probablemente lo común entre todas las movilizaciones es que en todas entendieron su contexto político, social, económico, al grado de saber manejar los mecanismos que el Estado creaba.

Podemos decir que Mezcala es una comunidad en movimiento. Conoce y se adapta a los nuevos mecanismos de gobernabilidad. Aprende de ellos y busca la grieta que le permita legitimar su organización como comunidad, algunas veces utilizando los mecanismos impuestos por el Poder y otras tantas los propios.

 

MEMORIA

En la actualidad, los ancianos de la comunidad de Mezcala (muchos de ellos, comuneros) son el vínculo con el pasado. Son ellos los que en décadas anteriores defendieron la tierra en su juventud. No quiere decir que hoy (en el presente) ya no luchan por su comunidad. Prácticamente su papel ahora es no sólo luchar, sino que también deben preparar a las nuevas generaciones. Ésta ha sido una forma de organización que han trabajado en Mezcala, para lograr transmitir algunos acontecimientos del pasado. La versión que hacen de los hechos es una muy propia. Por ejemplo, en el movimiento insurgente, ganaron sin ninguna pérdida; en el título primordial compraron las tierras por mil ducados de plata pura para que las generaciones futuras (hasta la actual) vivieran en paz y libertad; con el grupo carrancista, encabezado por Tomás Moreno, se exalta la valentía que tuvo él para sacar al invasor de las tierras de Mezcala en tan sólo unos pocos días; o el que los comuneros pelearan la posesión de la isla con el Estado mexicano y éste se las reconociera en 1997. Todas estas versiones que hacen de los hechos ocurridos en su comunidad son las que permiten construir una memoria colectiva de Mezcala.

¿Por qué recuerdan y transmiten estos acontecimientos? ¿Utiliza su historia Mezcala? ¿Cuándo y para qué?

Los ejemplos mencionados son los que se encuentran privilegiados en la memoria de la gente, son aquellos que le permiten legitimar la posesión de sus tierras. Estas historias no sólo enseñan su historia, sino también los derechos y obligaciones que tienen como habitantes de Mezcala.

Los recuerdos, su memoria, no los toman de la historia oficial, sino más bien de la versión que hacen de los hechos. Son historias que permiten explicar su lucha, legitimar su posesión, arraigar a las nuevas generaciones con su historia y enseñarles a utilizar su pasado en momentos de crisis, como forma de defensa ante la amenaza a su territorio.

 

ACCIÓN POLÍTICA

Cuando la tierra se defiende, se hace política. La comunidad de Mezcala ha construido lineamientos internos para garantizar la conservación del territorio. Uno de ellos es, ¡la tierra no se vende a gente de fuera! La tierra de Mezcala se debe heredar a las nuevas generaciones, por eso ha sido la lucha histórica de la comunidad. Se lucha por los hijos, los nietos, por los que no se conocen, pero se sabe que vendrán.

Esta lucha no es sólo de Mezcala, sino de todos los pueblos indígenas del país. Defienden un espacio que les permite desarrollar sus propias actividades sociales, religiosas, culturales, económicas y por supuesto políticas. Al poseer un territorio propio, un gobierno interno que regula algunas o todas las actividades de su comunidad y una historia que brinda identidad a su población, inevitablemente construyen sus reglas que regulan su vida misma.

En el caso particular de Mezcala, las experiencias organizativas de su pasado han permitido organizar la reglamentación interna en el manejo del territorio. La asamblea de comuneros toma ejemplos de sus luchas pasadas para convertirlos en leyes o reglamentos internos de la comunidad. El que hoy se diga ¡la tierra no se vende a gente de fuera! lo extraen del título primordial, pues es ahí donde se advierte que la tierra es sólo para los nativos. Mientras que Mezcala conserve algunas de sus propias formas organizativas, se seguirán construyendo lineamientos que orienten y garanticen la permanencia de sus tierras, historia y pueblo.

 

PUEBLO INDÍGENA DE MEZCALA

La comunidad de Mezcala no se puede entender como una comunidad indígena aislada. Más bien es un pueblo que, por su cercanía a centros urbanos, ha empleado diferentes maneras de sobrevivencia. El sentido de comunidad no radica necesariamente en su aislamiento con respecto a lo urbano o incluso al Estado, pues su autonomía como pueblo originario la ha logrado también resignificando las formas de gobernabilidad del Poder, deconstruyéndolas para aprovecharlas a su favor.

Mezcala está construyendo una nueva movilización por la defensa de su territorio ancestral. Su lucha no es sólo contra una invasión a sus tierras, sino también por conservar sus tradiciones e inculcar en las nuevas generaciones el arraigo a su historia y sus tierras. La lucha es interna también. Los comuneros mencionan que no saben si las nuevas generaciones van a cuidar la tierra o simplemente la van a vender.

Aunque el listado de comuneros muestra cómo todos los comuneros dependen directamente de la tierra, en la actualidad no todos los pobladores han crecido en esta relación vital con la tierra. Es por esta razón que muchos comuneros temen que se venda. Sin embargo, los trabajos que comienzan a configurar los nuevos sujetos que trabajan con los comuneros, buscan fortalecer esta relación. Sin duda, no es la misma que tuvieron los comuneros, pero es una distinta, una nueva que se construye desde las posibilidades y expectativas de las nuevas generaciones, por lo que no se pierde esta relación vital con la tierra.

Para Mezcala no es nuevo que, paralelamente a una movilización, en la vida interna de la comunidad existan divisiones. No es posible pensar en una comunidad homogénea. Los grupos internos de poder siempre han existido. En la investigación vimos algunos ejemplos, como el caso de Fermín Quíterio, quién llega a los cargos internos de la comunidad sin ser él originario. Quíterio es apoyado por un grupo contrario a los que se opusieron y manifestaron su inconformidad ante las autoridades por su presencia. También es un ejemplo la problemática actual donde un grupo de comuneros apoya al invasor tapatío para entrar y posesionarse del terreno comunal. Las divisiones han estado presentes en su historia. Sin embargo, no han tenido la suficiente fuerza para invalidar aquellos lineamientos que le han permitido a la comunidad de Mezcala mantener su territorio.

La existencia de la figura de los comuneros, con todo y sus contradicciones, permite legitimar un gobierno interno que construye fundamentos que garantizan la conservación de la tierra. Impulsa nuevas movilizaciones y transmite la historia y su territorio a una comunidad histórica que ha cimentado su política e identidad en la defensa y conservación de sus tierras.

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Rocío Martínez Moreno Conclusiones del libro Tierra, historia y pueblo. Memoria y acción política en la comunidad indígena de Mezcala, Jalisco (Cátedra Interinstitucional Jorge Alonso, Universidad de Guadalajara- Ciesas, 2025, 229 pp.).

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