EL ASESINO / JTAM ANIMA / 298
Ofrecemos dos relatos trepidantes. Desnudan la trágica violencia que recorre y corroe los Altos de Chiapas. Enviados a Ojarasca por sus autores Hilario Gómez y Xun Tzeltzelem, están incluidos enSk'op Bolom, Sk'op Choj / Palabra de jaguar, antología de cuentos tseltal-tsotsil, volumen II, editado por la Unidad de Escritores Mayas y Zoques (UNEMAZ).
Por razones de espacio, en nuestro PDF sólo aparece la versión en castellano. Los relatos en tsotsil pueden leerse en nuestro micro sitio https://ojarasca.jornada.com.mx/
EL ASESINO
Estoy tomando con Pascual, un compañero del trabajo. Apenas hoy nos pagaron. Le dije que quería tomar con él, que yo le iba a invitar. También él quería tomar, porque hoy nos cansamos mucho. Así empezamos. No sentimos cómo pasa el día, cuando nos damos cuenta ya es tarde. Pascual está muy tomado, se está cayendo de su asiento.
No me llevo muy bien con él, le guardo mucho rencor. Cuidamos animales de un señor que tiene bastante ganado, cerdos y caballos. Cuando estamos trabajando Pascual hace el trabajo fácil; en cambio yo hago el difícil.
Me dan ganas de orinar, salgo a una esquina de la casa donde se guarda alimento de ganado. La casa está hecha de madera y su techo es de lámina. Estoy feliz orinando, cuando veo un machete recargado contra la pared. Termino de orinar, me dirijo a la pared y agarro el machete. Me acerco poco a poco por la espalda de Pascual. Está distraído con la botella de trago. Le doy un machetazo en la cabeza, de inmediato brota su sangre, cae de espaldas al suelo. Le sigo dando golpes con el filo del metal, lo destrozo pedazo a pedazo hasta que calmo mi coraje. Mis manos quedan llenas de sangre.
–¡Buenos días, Bankilal!
De repente escucho que alguien me está hablando. Con trabajo me despierto.
–Buenos días, ¿qué pasó?
—le respondo aún desde mi cama. Miro la ventana, apenas está amaneciendo.
–Bankilal, los comités en el paraje Pajbil Oy nos mandaron a llamar, que encontraron a un hombre asesinado, así que tenemos que ir a recogerlo.
–Ah, está bien, ya escuché. Espérame un rato Its’inal, me cambio rápido y preparo mis cosas.
Me levanto, busco mi ropa. Me pongo mi pantalón, mi camisa y mis huaraches. Como hace mucho frío, también me pongo mi chuj que me había tejido mi mujer hacía tres años. Voy por mi red, la descuelgo a un lado de mi cama; en ella meto las cosas que me sirven para el servicio.
–María, ¿viste dónde puse mi sombrero?
–No sé, te ayudo a buscarlo —me responde mi mujer. Se pone rápido su ropa.
–Por favor, necesito checar si me falta algo.
–Aquí está tu sombrero —me dijo mi mujer. Me puse el sombrero. Abro la puerta, apenas está amaneciendo, cierro despacio la puerta. En donde vivo se encuentra la carretera. Ahí me está esperando Its’inal. Abro la puerta de la camioneta Nissan doble cabina, subo. Desde la ventanilla veo mi casa de block y techo de lámina.
–Vámonos —le digo. La camioneta nos la dieron en la presidencia. Ya está un poco vieja, despintada, pero aún funciona. Hemos recibido un cargo complicado, viajamos lejos. Its’inal maneja el carro, es mi ayudante. El carro avanza muy despacio; la carretera aún no está bien hecha, es de tierra y arena. El camino es montañoso, hasta abajo hay mucho zacate y también ganado. Apenas está subiendo el brillo del sol en las montañas. Recuerdo que hace un mes recibimos nuestro cargo en una asamblea, a mí me eligieron porque yo sé escribir, mis otros compañeros no saben. La gente eligió a Pedro porque les gustó su forma de ser, sabe razonar y pensar. Bankilal, el principal; Its’inal, el ayudante. Ambos somos levantadores de cadáveres. Así fue como recibimos nuestros cargos.
Llegamos al paraje Pajbil Oy, hay bastantes personas reunidas esperándonos. Nos guían adonde se encuentra el cadáver, ahí encontramos a un hombre destazado con machete, su sangre ya está seca en la tierra. Observo primero lo que pudo haber sucedido. A un lado del cuerpo se encuentra enterrado un machete en la tierra manchada de sangre. Me espanto, recuerdo que así murió el hombre en mi sueño. Le digo a mi compañero que ya no quiero tocar el cuerpo.
–Bankilal, tenemos que checarlo, es nuestro trabajo — me responde. Tiene razón, es nuestro trabajo. Empiezo a escribir en mi libreta todo lo que observo, le tomo unas fotografías al cadáver. Cuando termino, la camioneta se acerca. Levantamos el cuerpo, lo alzo de los brazos y mi compañero de los pies, lo subimos en el carro y lo llevamos con su familia.
Cuando llego en mi casa me pongo pensativo. No entiendo por qué mi sueño se volvió realidad. Voy directo a la cocina, mi mujer está haciendo tortillas. Agarro mi silla, antes de sentarme bajo mi red al suelo. Mi esposa se da cuenta de mi preocupación.
–¿Qué te pasa, Manuel? Nunca te había visto así.
–Nada, si te cuento lo que pasa tal vez me llames loco. Ya no me pregunta nada. Cuando termina de tortear, sirve un plato de frijol.
–Lava tus manos, Manuel, vamos a comer.
Me lavo las manos con el agua tibia que mi esposa había calentado; me sirve en una jícara, la tierra absorbe toda la mugre. Empezamos a comer. Después le pido a mi esposa que caliente más agua, porque quiero bañarme, tengo adherida en mi piel la mugre del cadáver. Cuando el agua está lista, busco una cubeta y voy detrás de la casa a traer agua fría para revolverla con la caliente. A cada jícara de agua que me echo a la espalda me pregunto por qué había soñado al muerto.
Al día siguiente fuimos a repartir información en todos los parajes, para saber si habían visto a un hombre o una mujer que se escondían, que caminaban con miedo; si era así, entonces que nos avisaran de inmediato. Se nos fue el día en repartir información con Its’inal. Por la noche pasa a dejarme en mi casa. Termino de cenar, ando muy cansado. Me acuesto en mi camastro y rápidamente me vence el sueño.
Camino tranquilamente en la carretera. Por la espalda un joven pasa a jalar mi cartera, que tenía en el bolsillo trasero de mi pantalón. Corro detrás de él para recuperar mi dinero, me cuesta trabajo alcanzarlo, por fin logro jalarlo de la camisa. Lo tiro al suelo, tiene mucha fuerza, rodamos en la arena. Casi se me escapa, por suerte encuentro un palo, lo agarro y le asesto un golpe en la cabeza. Se desploma y queda inconsciente.
Me despierto. Salgo de mi casa porque me dan ganas de orinar, camino al pie de un árbol de níspero que mi esposa había sembrado. Levanto la cara al cielo, miro la luna que alumbra el universo. Termino de orinar, regreso a dormir.
Al día siguiente llega un aviso a mi casa. Cerca de la carretera encontraron a un joven muerto. Its’inal y yo llegamos a verlo, el joven se ve como de quince años de edad, tiene una camisa de rayas y un pantalón azul de mezclilla. Su sangre está cuajada en las piedras, se ve que lo golpearon con un palo en la cabeza. Empiezo a anotar la información en mi libreta. Al final lo levantamos en la camioneta y lo llevamos con su familia.
Más tarde regreso a mi casa con Its’inal. Le ofrezco una silla. Ya no sé qué hacer, le cuento mi sueño sobre el joven, y mi primer sueño con el destazado.
–No le hagas caso, Bankilal, es sólo un sueño —me dice antes de marcharse. No le tomó importancia a mis sueños. Voy a ver a mi esposa en la cocina, la encuentro haciendo tortillas para la comida. Agarro mi silla, le empiezo a contar mis sueños y todo lo que está pasando.
–Tenemos que cuidarnos, tenemos que poner nuestras velas —me responde. Sirve la comida, empezamos a comer. Cuando terminamos le digo que ponga a calentar mi agua, me quiero bañar.
–Y si no te bañas, ¿qué pasa? —me pregunta.
–Tengo el cuerpo bien sucio —le digo—, siento la mugre y la culpa adheridas a mi piel, como si yo cargara el olor a muerto.
Mi agua está caliente, busco una cubeta para sacar el agua. La revuelvo con un poco de agua fría. No la siento caliente, pero así comienzo a bañarme. A cada jicarazo siento deshacerse la suciedad. Mi cuerpo se siente más liviano, limpio. Me pregunto por qué están muriendo las personas. Cuando don Agustín tenía el cargo, no sucedía eso. Todo empezó cuando lo recibí yo.
Termino de bañarme. Me cambio de ropa. Después me sirvo una copa de trago que encontré a un costado de mi altar. No me basta con un vaso, me sirvo otro, poco a poco mi cuerpo se calienta. Ya no quiero dormir, por todo lo que está pasando en mi sueño. “Qué tal que soy el asesino”, pienso. Ya no quiero que pasen más cosas. Ya no me acuerdo cuántas copas voy tomando. Ya no aguanto el sueño, me voy a mi camastro.
Escucho que alguien platica detrás de la casa. Tiene la voz de un hombre, alcanzo a oír que pregunta por mí. Me levanto lentamente, tambaleando me dirijo a ver quién es el que habla. Su voz se parece a la de Its’inal, mi compañero de cargo. Camino dando tumbos, estoy mareado. Sí es él, Pascual está hablando con mi esposa, rápidamente me enfurezco. Cuando él logra verme se va corriendo. ¿Por qué huye de mí? ¿Será que sólo estaba esperando a que yo me emborrachara para meterse con ella?
–¿Quién es el hombre que salió corriendo? —le pregunto a mi esposa, parada detrás de la casa.
No me responde. Eso me enfurece más, empiezo a golpearla. Le atino un puñetazo en el ojo derecho, la agarro de la cabellera. La arrastro al suelo, le doy de patadas con todas mis fuerzas. ¿Por qué me traiciona con Its’inal?
–Ya no me golpees, suéltame ya —me pide con la cara ensangrentada. No le pongo importancia, sigo pateándola hasta saciar mi coraje. La dejo tumbada en el suelo, ya no tiene fuerzas para levantarse. Encuentro un machete inclinado contra la pared, lo agarro y empuño el mango con las dos manos, lo alzo al cielo y asesto un golpe en la cabeza de mi mujer. Le doy dos, tres golpes más hasta que el cuerpo queda inmóvil, lleno de sangre. Mis manos y mi cuerpo también están manchados de sangre.
Me retiro tambaleante a la cocina, me dirijo a la olla para ver si hay agua caliente. Quiero lavar la sangre antes de que se seque en mi piel. Por suerte mi esposa tenía puesta el agua, creyó que me iba a bañar antes de dormir.
Meto los dedos a la olla, el agua está hirviendo, pero no la siento caliente. Aún así me quito la ropa, busco una jícara y comienzo a bañarme. Con la olla en el fuego, jícara tras jícara el vapor brota de mi cuerpo. Mi piel se va inflando, como burbujas que luego explotan. No siento ningún dolor, el peso y el olor a muerto se desprenden pedazo a pedazo de mi piel.
JTAM ANIMA
Chiyakub xchi’uk jchi’il ta abtel. K’alal la kich’kutik tojel naxe, la kalbe ta jk’an chkuch’ xchi’uk ti Paxe, ti vo’on ta jpak jch’ute. Jech li stuke tsk’an chuch’ ek, yu’un li lubkutik. Jech li likutik yuch’el li poxe. Ja’ to la jkile mal xa k’ak’al, jchi’ile tsots xa yuch’oj, chbutk’ij xa ya’i.
Tse’in li jsate, yu’un ch’abal lek chkil li Paxe, noj sk’ak’al ko’nton yu’un. K’alal chi-abtejkutike ja’ ch-ak’bat k’usitik k’unik abtel li stuke, yanuk vo’one ja’ ta jpasan li k’usitik tsotsike. Kabtelkutike ja’ ta jk’elbekutik sts’unobtak jun vinik, oy svakax, xchitom xchi’uk ska’.
Ta jk’an chik’abin, litots batel ta xokon na. Bu ta xkuch’kutike ja’ bej snail sve’el vakaxetik, meltsanbil ta tenelte’ li xokone, li yaxe ta lamina tak’in. Lek jun ko’ton chik’abin, la joyin jsat, te kikil jtel machita ta yibel na. K’alal laj ko’ntone bat jtsak li machitae. K’unk’un li nopaj batel ta spat bu chotol li jchi’il ta yakubele. Ch’ayem yo’nton la jisbe ta sjol, xchorobaj lok’el xch’ichel, levk’uj batel ta banamil. Lik jchalolan ta jek yo’ k’uxi xlok’ sk’ak’al ti ko’ntone, balom ch’ich’ kom li jk’obe.
–¿Mi li’ote, bankilal? ¿Mi li’ote?
Ja’ to ka’i oy buch’u ta sk’oponun, vokol lijulav.
–Li’une, ¿k’usi chkaltik? —vayemun to la jtak’be lok’el. La jk’el lok’el ta sat jna, naka to ta sakub tal li osile.
–Bankilal, yu’un la staotik ta ik’el komiteetik ta paraje Pajbil Oy, la staik la jun vinik lajem ta milel, va’i un sk’an xbat jk’eltik.
–Aaah, la ka’i, malaun jlikeluk cha’e its’inal, ta jlap jk’u’ ta anil, ta jchapan jba tal.
Lilik batel, bat jsa’ jk’u’. Laj ne la jlap vex, jkoton, xchi’uk jvarach. To j-ech’em sik la jka’ie ja’ la jlap batel li jchuj sjalojbun kajnil oy xa ta yoxibal ja’vile. Bat jsa’ jnuti’, te jok’ol ku’un ta xokon jvayeb. Xchi’uk la jchapan jvuntak, k’usitik ta xtunan ku’une.
–Maruch, ¿bu la kak’ avil li jpixole?
–Mu jna’, ta jkoltaot sa’el ta anil —la stak’bun li kajnile. Ta anil la slap xchil xchi’uk la sloin stsek.
–Abolajan, yu’un ta jk’el mi oy to k’usi sk’an ku’un —xkut k’alal chilok’ xa tal ta sti’ jnae.
–Li’ me la pixole —xiyut li kajnile. La jlap lok’el.
K’alal la jam sti’ jnae naka to tsakub tal, smelol to xvinaj sakilal li osile, k’uk’un la jmak komel. Jmeltsanoj ta lok xchi’uk lamina tak’in sba li jnae. Li bu nakalune ja’ ta xokon muk’ta be. Te xa ta smalaun li its’inale. La jambe sti’ li sakil kamioneta Nissan cha’k’ol kavinae, li muy.
–Batik me cha, its’inal —xkut. Karoe ja’ yak’ojbunkutik li j-abteletik ta teklume. Mol xa jutuk, oy xa t’olemik sbontak. Tsots kabtelkutik xchi’uk nomik chilokutik. Ja’ la sts’ot batel li its’inale, yu’un ja’ tskoltaun.
K’unk’un chanav batel li Nissane ja’ ti ch’abal to lek meltsajem li bee, naka ta lum xchi’uk ta yi’. Ta xokon bee oy muk’tik te’etik, yaxaltik xchi’uk oy ep vakaxetik. Naka to chmuy tal ta ba vits xojobal li k’ak’ale. Vul ta jol oy xa ta jun u la jch’am li kabtelkutike, yu’un ja’ ti xitojob ta ts’i’bajom chilike, yan ti jchi’iltake mu la xtojobik. Ja’ jech lek ilbil stalel li Petul eke, lek sna’ rason xchi’uk lek oy sbijilal. Bankilal xchi’uk its’inal stamel animaetik la jtakutik ta ch’amel li kabtelkutike.
Lik’otkutik ta paraje Pajbil oy, ep xa jenteetik tsobajtik ta sk’elik li animae, ja’ xa no’ox malabilunkutik. La yik’ikunkutik batel ti bu oy li animae, te la kil chalbil komel tajek ta machita li sbek’tale, takijem xa xch’ich’el ta banamil xchi’uk li sbek’tale balomch’ich’. Ba’yel la jk’el stekel ti k’usi pasbile. Te ta xokone mut’ijem ta lum jtel machita, balomch’ich’ komem. Xi’el to lik’ot, vul ta jol ja’ jech laj li vinik la jvaychintae. La kalbe its’inal ti mu xa jk’an jpike.
–Bankilal, li’e ta jk’eltik, ja’ kabteltik —xiyut. Jech ya’uk ti ja’ kabtelkutike. La jts’iba ta vun stekel xchi’uk la jlok’esbe slok’ol li animae. K’alal chapije nopaj tal li karoe. La jtoykutik batel, jo’one la tsakbe muyel xchibal sk’ob yanuk li its’inale ja’ la tsakbe tal yoktak, jech la jmuyeskutik ta ba karo, bat kiktakutik komel ta sna yuts’ yalal.
K’alal lik’ot ta jnae xinopnun. Mu xka’i k’ucha’al k’ot ta pasel li jvayche. Tuk’ lik’ot ta kusina, yakal chpak’tanij li kajnile. La jtsak jkot jxila, te la jyales ta jxokon li jnuti’e. Yu’unan la yil k’u kelan li kajnaile, la sjak’bun:
–¿K’usi la pas le’ne, Manvel? ¿Mu bu xkil jech avelan le’e?
–Ch’abal, ti jech xkalbote yik’aluk chavalbun ti likem jchuvaje.
Ch’abal xa k’usi la sjak’bun. K’alal lok’ yote, kajnile la sa’tal jun sets’ chenek’ jk’uxkutik.
–Poko me ak’ob cha, Manvel, yu’un chi-jve’otik.
Ja’ o slakanoj juteb ya’al li kajnile, la sa’bun tal ta bats’i boch juteb yamalo’ ta jpok o jk’ob, te la yuch’ batel kik’obal li banamile. Li-ochkutik ta ve’el. K’alal laj ko’ntonkutike la kalbe kajnil ti ak’o slakanbun yan ka’ale, yu’un chi-atin ka’i, jkuchojbe yik’obal li animae. K’alal k’ak’ube la jsa’ lok’el ta jun valte bat jsa’be skap ta patna, li-och ta atimol. Ta jujuboch ta jk’ebbe jba li vo’e xinopnun o k’ucha’al jech k’ot ta pasel li jvayche.
Ta yok’omale lik jpukutik a’yejal ta sbejel parajeetik mi oy buch’u xil jun vinik mi ants, mi ta xi’ mi xnak’et ta spas, te ak’o st’abik mantal ta anil. Ja’ jech jelav jun k’ak’al ku’unkutik, naka spukel a’yejal xchi’uk li its’inale. K’alal laj ko’ntonkutike ech’ yak’un komel ta jna. Jech no’ox xtok jun ko’nton live’ vayel xchi’uk jlubemal, ja’ li sbejel k’ak’al naka xanvil la jpaskutike. K’alal bat bitsikune mu jaluk bat jch’ulel.
Jun ko’nton yakal chixanav batel ta be karo. Jun kerem ech’ sjochbun batel yav jtak’in tik’il ta xchak jvex. Jo’on ek ne bat jnuts ta anil, vokol la jta ta tsakbel skoton. La jip yalel ta lum, to jtsots yip, te xi baletkutik ta banamil. K’alal mu jchanbe yip ka’ie te bitsil jtel balbal te’ la kani tsak, la jisbe ta sjol. To jbatel o ku’un la jkil, julavel lik’ot.
Lilok’ batel ta k’abnel ta xchikin jna, te ta yolon jtek’ vispera sts’unoj kajnil. La jtoy muyel jsat ta vinajel, jun yutsil li jch’ulme’tike, sak jaman osil banamil ta xojobal. K’alal laj ko’ntone sut to vaykun.
Ta sakubele vul a’yej ta anil. Li’ nopol xbat ta xokon bee la staik jun kerem chamen xa. K’alal k’ot jk’elkutike, li kereme oy to ta vaklajuneb ja’vil yilel, slapoj ts’ilimtik skoton xchi’un yoxyoxtik svex. Takijem xa xch’ich’el, yu’un la yich’ majbel spat sjol ta te’ te telel ta xokon. Lik jts’i’ba ta vun li k’usitik ta jk’an ono’ox ta jna’kutike. K’alal laj ko’ntonkutike, la jtoykutik batel, bat kiktakutik komel ta sna yuts’ yalal.
Tuk’ lisut ta jna xchi’uk li its’inale. Te la kak’be xila. K’alal mu xa jna’ k’usi ta jpase lik kalbe li jvayche, ti k’usitik kilojane.
–Vaychil no’ox me chka’i ne —jech yalbun komel. La stsak batel sbe li its’inale, ja’ mu’yuk xich’ ta muk’ li jlo’ile. Bat jk’el kajnil yakal ta xpak’tanij ta yut kusina. La jtsak xila, te lik jcholbe li jvayche, ti k’usitik chlaj k’otanuk ta pasele.
–Sk’an me jk’el jbatik cha, sk’an xkak’ jnichimtik —xiyut.
K’alal jech la yalbun taje, la sa’tal jve’elkutik, li-ochkutik ta ve’el. K’alal li noje la kalbe ti ak’o slakan ka’ale, yu’un ta jk’an chi-atin.
–Jech mu xa atine ¿k’usi tspas? —xi li kajnile.
–Yu’un to jchopol li jbek’tale, jkuchojanbe yik’obal chka’i li animae —xkut.
Xtultun xa li ka’ale. Bat jsa’ ta muk’ta valte, ja’ te la jkol lok’el. Bat jsa’be skap ta patna. Jutuk la jkap ta sik, anil sikub li ka’ale, jech li-och ta atimol. Ta juboch ta jk’ebbe jba li vo’e ch’abal xa k’usi k’ok’ chka’i. Xinopnun o k’ucha’al jech chk’ot ta pasel ti ech’em chlajanan li jnaklometike. K’alal ja’ to ox xch’amoj abtel li mol Akuxtine ch’abal jech chk’ot ta pasel, ja’ o lik k’alal jo’on likom ta sk’exole.
Laj ko’nton ta atimol. La jel jk’u’. K’un to bat jsa’ jbis pox kuch’ ta xokon jkurus, tey vuchul ku’un jun litro jch’ambilo’. Mu’yuk x-ech’ ko’nton, la to jkol yan, k’unk’un k’ixnaj li jbek’tal ta poxe. Mu xa jk’an xivay skoj ti ech’em buch’utik chlaj ta jvayche. “Ti jech ka’tik jo’on chimilvane”, xichi. Mu xa jk’an jech chk’ot ta pasel. Mu xa jna’ jaybis la kuch’ li poxe. Mu xa sts’ik ku’un vayel, bat jtelan jba ta sba jtem.
Lek jlikele, ja’ to chka’i oy buch’u xvulvun ta spat jna. Ye jun vinik ya’luk, nom to xvulvun ta sjak’ buy oyun. K’uk’un li tots, bat jk’el buch’u. Ja’ ya’el li jchi’il ta abtele. Xibutlaj xa batel, to jk’otel ta jsat li jchi’il ta abtel tey ta sk’oponbun kajnile, kapel to lik’ot yu’un. K’alal yil nopol xa oyune jatav batel ta anil. “Mi ja’ no’ox kan ta smala ta xi yakub cha”, la jnop.
–¿Buch’u li vinik naka to lok’ batele? —xkut li kajnile. Stuk xa te va’al kom ta spat jna. Mu xa bu la stak’bun, te lik jtsak ta majel. Kak’be jmoj ta sat, yaxubel to k’ot, la jnitbe stsatsal sjol. Xjochet ku’un ta banamil, jech o te lik jlikolan ta tek’el.
–¡Mu xa xamajun, koltaun xa! —xiyut, x-ok’olet ta sk’an jcha’puxan ko’nton ta stojolal.
Mu xa bu la jchikintabe ya’yej, xchoret lok’el xch’ich’el ta sni’ ku’un. Ch’anxi xa telel ta banamil, mu’yuk xa yipal ta stots. Te kikil jtel machita ta yibel jna bat jtsak, yu’un k’ak’uneb li jol ta skapemal ko’nton k’usi la spasbune. La jtoy muyel ta vinajel li machitae, jmich’oj lek ta spajebal kip. La jisbe jmoj ta sjol, k’un to liyal ta sbek’tal, ja’ to k’alal mu xa xbak’e te la jpajes jba. Balom ch’ich kom li jk’obtak xchi’uk jbek’tale, te telel la komtsan li kajnile.
Xitamlaj batel ta kusina, bat jk’el mi oy to skomelal li ka’ale. Ta jk’an ta jpok lok’el ta anil li ch’ich’e, yo’ to mu ta jkuchbe yik’. Ja’ o slakanoj komel jbej muk’ta bin ya’al li kajnile, snopoj xa ox van me ta xi-atin vayel. La jpik mi k’ok’, ak’o mi xtultun, lek no’ox sba sk’ak’al. Lik jlok’ jk’u’, la jtsak bats’i boch, li-och ta atimol. Tey ta ba k’ok’ lik jlup li ka’ale, ta jujuboch li vo’ ta xkak’be li jbek’tale xbiet chlok li yik’obale. Xjobin xa lok’el sjob li jbek’tale, jnukulile lik vuchananuk ta anil. Ta juboch k’ak’al vo’e chka’i k’unk’un tsvek’uj lok’el li vokolil jkuchoje.
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Xun Tzeltzelem escribe en tsotsil y castellano. Relato escrito en el taller “Jacinto Arias”, impartido por Mikel Ruiz en la Unidad de Escritores Mayas y Zoques (UNEMAZ), la cual lo incluye en Sk’op Bolom, Sk’op Choj / Palabra de jaguar, antología de cuentos tseltal-tsotsil, volumen II.